Cuando se trata de prácticas para reducir la tensión y liberar el estrés acumulado, el yoga es una de las actividades más recomendadas. Sin embargo, si alguna vez has ido a un centro de yoga, puede que hayas notado figuras algo extrañas que llaman la atención.

Debido a que el yoga es una disciplina espiritual desarrollada en la tradición del hinduísmo, a veces es común ver estatuas y símbolos hindúes exhibidos en los centros de yoga. 

Al pensar en esto, puede que te preguntes: ¿Qué opina la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sobre participar en clases de yoga?

El origen del yoga

Yoga y fe
Los Santos de los Últimos Días pueden practicar yoga. Imagen: Canva.

Aunque el verdadero origen del yoga pueda parecer algo inquietante, debemos considerar que en la actualidad se ha convertido en una práctica universal enfocada en la salud y el bienestar físico e incluso emocional.

El yoga abarca técnicas de meditación y respiración que buscan fortalecer la mente y alcanzar la paz interior. En muchas culturas, esto se interpreta como “conectarse con uno mismo”. Pero en el Evangelio, podríamos entenderlo como crear espacio para escuchar la voz del Espíritu.

En las escrituras, se nos invita constantemente a buscar la paz y calma interior. El Señor declaró:

Quedaos tranquilos, y sabed que yo soy Dios”.

En un mundo donde abunda el caos y la voz del Señor es difícil de escuchar, el yoga puede ser un aliado para hallar tranquilidad y reconocer Su voz.

El valor de la intención sincera

Dios mira la intención de nuestros corazones

Si regresamos nuevamente al origen del yoga, vale la pena considerar que los hindúes tienen la fuerte concepción de que Dios mira la intención del corazón más que la forma externa del acto. Este concepto también forma parte del evangelio de Jesucristo.

En el Bhagavad Gita, un texto sagrado del hinduismo, enseña que lo divino acepta con gozo cualquier ofrenda hecha con amor y devoción:

“Si alguien me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, una fruta o agua, yo la aceptaré”.
(Bhagavad Gita, Bg. 9.26)

De la misma forma, el Señor nos enseñó que:

“Jehová no mira lo que el hombre mira, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”.

Es así que el yoga puede ayudarnos a definir nuestra espiritualidad contribuyendo a una vida sana y al desarrollo de una mente tranquila y agradecida que nos permita vivir con una intención sincera.

Una práctica que fortalece la fe

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El yoga puede ayudarte a sentir paz y dirigir tu mente y tus pensamientos al Señor. Imagen: Canva.

Para terminar con las especulaciones, cabe resaltar que la Iglesia de Jesucristo jamás se ha manifestado en contra del yoga. Sin embargo, las autoridades generales sí animan a los santos a ser sabios al discernir qué prácticas nos acercan más al Salvador.

Si el yoga se convierte en una oportunidad para sentir paz y dirigir tu mente y tus pensamientos al Señor, puedes tener la seguridad de que esa experiencia fortalecerá tu fe.

Como afirmó el profeta Lehi:

“Así pues, los hombres son libres… y les son dadas todas las cosas que para ellos son propias”.

El Señor nos ha puesto distintos medios y nos ha dado “todas las cosas” para nuestro provecho, pero solo al escoger lo que nos acerca a Él, estaremos usando nuestro albedrío de manera correcta. ¡Escoge lo que te acerca a Él aunque sean sesiones de yoga!

“Si hay algo virtuoso, o bello, o de buena reputación, o digno de alabanza, a esto aspiramos”. (Artículo de Fe 13)

Fuente: AskGramps

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Todas las emociones tienen un sabio propósito. Por eso, es necesario practicar con ellas para aprender a controlarlas y no lastimar a nadie, sobre todo cuando nos sentimos molestos. Controlar nuestros impulsos y saber manejarlos también es parte del amor propio y amor hacia nuestros semejantes. #enojo #emociones #intensamente #consejocristiano #saludmental #amorpropio #furia #molesto #familia

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