El nuevo miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, el élder Gérald Caussé, compartió su primer mensaje en el campus de Brigham Young University (BYU) en Provo, Utah, donde habló ante cientos de personas reunidas en dos conferencias: una sobre mayordomía ambiental y otra sobre cómo cuidar mejor a los hijos de Dios que están en necesidad.
Su mensaje se centro en el cuidado del medio ambiente como hijos de Dios, por lo que recordó:
“Preservar y cuidar de la tierra y de los hijos de Dios es una expresión de amor por nuestro Creador y de gratitud hacia Él”.
En su mensaje, el élder Caussé unió tres ideas que van de la mano:
- La tierra es parte del plan divino.
- Somos mayordomos, no dueños.
- Cuidar la creación y cuidar a las personas está profundamente conectado.
Recordó que la creación del mundo nunca fue un fin en sí mismo, sino el escenario donde los hijos de Dios pueden aprender, escoger lo correcto y prepararse para la vida eterna.
También enseñó que el mandato de tener “dominio” sobre la tierra no autoriza a explotar sin límites. Al contrario, explicó que el Señor espera que seamos “mayordomos sabios”, que usen las bendiciones terrenales “con juicio, no en exceso”.
Para los Santos de los Últimos Días, dijo, el cuidado de la tierra es mucho más que una responsabilidad cívica:
“No es solo una obligación social. Es una manera de mostrar que tomamos en serio el plan de Dios para Sus hijos”.
Energía limpia que abre puertas a la educación
Como parte de esa mayordomía, el élder Caussé compartió ejemplos concretos de lo que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está haciendo a nivel mundial.
Uno de los puntos que destacó fue el uso creciente de energía renovable. Hoy, más de 800 edificios de la Iglesia, entre capillas, templos, escuelas y almacenes, producen energía solar en 45 países, y más de 100 proyectos nuevos ya fueron aprobados.
Mencionó también que BYU–Hawaii está a punto de terminar una microrred solar que dará energía al campus, al Templo de Laie y al Centro Cultural Polinesio. Esa transición, explicó, no solo cuida el medio ambiente, también abre puertas muy prácticas:
“En muchos países en desarrollo, el uso de energía solar y baterías permite que nuestras capillas se transformen en aulas virtuales durante la semana”.
Gracias a esa tecnología, programas como BYU–Pathway y los cursos de autosuficiencia pueden llegar a más personas. Clases de finanzas, salud, nutrición o emprendimiento se vuelven posibles en lugares donde antes la luz era inestable o muy costosa.
Menos desperdicio, más oportunidades para las personas
El élder Caussé también subrayó la importancia de evitar el desperdicio.
Habló del centro de impresión de la Iglesia en Salt Lake City, donde se imprimen escrituras y materiales de estudio y donde gran parte del papel se recicla. Mencionó las tiendas de Deseret Industries, donde la donación y venta de artículos usados no solo da nueva vida a ropa y objetos, sino que crea oportunidades de capacitación laboral para miles de personas con barreras de empleo.
Incluso los residuos electrónicos se aprovechan: en Estados Unidos y Canadá, los equipos en desuso se donan o se reciclan, y muchos computadores llegan a hogares de estudiantes de BYU–Pathway en África.
“En lugar de terminar en los residuos, esos computadores ayudan a quitar una barrera muy real: la falta de acceso a la tecnología para estudiar”.
En Sudamérica, varias áreas han probado soluciones creativas: bolsas reutilizables en las tiendas de distribución, poleras hechas con material reciclado e iniciativas para recolectar y reciclar vasitos de la Santa Cena. Son decisiones pequeñas, pero envían un mensaje claro: lo que tenemos es sagrado y no se desperdicia.
Otro tema central fue el acceso al agua limpia y la conservación de este recurso.
El élder Caussé compartió el ejemplo de Kiribati, una nación insular donde la sequía y el aumento del nivel del mar han contaminado gran parte de las fuentes de agua. Desde 2022, la Iglesia y sus socios humanitarios han construido cinco plantas desalinizadoras alimentadas por energía solar, que ahora dan agua segura a unas 6.000 personas. La meta es construir diez más.
“Esta obra literalmente salva vidas”.
También mencionó esfuerzos de ahorro de agua en miles de capillas de la zona oeste de Estados Unidos, donde se están instalando sistemas de riego inteligentes que podrían ahorrar millones de litros al año.
En cuanto al Gran Lago Salado, el élder Caussé reafirmó el compromiso de la Iglesia de ser parte de la solución. Explicó que se han realizado acuerdos para destinar agua directamente al lago y agregó:
“Reconocemosla complejidad de este desafío, y estamos dispuestos a estar al lado de todos los actores de la comunidad para proteger este lugar tan importante”.
Prepararse para tiempos difíciles y servir mejor
La mayordomía también incluye la forma en que respondemos ante desastres naturales, cambios climáticos y crisis futuras.
El élder Caussé recordó que la Iglesia participa cada año en cientos de proyectos humanitarios frente a inundaciones, incendios, terremotos y tormentas. Pero enfatizó que la preparación personal y familiar es igual de importante: almacenar alimentos básicos y agua, tener medicinas esenciales y estar dispuestos a servir.
Contó la historia de un barrio en Houston que, durante un huracán, convirtió su capilla en un centro de rescate con botes, voluntarios y refugio para familias evacuadas. Para los vecinos, parecía una operación increíble. Para los miembros, era simplemente poner en práctica principios que ya conocían: organización, autosuficiencia y amor cristiano.
“Muchas soluciones no nacen en una oficina central, sino en corazones dispuestos a ayudar donde viven”.
Al cerrar su mensaje en BYU, el élder Caussé resumió todo en una invitación muy sencilla:
“Es una invitación a actuar”.
Nos invitó a:
- Elegir hábitos diarios que honren y preserven la creación.
- Servir a quienes sufren por desastres, pobreza o falta de recursos básicos.
- Prepararnos espiritual y temporalmente para tiempos difíciles.
- Orar por guía para saber qué hacer en nuestro propio barrio, ciudad o país.
Finalmente, testificó que Dios y Su Hijo Jesucristo viven, que nos aman perfectamente y que esta tierra forma parte de un plan eterno para bendecirnos.
“A medida que les seguimos y servimos fielmente, encontraremos gozo verdadero y duradero”.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org
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