A veces, mientras empezamos a familiarizarnos con los nuevos himnos de La Iglesia de Jesucristo, es posible que nos resulte extraño escucharlos por primera vez.
Leemos las letras casi por primera vez, tratando de seguir la melodía y no desentonar al cantar. Aún no son himnos que formen parte de nuestra historia espiritual, por eso pueden sentirse un poco desconocidos al principio.

Muchos himnos antiguos ya vienen cargados de recuerdos: un devocional, un testimonio o un funeral. Con los himnos nuevos, en cambio, todavía no tenemos un recuerdo que los sostenga.
Sin embargo, en ocasiones un himno desconocido logra conmovernos, de tal manera que se siente cercano desde la primera vez que lo escuchamos.
Eso mismo le ocurrió a Mariah Proctor cuando, en un ensayo de un pequeño coro de hermanas de su barrio, entonó por primera vez “Clemente Dios, hoy cual ayer”.
Apenas comenzó la melodía, sintió una nostalgia que normalmente llega después de muchos años… y no pudo evitar llorar durante todo el número. Aquel himno, desconocido hasta entonces, se convirtió de inmediato en uno de sus favoritos.
El autor de sus palabras, Oliver Wendell Holmes, escribió este himno para la reunión número cuarenta de su promoción universitaria. En lugar de componer una poesía festiva, ofreció una oración de gratitud que abarca lo que se ama, lo que se extraña y lo que la vida enseña con el tiempo.

El primer verso resulta especialmente conmovedor:
“Clemente Dios, hoy cual ayer,
Tu gracia es luz de Israel.
Calor de hogar Tus brazos dan,
deleite en grata amistad
Escucha, Dios, el dulce son:
solemne es nuestra oración.
Tal emoción prorrumpirá
en alabanzas sin cesar”.
Todo lo que llena las reuniones familiares, los recuerdos, la conversación, los sabores, el calor del hogar, es un préstamo divino. Nada está garantizado. Todo es un regalo que debe recibirse con gratitud.
Ser intencional con los momentos

En días de reuniones es fácil moverse de un lado a otro, ocupados, sin detenerse realmente a vivir lo que sucede.
Una reflexión reciente transformó su manera de ver estas fechas: tomar cinco minutos más, ser la última en levantarse de la mesa, hacer una pregunta adicional, abrazar un instante más antes de soltar. En esos pequeños espacios aparece una presencia más genuina.
Desde entonces, también ha procurado sostener la mirada de sus hijos cuando le hablan. Es común vigilarlos de reojo mientras van de un lado a otro, pero detenerse a observarlos, no para supervisar, sino simplemente para disfrutar, ha multiplicado su alegría como madre.
El himno menciona “Oh, danos paz de Tu alfolí,misericordia y luz sin fin.”. Esa imagen es fácil de reconocer.

C. S. Lewis una vez dijo que la belleza, los recuerdos de nuestro propio pasado “son solo el perfume de una flor que no hemos encontrado, el eco de una melodía que no hemos escuchado, noticias de un país que aún no hemos visitado”.
Tiene razón. El sonido de una familia reunida es único: la risa de nuestros hermanos, las conversaciones con nuestros familiares, los momentos especiales con aquellos queridos amigos.
«Recuerdos del dorado ayer
destellan hoy en nuestro ser;
son los luceros de Tu paz
que en el ocaso brillarán.
Oh, gracias, Dios de santidad,
pues nos envuelve Tu bondad.
Oh, danos paz de Tu alfolí,
misericordia y luz sin fin».
Puede que falte una voz que solía estar allí. Por eso el himno expresa gratitud tanto por “las bendiciones” como por “la aflicción”.

Dar gracias lo que dolió puede parecer extraño, pero es profundamente cristiano. Es lo que el Señor nos enseñó. Mostramos gratitud porque amamos lo suficiente como para sentir la ausencia.
Las celebraciones traen momentos luminosos que pasan con rapidez. Sin embargo, esos instantes, la conexión, la risa, la unión familiar, son como un rayo suave que nos recuerda nuestro hogar celestial.
Que en estos días cada persona pueda quedarse un minuto más, mirar un poco más, escuchar un poco mejor. Entre voces que se entrelazan, tal vez descubra que el cielo siempre estuvo más cerca de lo que imaginaba.
Fuente: Meridian Magazine
Video relacionado
@masfe.org Sus planes siempre son mejores ❤️ #masfe #dios #cristianos #fe ♬ The Fate of Ophelia – Taylor Swift



