En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, solemos hablar mucho de José Smith y Brigham Young. Pero rara vez se profundiza en la vida del tercer presidente de la Iglesia, John Taylor.

Y es una lástima, porque su historia atraviesa continentes, persecuciones, revelaciones y resistencia ante una de las épocas más turbulentas del mormonismo del siglo XIX.

Este artículo ofrece una introducción a su vida… pero créeme, querrás ver el video completo para descubrir los detalles más sorprendentes.

De Inglaterra a Canadá: un buscador incansable de verdad

John Taylor nació en 1808 en Westmorland, Inglaterra, en una familia grande, devota y trabajadora. Aunque fue criado en la Iglesia de Inglaterra, su inquietud espiritual lo llevó al metodismo en su adolescencia, hasta que, en 1832, emigró a Toronto, Canadá. Allí formó parte de un grupo que estudiaba el cristianismo directamente desde la Biblia.

Las conclusiones fueron contundentes: sentían que su iglesia no poseía la autoridad del sacerdocio que aparecía en el Nuevo Testamento.

Ese vacío abrió la puerta a su encuentro con el apóstol Parley P. Pratt, quien llegó a Toronto siguiendo una bendición que había recibido del élder Heber C. Kimball:

“Ve al alto Canadá… encontrarás un pueblo preparado para el Evangelio.”

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John Taylor. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Al inicio, John no lo recibió con entusiasmo. Había escuchado rumores sobre los “mormones”. Pero después de escucharlo predicar, lanzó un desafío que marcó su vida para siempre:

“Deseo conocer sus doctrinas… Si encuentro que es verdadero, lo aceptaré sin importar las consecuencias; y si es falso, lo denunciaré.”

John y su esposa, Leonora, se bautizaron el 9 de mayo de 1836. Poco después, John se convertiría en uno de los líderes más firmes y fieles del movimiento.

Un líder valiente, aun ante el peligro

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John Taylor. Fuente: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Desde el inicio de su conversión, Taylor mostró una lealtad que impresionaba incluso a sus compañeros apóstoles. Defendió la Restauración frente a comunidades hostiles y, en más de una ocasión, predicó en circunstancias peligrosas.

Una de las historias más emblemáticas ocurrió en Ohio, cuando circulaba el rumor de que la congregación planeaba cubrirlo con brea y plumas. Ignorando las advertencias, subió al púlpito, se abrió el chaleco y declaró:

“Caballeros, vengan con su brea y plumas: su víctima está lista…”

Nadie se atrevió a tocarlo. Pero su mayor acto de valentía ocurrió el 27 de junio de 1844, cuando decidió acompañar a José y Hyrum Smith a Carthage Jail.

Taylor no era prisionero; sabía exactamente el riesgo que corría. Al llegar la turba, recibió varios disparos, en la pierna, la cadera, la rodilla y el antebrazo, y aun así sobrevivió. Su relato, preservado por B. H. Roberts, se convirtió en una de las descripciones más importantes sobre el martirio de los hermanos Smith.

El editor, el misionero y el defensor de su pueblo

John Taylor. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Además de apóstol, Taylor fue un escritor y editor hábil. Dirigió publicaciones como Times and Seasons y The Nauvoo Neighbor, y más adelante lanzó en Nueva York la revista The Mormon, que defendía a los santos frente a la opinión pública. Su lema, impreso en el encabezado, decía:

“Credo mormón: Ocúpate de tus propios asuntos.”

Como misionero, pasó varios años en Europa, supervisando la traducción del Libro de Mormón al francés y al alemán. Su visión internacional fortalecería la expansión de la Iglesia más allá de Norteamérica.

Taylor se convirtió en presidente de la Iglesia en 1880, en uno de los periodos más tensos de su historia. En 1882 entró en vigor la Ley Edmunds, que penalizaba severamente la poligamia. La persecución federal obligó a cientos de miembros, incluido Taylor, a esconderse.

[De izquierda a derecha] La Primera Presidencia presidencia de 1880 a 1887 George Q. Cannon, President John Taylor, and Joseph F. Smith
[De izquierda a derecha] La Primera Presidencia presidencia de 1880 a 1887 George Q. Cannon, President John Taylor, and Joseph F. Smith Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Aunque vivió sus últimos años en el exilio, siguió dirigiendo la Iglesia, impulsó la creación de colonias en México y mantuvo unida a una comunidad bajo enorme presión legal y social. Falleció en 1887, con 78 años, sin haber podido regresar a la vida pública.

Su sucesor sería Wilford Woodruff, quien más tarde emitiría el Manifiesto de 1890.

La vida de John Taylor es una historia que merece mucho más reconocimiento, y este artículo apenas roza la superficie. Si quieres descubrir los detalles más sorprendentes, las fuentes históricas y algunos de sus relatos más impactantes, te recomiendo ver el video completo.

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