Pregunta
He notado que, en el caso de los varones, todas las autoridades generales no tienen ningún tipo de barba o bigote. ¿Existe alguna norma? ¿Es por alguna razón en particular?
Respuesta

Buena observación. Si miras cualquier conferencia general de las últimas décadas, notarás que la mayoría de las autoridades generales aparece afeitada.
Es tan común que parece una regla… pero en realidad no existe ninguna norma oficial que prohíba la barba para un obispo, presidente de estaca o líder local.
Entonces, ¿por qué casi todos se ven igual?

En los primeros años de la Iglesia, las barbas eran la norma. Desde Brigham Young hasta George Albert Smith, casi todos los presidentes de la Iglesia llevaron barba. En el siglo XIX eso representaba madurez, dignidad y respetabilidad; simplemente era la moda de la época.
Con el paso del tiempo, la cultura cambió. A inicios del siglo XX, el rostro afeitado se volvió sinónimo de profesionalismo y modernidad. La sociedad estadounidense, incluyendo a líderes religiosos, adoptó este estilo más “limpio”.
¿Es un mandamiento de la Iglesia?

No. No hay doctrina, revelación ni instrucción en el Manual General que prohíba el vello facial. Nada indica que una barba sea inapropiada o poco espiritual.
Lo que sí existe es tradición.

Durante esta época, las barbas se asociaron fuertemente con movimientos de rebeldía juvenil. Para una Iglesia que buscaba proyectar orden y respeto, muchos líderes prefirieron mantener el estilo afeitado. En instituciones como Brigham Young University, por ejemplo, se reforzó la imagen del “joven presentable y limpio”, similar a la de los misioneros.
Aunque no era doctrina, esa preferencia se volvió costumbre. Por eso, incluso hoy, algunos presidentes de estaca piden a nuevos obispos afeitarse. Pero eso depende totalmente de la cultura local y de la opinión del líder que extiende el llamamiento.
Entonces… ¿Un líder puede tener barba?

Sí.
Y de hecho sucede. En varios países hay obispos, consejeros y presidentes de rama con barba bien cuidada, con la aprobación de su presidente de estaca o misión. No existe ningún principio doctrinal que lo impida.
La decisión suele basarse en:
- contexto y cultura local
- la imagen que el líder desea proyectar
- consejo del líder que hace el llamamiento
- inspiración personal

Es totalmente posible. Los estilos cambian y la Iglesia ha cambiado con ellos. La barba nunca ha sido pecado ni señal de falta de espiritualidad; simplemente ha estado influenciada por la moda de cada época.
Si un día vuelve a verse con naturalidad, podríamos ver a una Autoridad General con barba… y no afectaría en nada su capacidad para servir.
Fuente: askgramps
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