La Navidad es una de esas épocas que tocan nuestros corazones. Al llegar diciembre, nos invade una mezcla de nostalgia, esperanza y un deseo de ser mejores de lo que ya somos.

En medio de luces y regalos, todos anhelamos lo mismo: luz, paz y un poco más de amor en nuestras vidas. Ese es el mensaje del espíritu de la Navidad.

Aunque la Navidad conlleva preparativos, te invitamos a meditar en estas 10 frases poderosas sobre el espíritu de la Navidad para llevar más paz a tu hogar este año.

Qué es el espíritu de la Navidad

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El espíritu de la Navidad es el espíritu de Cristo. Imagen: iStock

 

Si alguna vez sentiste una necesidad de llamar a alguien, de reconciliarte o ayudar en Navidad, es porque estás experimentando algo más profundo que una temporada bonita.

El presidente Thomas S. Monson lo expresó con claridad:

“Cuando mantenemos el espíritu de la Navidad, mantenemos el Espíritu de Cristo, porque el espíritu de la Navidad es el Espíritu de Cristo.»

Esta cita del presidente Monson nos enseña que la bondad en Navidad no es accidental, sino un reflejo del Salvador. Y cuando imitamos Su luz, Su espíritu está en nosotros.

Navidad es dar y perdonar

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El espíritu navideño es un espíritu de dar y perdonar. Imagen: iStock Photo

¿Hay alguien con quien las cosas no han estado bien este año? La Navidad es un momento perfecto para preguntarnos: ¿Y si doy el primer paso?

“El espíritu navideño es un espíritu de dar y perdonar.”– James Cash Penney.

Perdonar no es olvidar sino liberar. Y dar en Navidad es más que solo ofrecer regalos. Es ofrecer paz y el perdón es uno de esos regalos que, si lo entregas, transforma corazones empezando por el tuyo.

Esperanza, paz y amor

La Navidad se traduce en esperanza, paz y el amor. Imagen: Shutterstock

“Que tengas la alegría de la Navidad que es esperanza; el espíritu de la Navidad que es paz; el corazón de la Navidad que es amor.» – Ada V. Hendricks

Esa frase nos enseña que la Navidad se resume en estas tres palabras que parecen simples, pero que todos buscamos: la esperanza, la paz y el amor.

No es casualidad que estos tres regalos estén en la primera Navidad: un bebé en un pesebre, una estrella que guiaba y ángeles que proclamaban “paz en la tierra”.

Encontrar a Cristo hace que la Navidad dure más

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Buscar a Cristo en oración, en las Escrituras, en actos sencillos de bondad, hace que el espíritu de la Navidad dure. Imagen: Getty Images

¿No te ha pasado que diciembre se va muy rápido? Quizás sea porque lo que más amamos de esta temporada no debería pertenecernos por solo 30 días.

El presidente Russell M. Nelson enseñó:

“Al buscar a Cristo, al encontrarlo, al seguirlo, tendremos el espíritu navideño, no por un día fugaz cada año, sino como compañero permanente».

Buscar a Cristo en oración, en las Escrituras, en actos sencillos de bondad, nos permite sentir cada día lo que solo sentimos una vez al año. No es magia navideña sino un estilo de vida.

La Navidad nace en quienes han dejado entrar a Cristo

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Cuando Cristo deja de ser un símbolo, la Navidad se siente todos los días. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El presidente Howard W. Hunter se refirió a algo más que tradición en Navidad:

“La verdadera Navidad acude a aquel que ha aceptado a Cristo en su vida como una fuerza impulsora, dinámica y revitalizadora. El verdadero espíritu de la Navidad yace en la vida y en la misión del Maestro”.

Él enseñó que cuando Cristo deja de ser un símbolo y se convierte en una influencia real, en cómo tratamos a la familia, cómo respondemos cuando estamos cansados y cómo cuidamos a los demás, la Navidad se siente todos los días.

El espíritu de la Navidad se traduce en amor

El espíritu de la Navidad se desarrolla al mostrar amor. Imagen: Midjourney

Hay un tipo de amor que no depende de merecimientos. Ese amor es el que Cristo mostró una y otra vez y que se vive en la Navidad. La hermana Bonnie L. Oscarson declaró:

“El espíritu de la Navidad es amor semejante al de Cristo.»

Aunque no siempre es fácil replicar ese amor, la Navidad nos da un pequeño impulso para intentarlo. Piensa en alguien que necesita de tu paciencia, tiempo y comprensión y piensa en qué haría Cristo para mostrarle amor.

Ahí es donde empieza la Navidad.

La Navidad es un estado del corazón

La intención de ser más pacientes, más misericordiosos con los que nos rodean nos ayuda a sentir el espíritu de la Navidad. Imagen: Canva

«La Navidad no es un tiempo ni una temporada, sino un estado mental. Cultivar la paz y la buena voluntad, ser abundante en misericordia, es poseer el verdadero espíritu navideño.»– Calvin Coolidge

La verdadera Navidad va más allá de una temporada de nieve, luces y villancicos. En realidad, se trata de intención. La intención de ser más pacientes, más misericordiosos y más conscientes de quienes nos rodean

Solo así, cultivaremos la verdadera paz y buena voluntad que trae el espíritu de la Navidad.

El espíritu de la Navidad se halla al amar como Cristo

El espíritu de la Navidad se vive al amar de verdad como Cristo. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El élder Henry B. Eyring compartió un secreto para sentir el espíritu de la Navidad:

“Para tener el espíritu de la Navidad, debemos tratar de amar como Él [Jesucristo] amó.»

Amar como Cristo es amar de verdad. ¿Cómo? Estando presente, escuchando a los demás con sinceridad y viendo a los demás más allá del error.

Esta Navidad, ese tipo de amor que ofreces libremente puede cambiar ambientes, conversaciones, familias y vidas.

La inocencia de la Navidad

La Navidad nos ayuda a recuperar la inocencia de la niñez. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Si alguna vez sentiste que la vida adulta te desgasta, la Navidad nos regala algo radiante: la capacidad de ver el mundo con la inocencia de un niño.

«Somos mejores a lo largo del año por habernos convertido, en espíritu, en niños de nuevo en Navidad.» – Laura Ingalls Wilder.

Asombro, gratitud y alegría sencilla son los dones que recibimos en la Navidad. Esa esencia es un recordatorio de lo que Jesús enseñó:

“Os volvéis y os hacéis como niños”.

La Navidad nos ayuda a recuperar esa inocencia.

Cuando damos sin esperar recibir

Las mejores Navidades no son las más llenas de cosas, sino las más llenas de propósito. Imagen: Canva

El presidente Thomas S. Monson finalmente reveló un propósito mayor en Navidad:

“Es a través del dar, en lugar de recibir, que el Espíritu de Cristo entra en nuestras vidas.»

Las mejores Navidades no son las más llenas de cosas, sino las más llenas de propósito. Lo que más necesitamos no está en una tienda, sino en una visita, una llamada, un servicio o solo al compartir con alguien más.

Las palabras del presidente Monson nos recuerdan que quien da, encuentra, quien sirve, siente y quien ama, se llena de propósito.

Entonces, ¿cuál es tu frase favorita? Cada una de ellas ilumina un aspecto distinto de la Navidad, pero juntas forman un mensaje perfecto: La Navidad no es un evento. Es una invitación.

Acepta esa invitación y comparte una de estas frases, llama a alguien que lo necesite, o solo deja que la luz de Cristo te acompañe. Cuando llevas la Navidad en tu corazón, tú te conviertes en luz para alguien más.

Fuente: LDSDaily

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