La triste realidad es que el índice de divorcios en la Iglesia aumenta cada año, y aunque las tasas de divorcio SUD son más bajas que las del resto del mundo, estamos experimentando una creciente crisis familiar.
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Aún más triste es el hecho de que una vez que estos miembros se divorcian, el 80% de los hombres y el 40% de las mujeres se apartan de la Iglesia y el Evangelio. En consecuencia, se tiene que el 95% de los hijos se apartan con ellos. Esa es una gran pérdida para la Iglesia e incluso una pérdida aún mayor para quienes dejaron la seguridad y la protección del Evangelio de Jesucristo en el momento en que más lo necesitaban.
¿Por qué se van?, ¿Acaso no es suficiente cuando la familia se viene abajo?, ¿Por qué dejarían que sus convicciones religiosas se perdieran?
Según mis estudios, por medio de una encuesta realizada entre 2011 y 2015, el 95% consideró que ya no se los quería más en los barrios orientados a las “familias eternas”. Las hermanas sintieron que otras hermanas temían que sus propios maridos se convertirán en sus siguientes presas al hacerse solteras. No sentían que sus necesidades estaban siendo satisfechas.
Se quejaban de que se sentían como “la oveja negra”. Se sentían excluidas, solas y rechazadas. Es cierto que la palabra “divorcio” asusta al promedio de las personas, es por eso que la toxicidad de la experiencia solo lleva a sus amigos más cercanos a permanecer a su lado.
Otros son demasiado temerosos pensando “¿Qué pasa si ellos quieren hablar sobre eso conmigo?” Es como si sintieran que es algo contagioso. Una plaga mortal.
Según las encuestas, pocos sabían de los desafíos que estaban teniendo lugar en el matrimonio, problemas que por lo general venían de hace mucho tiempo. Las razones para el divorcio son diferentes, pero siempre rompen el corazón. La mayoría asume que simplemente no “se arrodillaban y oraban juntos todos los días antes de ir a la cama” o “iban al templo a menudo” o “salían en citas los viernes por la noche”. Por el contrario, la mayoría realizó las mismas cosas.
De acuerdo con los resultados, aquí están las razones para el divorcio dentro de la comunidad SUD:
Satanás está vivo y está muy enfocado en las familias de la Iglesia. Es difícil de creer que las personas que van a la Iglesia todos los domingos puedan sufrir cosas tan terribles en sus familias. Desafortunadamente eso está sucediendo a nuestro alrededor. Las familias que pasan desafíos no son fáciles de detectar dentro del ámbito mormón. El hecho de que parezcan estar bien y felices al venir juntos a la iglesia todos los domingos no significa que todo esté bien en casa.
Con el aumento de la adicción a la pornografía llegaron los trastornos de la personalidad, otras adicciones como la infidelidad y el abuso. Estos comportamientos generalmente fueron seguidos después de tener problemas financieros. Por lo general, estas familias pasaron años leyendo todos los libros de autoayuda, entrando y saliendo de charlas que brindan consejos y terapias familiares, años de ayunos y oraciones antes de darse cuenta de que es hora de salirse de todo eso por su propia seguridad y cordura.
Lo peor que les puede pasar a estas víctimas después de un largo trauma en el hogar es ir a la Iglesia y ser juzgados, ser tratados de manera diferente a como lo hacían antes y ser el centro de los chismes. Parece como si tuviéramos una cultura donde existen “pruebas aceptadas” y otras que no lo son.
Si un ser querido fallece, entonces tienes una olla con comida. Si tienes un bebé, otra olla con comida aparecerá en la puerta de tu casa. Si tienes cáncer, habrá más comida. Pero si tienes una enfermedad mental, has cometido errores o has tenido un divorcio, entonces no habrá ninguna olla con comida esperando en la puerta. Todo porque parece que esas pruebas no son “aceptables”.
Muchos de los factores que apuntan a que una familia pueda encontrar estabilidad después del divorcio y mantenerse activa en la Iglesia, tiene mucho que ver con sus grupos de apoyo.
Según el estudio, los grupos sociales que fueron más útiles durante el divorcio son:
Entonces, ¿qué podemos hacer como miembros del barrio para apoyar mejor a quienes pasan por el divorcio, o que lo han afrontado en el pasado? Aquí hay algunas ideas de mis estudios:
1. Tener un oído atento. A menudo, ellos han permanecido en silencio durante mucho tiempo porque nos enseñan a no quejarnos de nuestro cónyuge. La decisión de separarse es difícil y a menudo necesitan la validación de que están tomando la decisión correcta y de que pueden superarla.
2. Visitas personales, almuerzo / cena juntos, tiempo compartido. A veces ellos pueden sentir como si todas las personas en sus vidas se esconden cuando atraviesan el proceso de divorcio. No seas ese tipo de amigo. Haz un esfuerzo extra para darles el apoyo que necesitan.
3. Llamadas telefónicas, mensajes de texto, correos electrónicos, estar atentos. “Oye, solo quería verificar contigo y asegurarme de que estás bien. ¡Estás en nuestras oraciones! Lamentamos mucho que estés pasando por esto”. Puedes hablar con ellos en cualquier ocasión sin llegar a ser molesto. Hazles saber que te importan.
4. No esparzas chismes. Permíteles conservar su privacidad sin exhibirlos públicamente con “la información más reciente y jugosa”. Los sensacionalistas harán circular muchas historias falsas. Respeta a la familia al no difundir rumores o pasar o escuchar chismes.
5. Trátalos como solías hacerlo. No te comportes de manera diferente al alrededor suyo. No tengas miedo de ellos. Son las mismas personas que antes, pero son más vulnerables y están sufriendo más que nunca. Si fuiste su amigo antes, sé ese verdadero amigo ahora. Si saliste de paseo con ellos antes como parejas, no los excluyas ahora. Si tú eres su maestro visitante o maestro orientador, realiza tus visitas mensualmente y llama de manera regular.
6. No juzgues. No hay forma de que puedas conocer ambos lados de la historia y de cómo llegaron a este lugar infeliz. Por último, eso realmente no es asunto tuyo. Tu trabajo es apoyarlos y amarlos, independientemente de quién tenga o no la culpa. No elijas tomar un bando, mantente imparcial. Recuerda que esta es una terrible prueba para ambos.
7. Dales un Abrazo. El contacto físico es muy limitado durante esta etapa de sus vidas y un abrazo siempre les ayuda a sanar. El contacto es poderoso. No tengas miedo de abrazarlos. Significará el mundo para ellos.
8. Ora por ellos. Ellos necesitarán de todas las oraciones que puedan tener durante el proceso de divorcio y en su transición al empezar de nuevo.
9. Si hay niños involucrados, ofrécete como voluntario para cuidarlos durante las reuniones con los abogados o las audiencias judiciales. Como líderes de la primaria o de los Hombres y Mujeres Jóvenes, maestros visitantes u orientadores, extiende tu mano y bríndales atención y amor extra durante este momento devastador de sus vidas. Hazles saber que estás disponible cada vez que necesitan hablar. De ser poseedor del sacerdocio, has lo mismo para poder brindar las bendiciones adecuadas cuando sea necesario.
10. Ora para saber exactamente cómo se puede apoyar mejor a cada miembro. Algunos quieren que los dejen solos. Otros necesitan a alguien en quien apoyarse. Un miembro recibió flores y una nota de un amigo y significó que todo el mundo pensaba que alguien estaba pensando en ella en el momento más doloroso. Nuestro Padre Celestial conoce mejor las necesidades de sus hijos, quienes sufren, así que pregúntale mediante la oración.
En Mateo 13:3-8, el Salvador enseñó a través de la parábola de las semillas:
“Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y se la comieron.
Y parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó enseguida, porque no tenía profundidad de tierra; mas cuando salió el sol, se quemó; y se secó, porque no tenía raíz.
Y parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Y parte cayó en buena tierra y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta y cuál a treinta por uno.”
Seamos miembros de un barrio con “buena tierra” donde las semillas puedan echar raíces fuertes y sobrevivir a los desafíos dentro de la seguridad y confort del tierno abrazo que brinda un barrio.
Es mucho más fácil retener a nuestros miembros que intentar rescatarlos una vez que han pasado por tribulaciones solos, en senderos pedregosos donde pueden ser devorados por el mundo.
El mejor lugar para recuperarse de la separación familiar es dentro de la Iglesia de Cristo.
Tratemos de nunca ser responsables de ser indiferentes, groseros o temerosos de nuestros hermanos y hermanas en este penoso proceso de divorcio.
Recuerda: “Se necesitan dos” para mantener una familia unida y un barrio lleno de amor para mantenerlos a salvo dentro de los límites del Evangelio de Jesucristo.
Que Dios les bendiga en sus esfuerzos por amarse los unos a los otros como ÉL nos amó.
Este artículo fue escrito originalmente por Lisa McDougle y fue publicado por ldsmag.com el título: “10 Ways to Support Members Going Through Divorce in Your Ward Family”