El cáncer es una de esas pruebas naturales que nos hace cuestionar la voluntad del Señor más que alguna otra vez. Nos conmociona y nos pone de rodillas en súplicas desesperadas.
“Hágase tu voluntad,” fue la frase que Jesús expresó al inicio de su Expiación. Todos la hemos escuchado en la iglesia y leído en las escrituras. Pero, no creo que comprendamos verdaderamente su significado hasta que no tengamos nada más que preguntar.
“Entonces, cuando experimentamos dolor físico, ¿cómo nos acercamos más a Él y llegamos a ser como Él? ¿Nos volvemos más amables, compasivos o contenemos la respiración hasta que pase? Quizá, un poco de ambos.”
Estas son las palabras que Debbie Noorlander, una sobreviviente del cáncer de mama, dijo sobre su experiencia. Luego, escribió:
“Amo a mi Salvador más íntimamente de lo que pensé era posible. Él es precioso. Él hace el dolor hermoso porque Él viene y crece en mí. Me da paz. Me da consuelo espiritual. Su consuelo es más grande que el dolor físico. No puedo comprender la sabiduría y el amor. Las experiencias más difíciles se convierten en las experiencias más sagradas ya que Él viene y nos ayuda verdaderamente.”
Que puedan tener alegría
Antes de venir a esta tierra, todos aceptamos la condición de sufrimiento. Lo hicimos porque sabíamos que con el sufrimiento, eventualmente vendría la ALEGRÍA. Sé que nuestros espíritus estuvieron preparados desde el inicio. El Padre no nos contó de Su Plan de Felicidad y luego, nos dejó en el aire. Él nos envió aquí para ser como Él y nos proporcionó todo lo que necesitaríamos.
Él nos enseñó a vestirnos con la armadura de Dios por medio de Sus primeros siervos. Él envió mensajeros celestiales para testificar y consolar a los profetas a los largo de los siglos, que luego lo registraron como escrituras. Nos proporcionó las ordenanzas poderosas que regresarían nuestros caminos a Él. Nos dijo en 2 Nefi 2:25 que Su misión general es que tengamos GOZO.
Sin embargo, a pesar de esa preparación, sufrir todavía es inevitable. ¿Por qué sucede eso exactamente? Sabemos por 2 Nefi 2 que debe haber oposición en todas las cosas. Sabemos que las personas tienen libre albedrío. Sabemos que existen causas naturales para enfermedades como el cáncer. No obstante, para empezar, ¿por qué tienen que suceder todas estas cosas?
No tengo autorización para responder esa pregunta completamente. Pero, puedo compartir la opinión del Élder Jeffreu R. Holland de su discurso “La Obra Misional y la Expiación”:
“La salvación no es una experiencia barata. La Salvación nunca fue fácil. Somos la Iglesia de Jesucristo; esta es la verdad y Él es nuestro gran y eterno caudillo. ¿Cómo podríamos creer que sería fácil para nosotros cuando nunca fue fácil para Él?”
Una cosa es saberlo y otra, sentirlo cuando estás en medio del sufrimiento. La experiencia de Debbie Noorlander con el cáncer nos enseña cómo Cristo puede ayudarnos a transformar cualquier experiencia difícil en una dulce.
1. Nunca estás solo
Hace casi 2000 años, el único hombre perfecto en la historia de la humanidad soportó toda dificultad porque deseaba ayudarnos. Algunos de sus mejores amigos lo traicionaron. Pasó una noche sintiendo cada dolor, angustia y pecado que alguno de nosotros tendría. Luego, fue azotado, agredido y humillado por una muchedumbre que gritaba. Lo clavaron en una cruz entre dos ladrones.
Nunca cometió ningún crimen ni mintió. Sin embargo, motivado por el amor puro y perfecto, Él lo soportó. Además, lo hizo completamente solo. Su acto desinteresado y maravilloso hizo que no tuviéramos que pasar por lo mismo.
Entonces, sabiendo que siempre podemos tener Su espíritu con nosotros, ¿por qué alguna vez nos sentiríamos solos?
Debido a que somos humanos imperfectos. Tenemos cinco sentidos pero el Espíritu y el consuelo de la empatía perfecta de Cristo tocan nuestros corazones. No es tangible para nosotros. O eso, algunos discutirían. No obstante, muchos han testificado que lo han sentido. Las palabras de Debbie sobre el dolor nos enseñan eso. Su expiación es infinita.
La próxima vez que te sientas solo y abrumado, deseo que ores y le cuentes todo a Dios. Luego, deseo que te imagines colocando tus pruebas y dolores a Sus pies. Deja que te cargue. Porque su yugo es fácil y Su carga, ligera.
A menudo, por medio de otras personas Él cubre nuestras necesidades. En Doctrina y Convenios 84: 88 Él les dijo a José Smith y los misioneros que Sus ángeles estarían a su alrededor para animarlos. Esa misma promesa se aplica para todos.
El hijo de Debbie falleció hace casi un año. La pérdida y el dolor fueron intensos. Pero, testifica de los momentos en los que sintió que Su presencia la animaba en algunos de sus días más difíciles. Eso le dio la fuerza para continuar.
Todos nosotros tenemos derecho a ese lujo espiritual.
A veces, los ángeles vienen en una forma temporal. Pertenecemos a una iglesia con la misión de Cristo: animar a los desolados. Deja que tus prójimos, amigos y familiares te ayuden. Permite que te cuiden, apoyen y estén a tu disposición de la mejor manera que saben. Luego, se agradecido cuando lo hagan.
2. Mantener la gratitud en tu corazón
El Presidente Henry B. Eyring testificó del poder de anotar nuestras bendiciones diarias en su mensaje “¡Oh recordad, recordad!”, octubre 2007. Dijo que anotar nuestras bendiciones diarias abre nuestros ojos a la mano del Señor. Puede ser tan fácil desanimarse cuando nada sale como se planeó, o cuando tu día está lleno de los efectos secundarios de la quimioterapia. A veces, podrías sentirte completamente solo. Te preguntas cómo puedes ser agradecido cuando pasas todo el día en cama, contando tus respiraciones, mientras el mundo exterior pide la atención que no puedes dar.
Debbie ha encontrado una manera de contrarrestar la impotencia al escribir sus bendiciones diarias en Facebook. Sus palabras se han convertido en una inspiración para todos. Debbie escribe sobre las personas que conoce y conmueven su vida, actos de servicio para ella, la experiencia refrescante de ver a sus hijos jugar y, como leímos anteriormente, su relación creciente con el Salvador.
Siempre hay algo por lo que estar agradecido. Si no lo puedes encontrar, te invito a orar hasta que lo hagas. No te lo digo para que elimines cualquier tipo de sufrimiento sino lo contrario. Nuestro sufrimiento abre nuestros corazones más a la ALEGRÍA.
3. Mantener tu relación con Dios
Sabemos que estudiar las escrituras y orar diariamente son cosas importantes. Lo escuchamos cada domingo en la iglesia. Para algunos de nosotros, eso se ha infundido en nuestras cabezas desde que apenas podíamos hablar. De hecho, lo escuchamos tanto que pronto puede sentirse como una tarea. Sé que tengo noches en que leo mis escrituras porque sé que recibiré bendiciones. Pero, luego, no presto tanta atención como debería y eventualmente, me he dado cuenta que no he aprendido nada.
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La oración es cómo hablamos con Dios y las escrituras, cómo Él responde. Si no lo mantenemos, ¿cómo esperamos tener una relación fuerte con Él? Es tan esencial para nuestra supervivencia espiritual como es una necesidad física.
Una cosa que Debbie hace es asegurarse de estudiar sus escrituras durante una hora cada mañana, omitiendo toda distracción. Esto se demuestra en todo lo que hace. Todos los que la conocen y hablan con ella pueden notar que tiene un vínculo fuerte con Dios. Su corazón se encuentra en paz y les enseña a aquellos que están a su alrededor que pase lo que pase, Dios tiene un plan para todos nosotros.
Quizá algunos de nosotros no podamos estudiar una hora diaria cada día. Está bien. Sin embargo, cuanto más lo conviertas en una prioridad espiritual, menos se convierte en una rutina. Escucha al Espíritu. Las escrituras pueden brindar un mensaje diferente cada día si buscas alguno. Ora y pregunta a Dios. Luego, busca las respuestas en tu lectura. Sin importar donde leas, encontrarás una respuesta.
Junto con esos hábitos diarios, nunca debemos subestimar el poder del ayuno. Hace casi una semana y media, el doctor de Debbie le dio una noticia alarmante sobre sus tratamientos de cáncer. Siempre oraba mucho, pero necesitaba un poco de ayuda adicional. Así que Debbie le pidió a su familia y seres queridos que hicieran un ayuno especial. Después del ayuno, recibió un poco de maravillosa ayuda y guía en sus tratamientos. Esto solo se pudo lograr con el poder de Dios.
A pesar de todos nuestros esfuerzos, esto debe enseñarnos que no existe nada más importante que la voluntad de Dios.
4. Reír y tener gozo
Para reiterar, Dios no nos envió aquí para sufrir sino para ser felices. Uno de los mejores sonidos de la felicidad es la risa.
En octubre de 2008, en su último mensaje de conferencia general “Venga lo que venga, disfrútalo”, Joseph B. Wirthlin testificó de algunas de las maneras en que podemos tener esa felicidad venga lo que venga. Una de esas maneras es reír.
¿Alguna vez han visto a un conductor enojado que, cuando alguien comete un error, reacciona como si esa persona hubiera insultado su honor, su familia, su perro y sus antepasados remontándose hasta Adán? … La próxima vez que se sientan tentados a quejarse, más bien intenten reírse; alargarán su vida y harán más agradable la vida de todos los que los rodean.
5. Reconocer tu progreso espiritual
Nuestras pruebas no durarán para siempre. El Señor le prometió a José Smith mientras estaba en la cárcel de Liberty que sus pruebas no serían más que por un breve momento. Al final de todo, nada más importa excepto nuestro progreso espiritual.
Dios nos da pruebas porque confía en nosotros. Son un cumplido de cuanto potencial Él ve en nosotros. A veces, es difícil de reconocerlo cuando estamos en medio de esas pruebas. Así que toma un momento, ahora mismo, y detente a observar tu progreso espiritual.
Quizá algunos tipos de cáncer son imbatibles. Pero, la mano de Dios es amable, perfecta y siempre atenta. Apóyate en Él. Obsérvalo. Y tu espíritu hará eco de Su fortaleza. Piensa en cómo Dios te ha ayudado hoy. Luego, escríbelo.
Artículo originalmente escrito por Camille Thomas y publicado en mormonhub.com con el título “5 Ways to Smile Through Cancer.”
