La vida eterna es la promesa de que la muerte no es el fin, que hay vida después de la muerte. Es la promesa de que tanto mi cuerpo como este mundo pueden continuar después de la muerte. Esta promesa es importante.
Pablo nos dice: “Si solamente en esta vida tenemos esperanza en Cristo, somos los más dignos de lástima de todos los hombres.” (1 Corintios 15:19). Pero lo contrario también es cierto; si sólo tenemos esperanza en Cristo para la vida venidera, también estoy perdido. La gloria de una vida eterna no es suficiente, necesitamos hacer algo más.
Aprender a amar a un nuevo nivel
Sin perder de vista la vida eterna, Pablo llama a esta esperanza mortal como “vida en Cristo”. Para Pablo, el ser cristiano en este mundo es estar en Cristo. Como cristiano, debemos esperar en Cristo, regocijarnos en Cristo (Filipenses 3:3), tener fe en Cristo (Gálatas 3:26), ser insensatos en Cristo (1 Corintios 4:10), decir la verdad en Cristo (Romanos 9: 1), rogar en nombre de Cristo (2 Corintios 5:20), ser creados en Cristo (Efesios 2:10), tener amor en Cristo (2 Timoteo 1:13), triunfar en Cristo (2 Corintios) 2:14), dormir en Cristo (1 Corintios 15:18), confiar en Cristo (Efesios 1:12), ser uno en Cristo (Gálatas 3:28), encontrar consuelo en Cristo (Filipenses 2: 1), y, por supuesto, vivir en Cristo (Romanos 8: 2). Todo lo que hagamos, debemos hacerlo en Cristo.
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La vida en Cristo, la forma en que vivimos, nuestra forma de vivir, nos cambia de adentro hacia afuera. Al igual que amar, el vivir en Cristo cambia lo que significa estar vivo. El vivir en Cristo, me ayuda a actuar de manera diferente. Deseo cosas de manera diferente, amo de manera diferente, veo el dolor y la pérdida de manera diferente, me equivoco de manera diferente, triunfo de manera diferente, me separe del pasado, respondo al presente de manera diferente y miro el futuro de manera diferente. En Cristo, veo el tiempo en sí de una manera muy diferente.
Vivir el tiempo de una manera diferente
Al final, esta última diferencia es la más grande. La vida está conformada de tiempo y el vivir una vida diferente a la de Cristo es vivir el tiempo de una manera inadecuada. Al vivir en Cristo, descubrí una nueva forma de ver el tiempo. En Cristo, me arrepiento, el pasado ya no me posee, el presente no se mantiene a distancia, y el futuro deja de asustarme. En lugar de esperar a Cristo, me doy cuenta que Cristo ya ha venido, que está a mi lado. Me levanto para descubrir algo que es verdad, que Cristo “ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos y somos.” (Hechos 17:27-28).
La vida en Cristo nos enseña una nueva forma de manejar nuestro tiempo. En lugar de simplemente almacenar la salvación para el futuro, la vida en Cristo me salva la vida tal como la estoy viviendo. En Cristo, el velo se hace más delgado y la eternidad comienza a entrelazarse con el tiempo. La vida venidera, una vida vivida en la presencia de Dios, se inicia mucho antes de que muramos…
En Cristo, es posible morir mientras aún estás vivo y al morir antes, es posible que tu resurrección comience aún antes de que hayas abandonado este mundo.
En Cristo, el control del tiempo desaparece y las cosas comienzan a suceder fuera de orden. Así es como se ve una vida cristiana: naces, eres sepultado con Cristo, comienza tu resurrección y luego mueres. Si se hiciera según los deseo de Cristo, todos moriríamos antes de que estemos muertos y cada uno de nosotros cedería nuestras vidas, aquí y ahora, por una resurrección temprana….
En este sentido, la resurrección no es sólo para una vida próxima. Significa. Si insisto en posponer mi muerte, también insisto en posponer mi redención. Pero si estoy dispuesto a dejar que esas partes egoístas de mí mueran ahora, mucho antes de que mi cuerpo falle y mi corazón se detenga, entonces la resurrección de Cristo también puede comenzar a apoderarse de mi cuerpo ahora. Puedo compartir la vida de Cristo en este mundo y en esta carne.
Este artículo fue escrito originalmente por Adam S. Miller, y fue un extracto del libro “An Early Resurrection” y fue publicado por ldslivingcom bajo el título: “How We Can Obtain Eternal Life Now”