El líder de una Iglesia con más de 16 millones de miembros a nivel mundial está intentando contraatacar el impacto negativo de las redes sociales en las personas de todo el mundo. Realmente, ¿es tan terrible?
El presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Russell M. Nelson, invitó a las miembros a participar de cuatro desafíos en la sesión de mujeres de la Conferencia General Semestral N° 188 realizada en octubre del presente año. Uno de los desafíos, un ayuno de 10 días de las redes sociales, inmediatamente desató la polémica.
Las críticas, tanto dentro como fuera de La Iglesia, incluido un artículo de la importante revista en línea “Slate”, rápidamente expresó su oposición, al decir que la finalidad del desafío es reprimir la voz de las mujeres antes de las elecciones a mitad del mandato presidencial [en EE.UU.]. Otros dijeron que este desafío no considera a la gran cantidad de mujeres de La Iglesia cuyos trabajos y negocios se realizan principalmente a través de las redes sociales.
El desafío no fue obligatorio durante su invitación y no tuvo nada que ver con silenciar voces. En el verano, se dio un desafío similar a los adolescentes y los jóvenes adultos, con todo el espíritu de ayudar a las personas a centrarse en las experiencias nuevas y la inspiración divina.
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Los defensores [del desafío] se dan cuenta tanto de los beneficios prácticos de ganar más tiempo para otros esfuerzos como de la oportunidad de edificar la fe al seguir el consejo de un líder espiritual que respetan como un profeta de Dios.
De cualquier modo, a las personas les encanta odiar y especialmente, les encanta odiar la religión. Los críticos se apresuraron y empecinaron en encontrar todo lo malo en un importante líder religioso que propuso un ayuno de las redes sociales dirigido a las mujeres. ¿Qué hubiera pasado si del mismo modo hubieran puesto su esfuerzo en encontrar todo lo bueno al respecto?
Considera estos resultados:
Un estudio reciente indicó que las redes sociales son más perjudiciales para las mujeres. En el estudio, las mujeres presentaron niveles más bajos de felicidad en edades más tempranas – solo a los 10 años – que su contraparte masculina. Esta infelicidad aparentemente se relaciona no solo con la cantidad de tiempo que pasan en las redes sociales, sino también con la forma en que las utilizan, como un medio de comparación, no como una comunidad.
En una serie llamada “Generation Vexed”, Deseret News informó que dos tercios de los antidepresivos recetados a los adolescentes son para las jóvenes. Casi 38% de las jóvenes luchan contra la ansiedad y sienten la necesidad de ser perfectas, sin duda la situación empeora con la tendencia de perfeccionismo que se encuentra en las redes sociales.
Las redes sociales también tienen un impacto negativo en la imagen física de las mujeres. Otro estudio descubrió que las mujeres que pasan más de una hora al día en las redes sociales, tienden a tener sentimientos negativos hacia su cuerpo y encuentran a las personas delgadas más atractivas, al mismo tiempo que son más conscientes de su propia apariencia.
Se informó que otros efectos negativos de las redes sociales incluyen no poder tener relaciones emocionales reales, lo que crea una atmósfera propicia para que las personas sean hirientes y crueles; una disminución en la capacidad de pensar por uno mismo; y, tener sentimientos de desconexión y soledad como resultado de menos interacciones personales.
Después de todo, parece que una sugerencia de desvincularse de todo eso no puede estar tan mal.
Confieso que me enteré de este desafío por las redes sociales. Como miembro de La Iglesia, usualmente escucho o veo la Conferencia General en vivo. Sin embargo, este año, un conflicto de horarios hizo que estuviera fuera de la ciudad y no pude hacerlo.
Mi primera reacción al escuchar sobre el ayuno de las redes sociales fue reacia. Las redes sociales son una gran parte de mi trabajo, y sabía que sería poco práctico y difícil mantenerme alejada de las redes sociales durante 10 días.
Pronto, me di cuenta de que la razón por la que me sentía de esta manera se debía también a los comentarios negativos que aparecían en mis redes sociales. Ni siquiera había tenido la oportunidad de escuchar el mensaje y ya estaba dejando que los demás determinaran su efecto en mí. Así que decidí participar, si no era por obedecer, lo era por mi propia salud mental.
La indiferencia y la negatividad no son una reacción única. De hecho, es mucho más natural tomar la salida hedonista en lugar de pensar en por qué es necesario un cambio. Muchos de los personajes que ahora consideramos conocidos, recibieron algunas de las críticas más severas de la historia e incluso, castigos por su llamado a acciones destinadas a mejorar el mundo.
Un pedido para tomarse un descanso de las redes sociales y erradicar las influencias negativas puede parecer trivial, pero las redes sociales no son perfectas. Sus consecuencias negativas afectan a las personas de todo el mundo.
Gran parte de esta polémica tuvo lugar en las redes sociales y fue, irónicamente, el impulso que necesitaba para tomar mi decisión. Hasta ahora, y basándome en los resultados de la investigación, parece ser lo correcto.
Artículo originalmente escrito por Savannah Hopkinson y publicado en deseretnews.com con el título “Savannah Hopkinson: Is President Nelson’s social media challenge such a terrible thing?”
