Con el anuncio del nuevo horario para las reuniones en la Iglesia, es más importante que nunca hacer que la Santa Cena se convierta en un punto fundamental en nuestra adoración semanal.
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Comparto esta reflexión con la esperanza de profundizar nuestra adoración durante la Santa Cena. Está basada en las anotaciones para el discurso que di en una reunión sacramental hace un par de meses en Mongolia.
Ya he dado mi testimonio en la reunión sacramental. Tú también lo has hecho. Damos testimonio en cada reunión sacramental y no sólo en los domingos de ayuno.
Eso es porque cuando participamos de la Santa Cena, damos solemne testimonio a Dios de nuestro compromiso de seguir a Cristo. Por lo tanto, cada reunión sacramental es también una reunión de testimonio.
Esto es algo que se refería el Salvador cuando le enseñó a los nefitas acerca de la Santa Cena. Jesús dijo:
“Y haréis esto en memoria de mi cuerpo que os he mostrado. Y será un testimonio al Padre de que siempre os acordáis de mí. Y si os acordáis siempre de mí, tendréis mi Espíritu para que esté con vosotros.” (3 Nefi 18:7)
Cuando participo de la Santa Cena, trato de recordar que, al hacerlo, estoy dando testimonio al Padre. Esto ha enriquecido y profundizado enormemente el impacto de la ordenanza en mí.
Ten en cuenta que nada se dice en las oraciones, ni en ninguna otra parte de las Escrituras, acerca de cómo la Santa Cena es la renovación de un convenio anterior hecho en el bautismo.
Sin duda, los convenios que hacemos en estas ordenanzas se superponen. Sin embargo, tal vez disminuimos el poder y el significado de la Santa Cena cuando pensamos que es sólo una renovación de un compromiso pasado en lugar de un testimonio o un convenio, de todo corazón, hecho en tiempo presente, aquí y ahora. Para mí, al menos, la ordenanza se vuelve más poderosa cuando la considero como mi testimonio a Dios en el presente.
Para ayudarme a estar en el presente durante en la Santa Cena, me gusta decirme en silencio mientras como el pan y bebo el agua: “Siempre lo recuerdo”. Al hacerlo me recuerda que le estoy testificando al Padre mi compromiso de seguir a Cristo.
No estoy simplemente repitiendo viejas promesas. Estoy testificando una vez más, en tiempo presente, recordando siempre a Cristo guardando Sus mandamientos.
Me sorprende el lenguaje en tiempo presente en las oraciones de bendiciones de la Santa Cena. En la bendición del pan, Te pedimos, participen, coman, testifiquen, estén dispuestos, recordarle siempre, guardar sus mandamientos.
La bendición en el agua agrega un enfático “hagan” en la promesa de recordarlo: “en memoria”. Las oraciones de bendiciones nos invitan a estar presentes en la ordenanza; no sólo para recordar o volver hacer la misma promesa, sino para hacer una promesa activa con el Señor.
Incluso el lenguaje usado para “recordar” en la bendición de la Santa Cena no es simplemente mirar hacia atrás.
Sí, la Santa Cena nos remite poderosamente al gran sacrificio expiatorio de Jesús cuando recordamos el cuerpo y la sangre. Pero también nos invita a recordar a que debemos estar dispuestos a tomar el nombre de Cristo sobre nosotros y guardar Sus mandamientos ahora y en el futuro. Es más un testimonio personal o un testimonio a Dios que una “memoria” cuando lo ponemos en práctica.
Por lo tanto, la reunión sacramental es también una reunión de testimonio. Es un momento para ofrecer nuestro testimonio sagrado y solemne al Padre de que recordamos a Cristo. Es un momento para hacer un convenio con Dios, no sólo para recordar un convenio que hicimos a menudo hace muchos años.
La Santa Cena dirige nuestras mentes no sólo a Getsemaní y la cruz, sino también a nuestra disposición, ahora y siempre, de tomar el nombre del Salvador sobre nosotros y de guardar Sus mandamientos.
Como la Expiación es un testimonio del amor de Dios por nosotros, la Santa Cena es un testimonio de nuestro amor por Él. Al dar sinceramente este testimonio a través de la Santa Cena, cada reunión sacramental se convierte en una reunión sagrada de testimonio.
Este artículo fue escrito originalmente por John S. Tanner, President of BYU- Hawaii y fue publicado por ldsliving.org bajo el título “A New Way to Look at the Sacrament That Will Deepen Your Understanding of Covenants and Atonement“
