El uso de la pornografía puede destruir los lazos de confianza en el matrimonio y hacer a los cónyuges responsables por las acciones de otras personas. Pregunta y respuesta por el Terapeuta Jonathan Decker.
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Pregunta
Mi esposo me culpa por su uso de pornografía. Dice que lo mira porque no tenemos intimidad con mucha frecuencia.
Dice que sabe él que está mal y que sí cree en el Evangelio, pero que lo estoy impulsando a la pornografía porque le estoy negando una conexión íntima.
Pero, ¿por qué querría estar con él de esa manera cuando siento que está pensando en esas mujeres o tratando de hacer cosas que ha visto en pornografía?
Respuesta
Mi corazón está con usted. Es desgarrador saber que su cónyuge ha estado sintiendo deseo por otras.
La versión corta de mi respuesta es que no, usted no es responsable del uso de pornografía de su esposo. No importa lo que haga cualquier otra persona, cada uno de nosotros es responsable de nuestro propio comportamiento.
Como leemos en las Escrituras, el plan del Señor requiere “que todo hombre obre en doctrina y principio… de acuerdo con el albedrío moral que yo le he dado, para que todo hombre responda por sus propios pecados en el día del juicio.”(Doctrina y Convenios 101:78).
Su esposo es el único responsable de su comportamiento. Pueden haber otros problemas en el matrimonio que deben resolverse, pero nadie lo obligó a hacer esto. Puede sentir que está respondiendo a la soledad o la frustración sexual, pero siempre hay maneras de satisfacer nuestras necesidades sin traspasar las leyes de Dios.
Como Nefi enseñó: “Sé que [el Señor] nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles una vía para que cumplan lo que les ha mandado.” (1 Nefi 3:7).
Espiritualmente hablando, su esposo mira pornografía porque ha sucumbido a las tentaciones del adversario y está siguiendo los impulsos del hombre natural.
Psicológicamente hablando, las personas recurren a la pornografía tanto para aliviar la ansiedad, la tristeza, la soledad y el aburrimiento como para la satisfacción sexual. La respuesta para su esposo no es culparla a usted, sino buscar medios sanos y espirituales que satisfagan esas necesidades.
No tengo toda la información, pero si su conexión sexual está disminuyendo, es probable que tenga que ver con varios factores. Obviamente, ahora se siente traicionada y le resulta difícil confiar en él con la parte más sagrada de si misma en este momento.
El uso de la pornografía es una forma de infidelidad. Jesús enseñó: “yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.” (Mateo 5:28).
Para que el aspecto sexual de su relación sane, él necesita arrepentirse por completo, confesar sus pecados, asumir la plena responsabilidad de sus actos, suspender el comportamiento y permitir que la Expiación de Jesucristo lo limpie.
Él necesitará demostrar que es digno de confianza otra vez. Cuando él demuestre un cambio, entonces es usted será quien decida confiar en él, pero sólo cuando él haya cambiado.
Si hay otras razones para los desafíos de intimidad en su matrimonio, incluso si esas fueron las primeras, ellas no causaron el uso de la pornografía de su esposo. Una vez más, todos tenemos albedrío. El albedrío significa que somos más que causa y efecto.
Viktor Frankl lo dijo mejor: “Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta radica nuestro crecimiento y libertad.”
Dicho esto, otros problemas en su matrimonio que pueden haber contribuido a la soledad o tristeza de su esposo (y la suya) aún deben resolverse. Por favor, busque ayuda de sus líderes o de un profesional calificado. No tiene que hacer esto sola. Dios la bendiga.
Este artículo fue escrito originalmente por Jonathan Decker y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “Ask a Latter-day Saint Therapist: My Husband Blames Me for His Pornography Use”