“Se manifiesta por el poder del Espíritu Santo a cuantos en él creen; sí, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, obrando grandes milagros, señales y maravillas entre los hijos de los hombres, según su fe.” – 2 Nefi 26:13
Conocimiento
A menudo, cuando pensamos en la traducción del Libro de Mormón, inmediatamente se nos viene a la mente como José Smith tradujo milagrosamente sus caracteres egipcios reformados al inglés. Definitivamente, esto es correcto, considerando que este evento fue uno de los más milagrosos de esta dispensación. Sin embargo, las traducciones del Libro de Mormón a otros idiomas también fueron milagrosas, a su manera.
Al menos partes del Libro de Mormón se han traducido en 111 idiomas, del danés (1851), galés (1852) y hawaiano (1855) al pohnpeiano, sesotho y tshiluba, anunciados en 2017. Cada traducción ha significado un gran esfuerzo y dedicación. Además, los milagros acompañaron a muchas traducciones. La traducción del Libro de Mormón del inglés al ucraniano es uno de esos pequeños milagros en la historia de la Iglesia.
1991 fue un año difícil para Europa del este. La Unión Soviética se volvió cada vez más inestable, con un intento de golpe de estado en agosto de ese año. Además, la URSS ya no existiría oficialmente para la víspera de año nuevo.
La hiperinflación se apoderó de las economías de los nuevos países de Europa del Este, como Ucrania, y la gente luchaba por sobrevivir. Una de esas personas fue una mujer llamada Zoya Gulko, una ucraniana de ascendencia judía, que trabajaba a tiempo completo enseñando inglés en Kiev.
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Este tiempo de confusión dejó a Zoya y a su esposo, eslavo, preguntándose qué podrían hacer para conocer a Dios y descubrir el propósito de sus vidas. Si bien ambos eran ateos, intentaron diferentes cosas para descubrir la existencia de Dios, al investigar el judaísmo, el behaísmo y el cristianismo protestante. Finalmente, descubrieron La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y se bautizaron el 08 de diciembre de 1991.
Alrededor de este tiempo, Howard L. Biddulph, presidente de la misión Kiev, Ucrania, y el Élder Steven Struk, del departamento de traducción de la Iglesia, comenzaron a buscar a alguien que tradujera el Libro d Mormón al ucraniano.
En esa época, era muy difícil encontrar a una persona ucraniana que hablara inglés lo suficientemente bien como para traducir un documento tan extenso como el Libro de Mormón.
Para complicar más las cosas, el Departamento de Traducción de la Iglesia determinó que solo se le permitiría a un miembro de la Iglesia traducir el Libro de Mormón a otro idioma.
Los dos hombres oraron desesperadamente para que, de alguna manera, alguien con fluidez en ambos idiomas se uniera a la Iglesia, para permitir que los ucranianos leyeran el Libro de Mormón en su propio idioma y no solo en ruso. Poco después, Zoya se bautizó. Como profesora de inglés, fue verdaderamente una respuesta a sus oraciones.
Sin embargo, aun así, había un obstáculo en el camino de la traducción. La traducción del Libro de Mormón generalmente toma años en completarse, incluso cuando alguien se dedica a la tarea a tiempo completo.
Debido a las difíciles circunstancias económicas que enfrentaba Ucrania en ese momento, Zoya no podía renunciar a su trabajo de tiempo completo como profesora para dedicarse a traducir el Libro de Mormón.
Según el Presidente Biddulph, nadie estaba muy seguro de cómo podría traducir el Libro de Mormón oportunamente mientras trabajaba a tiempo completo, pero Zoya aceptó la asignación de todos modos, sabiendo que Dios la ayudaría. Y, ¡Él la ayudó! Zoya completó el primer manuscrito de la traducción al ucraniano del Libro de Mormón en diecinueve meses, a pesar de trabajar a tiempo completo como profesora de inglés y servir como presidenta de las Mujeres Jóvenes del distriro en Kiev.
El Presidente Biddulph declaró que Zoya le contó de las “experiencias sagradas que tuvo durante el proceso de traducción a altas horas de la noche. Experimentó el poder de la revelación y el don de lenguas, que le permitió que las palabras le vinieran como una corriente espiritual, más allá de su comprensión y habilidad previas.” Debido a esta experiencia, “Su testimonio del Libro de Mormón como una escritura sagrada de Dios se ha vuelto profundamente fuerte.”
Razón
Traducciones como esta demuestran que el Espíritu del Señor continúa manifestando el don de “la interpretación de idiomas” (Moroni 10:16) hoy, de esta y muchas otras maneras.
Moroni 10:16 cuenta el don de “la interpretación de idiomas y diversas clases de lenguas” entre los dones que Moroni espera no sean negados. Moroni considera entre los muchos dones del Espíritu por suscitarse, dar testimonio y ayudar en la comprensión del registro del Libro de Mormón mientras lo sella y lo entierra.
¿De qué otra manera podría imaginar que alguien pudiera leer y recibir su registro en algún día futuro, excepto a través de tales dones? Entre los dones que menciona en Moroni 10: 9-16 se encuentran: la sabiduría, los milagros, la profecía, ver ángeles y espíritus ministrantes, la interpretación de idiomas. Todos estos formaron parte de la aparición del Libro de Mormón.
Historias como esta, también nos enseñan algo más. A veces, cuando nos sentimos agobiados por las cargas de la vida, puede ser fácil pensar que simplemente no podemos hacer todo lo que debemos.
Es posible que nos sintamos abrumados y exhaustos y nos preguntemos cómo podemos continuar. Sin embargo, la historia de Zoya es un recordatorio de que Dios tiene el hábito de hacer que las cosas sucedan inesperadamente.
Así como cuando Zoya se bautizó en el momento en que el Presidente Biddulph y el Élder Struk estaban orando desesperadamente para que alguien tradujera el Libro de Mormón al ucraniano, quizá preguntándose cómo encontrarían a la persona correcta.
Del mismo modo, probablemente, a Zoya le pareció imposible terminar la traducción del Libro de Mormón a tiempo, cuando recibió la asignación.
¿Cómo podría traducir un libro tan largo y complejo mientras seguía trabajando a tiempo completo para mantener a su familia? Sin embargo, de alguna manera, Dios la bendijo con la capacidad de traducir el libro en tiempo récord, a pesar de todos los obstáculos en su camino y las cargas que aún tendría que soportar.
Uno encuentra algo similar en el Libro de Mormón, cuando Alma y su pueblo estuvieron en esclavitud. Mosíah 23:15 dice que “las cargas que se imponían sobre Alma y sus hermanos fueron aliviadas; sí, el Señor los fortaleció de modo que pudieron soportar sus cargas con facilidad, y se sometieron alegre y pacientemente a toda la voluntad del Señor.”
Así como Dios bendijo a Zoya y al pueblo de Alma mientras soportaban una carga pesada, Dios nos bendecirá cuando confiemos en Él. Por medio de la ayuda de Dios, podemos realizar las tareas aparentemente imposibles que necesitamos llevar a cabo en la vida, y Dios puede, mediante pequeños milagros en nuestras vidas, ayudarnos a hacer todo lo que Él nos ha pedido que hagamos.
Artículo originalmente escrito por Book of Mormon Central y publicado en ldsliving.com con el título “How 2 Atheists Joined the Church and Led to the Miraculous Translation of the Book of Mormon in Ukrainian.”