“Como padres, tenemos la oportunidad de ayudar a nuestros hijos a mostrar gratitud. Aquí hay cinco maneras en que podemos ayudar a nuestros hijos a ser más agradecidos.”
El concepto de “sentido de merecimiento” ha estado de moda en el mundo de la crianza de los hijos durante la última década. Tanto los expertos como los padres están de acuerdo en que cada vez más niños esperan obtener lo que quieren, cuando lo quieren sin ningún tipo de cuestionamientos.
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Las consecuencias negativas de este sentido de merecimiento van desde la impaciencia hasta el narcisismo y la ingratitud.
Como padres reconocemos que el Señor nos ha pedido que “[instruyamos] al niño en su camino; y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él.” (Proverbios 22: 6).
Si a temprana edad empezamos a ayudar a los niños a tener un corazón agradecido, se convertirán en adultos con el mismo atributo y evitarán ese sentido de merecimiento que afecta a tantas personas hoy en día.
Aquí hay cinco maneras en que podemos ayudar a nuestros hijos a ser más agradecidos.
1. Cambio de perspectiva
Algunos niños no entienden lo que tienen hasta que ven lo que otros no tienen. El tomarse un tiempo para conversar con tu hijo sobre las circunstancias de las personas en todo el mundo en comparación con las suyas les dará una perspectiva sobre las bendiciones que disfrutan.
En el artículo titulado “La gratitud: Un principio salvador”, el Presidente James E. Faust declaró:
“Como en todos los mandamientos, la gratitud es la descripción de un modo de vivir que da resultados. El corazón agradecido abre los ojos a una multitud de bendiciones que nos rodean.”
Esto también puede motivarte y a tu familia a participar en algún tipo de servicio para ayudar a los menos afortunados, ya sea recolectando alimentos para el almacén local de alimentos o acompañando a los que están solos.
Otra forma de cambiar la perspectiva de tus hijos es explicarles el trabajo que ellos no ven para brindarles las bendiciones que disfrutan.
Estas explicaciones ayudarán a los niños a apreciar lo que podrían dar por sentado, ya sea entendiendo las horas que papá dedica en el trabajo o el tiempo que la mamá dedica a la planificación de horarios y los viajes en familia.
2. Diarios de gratitud
Mantener un registro de todas nuestras bendiciones en forma escrita, ya sea en un diario para toda la familia o como algo individual, es también una excelente manera de fomentar una actitud de gratitud.
Cuando no sepas qué cosa escribir en tu diario, trata de buscar las cosas simples y sencillas que son una bendición y algo por lo que podemos estar agradecidos; como por ejemplo, el haber tenido un día soleado o el tener algo que comer en la mesa. Eso es algo que puedes compartir con tus hijos y será un habito que seguramente ellos desarrollarán.
3. Cartas de gratitud
Ya sea que sean electrónicos o por correo postal, escribir notas de agradecimiento a las personas que han bendecido nuestras vidas también ayudará a cultivar la gratitud.
Podemos recordar a los maestros, líderes de la Iglesia o miembros de la familia que han marcado una diferencia en nuestras vidas y alentar a nuestros hijos a que se comuniquen con una breve nota de agradecimiento. Después de todo, nunca es demasiado tarde para decir “gracias”.
4. Leer libros que enseñen gratitud
Haz que el aprendizaje sobre la gratitud sea divertido con una variedad de libros infantiles sobre el tema. Los niños verán a los personajes expresar agradecimiento por una variedad de cosas en una variedad de formas.
Como padres, no deberíamos simplemente leer rápidamente el libro con nuestros hijos, sino detenernos a discutir los principios que se enseñan, es decir, “¿Cómo muestra Juan que está agradecido por _____?” “¿Por qué cosa estás agradecido en este momento?” “¿Ves cuán felices son estos personajes cuando dicen gracias?”
Date un tiempo para buscar algunos cuentos o libros para niños sobre la gratitud, puedes buscarlos en internet o en alguna librería, valdrá la pena.
5. Predicar con el ejemplo
Cuando recordemos expresar nuestra gratitud, tanto a otras personas como al Señor, nuestros hijos observarán y aprenderán. Esta es quizás la manera más efectiva de enseñar a nuestros hijos a estar agradecidos.
Simplemente tomate el tiempo para agradecer al empleado de la tienda de comestibles o al ser más específico en la forma en que agradecemos al Padre Celestial en oración, esas dos importantes acciones le mostrarán a nuestros hijos cómo es una actitud de gratitud.
A medida que enseñamos a nuestros hijos la gratitud, indudablemente desarrollaremos aún más esta virtud en nuestras propias vidas. El estar agradecido tiene la capacidad de elevarnos a lugares más allá de los confines de este mundo, tal como se refleja en las palabras del Presidente Thomas S. Monson:
“Mis hermanos y hermanas, el expresar gratitud es cortés y honorable; el actuar con gratitud es generoso y noble; pero el vivir siempre con gratitud en el corazón es tocar el cielo.”
Como padres, tenemos la oportunidad de cambiar la mentalidad de una sociedad que se está dirigiendo hacia el sentido de merecimiento. El hacer estas cosas simples te permitirá hacer una diferencia en la vida de tus hijos y de tus nietos.
Se producirá un efecto dominó a medida que avanzan hacia un futuro de creación donde la gratitud abunda en los corazones y las mentes de los jóvenes y adultos por igual. Y eso me suena bastante increíble.
¿Qué consejos darías para enseñar a los niños a tener corazones agradecidos? ¡Comparte tus ideas en los comentarios!
Este artículo fue escrito originalmente por Jasmine Turner y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “5 Ways to Help Your Children Cultivate an Attitude of Gratitude”