Es el clásico cuento de hadas. Una historia de amor Santo de los Últimos Días.
Una viuda de 31 años y un viudo de 31 años se conocieron por internet, se enamoraron. Él mudó a su familia al otro lado de los Estados Unidos, y pronto unieron a sus 11 hijos en una familia lo suficientemente grande como para organizar dos equipos de baloncesto con tres pequeñas animadoras.
También te puede interesar: “Terapeuta Santo de los Últimos Días: Porqué Dios te ama y porqué debes amarte”
Sí, una historia de amor entre dos miembros fieles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Pero el verdadero giro de la trama no está en tener una familia de más de una docena o en tener a tantas personas en la mesa. La sorprendente revelación es su creencia fundamental de que Dios realmente ha sido muy bueno con ellos.
Sus desafíos que a pesar de tener una nueva familia son igual de difíciles a los que estás atravesando.
Sin saberlo, el camino que los llevaría a convertirse en una familia de 13 comenzaron el 2 de diciembre de 2016. Después de menos de una década de matrimonio, Tony Means perdió la feroz batalla contra el cáncer. Dejando a su esposa, Érica, con seis hijos y un séptimo en camino. La familia de Utah quedó devastada.
Su cáncer no había sido una sorpresa. Tony había vivido con el síndrome de Li-Fraumeni. En resumen, a su cuerpo le faltaba uno de los dos genes que combaten el cáncer que la mayoría de nosotros tenemos y su familia había sido atacada por el cáncer durante años.
Su madre murió de cáncer de mama a los 29 años. Su abuelo, su tío y tres primos murieron de cáncer a los 42, 49, 21, 9 años y 18 meses, respectivamente. Además, una tía tenía cáncer cuando era una bebé y otro tío tuvo cáncer cuando era un adolescente.
Tony fue diagnosticado con un tumor cerebral durante su segundo año de matrimonio. La cirugía fue exitosa, pero el cáncer le regresó tres veces más antes de dejar inevitablemente a su familia.
A dos zonas horarias de distancia, Spencer y su esposa, Aimee, hacían recados al final de un largo y divertido día familiar en Front Royal, Virginia, con sus cuatro hijos. Era el 13 de noviembre de 2017.
A diferencia de la larga batalla de Tony, la de Aimee fue instantánea. La camioneta familiar fue golpeada por un camión y ella murió instantáneamente. No hubo otras lesiones graves.
Un mes después, ambos se conocieron en un grupo de apoyo on line. Más adelante se conocieron cara a cara en una conferencia en Utah.
“Poco después de llegar a casa sentí una fuerte impresión del Padre Celestial, de que necesitaba mudar a mi familia a Utah.”
Spencer nunca dudó, empacó y se dirigió hacia Utah.
“La relación avanzó lentamente”, dijo Spencer. “como una relación de amistad.”
Érica no pudo evitar notar lo maravilloso que era con sus hijos. “Vi lo bien que nos llevábamos todos. Y mientras más tiempo pasaba, comprendía aún más lo que quería en mi vida.”
Apenas unas semanas después de pasar de ser amigos a salir en citas, Brayden, el mayor de los hijos de Spencer, le abrió los ojos de su padre de una manera que sólo un niño de 10 años puede.
“Bueno, papá, el esposo de Érica falleció y mamá falleció, entonces, ¿por qué no te casas con ella?”, preguntó.
Se casaron el 22 de enero de 2019 en Provo, Utah.
Sus hijos, de edades de 1 hasta los 10 años, no podrían estar más felices. Por supuesto, Spencer y Érica criarán a Landon, Brayden, Emma, Lily, Harper, Sophie, Tanner, Avery, Amelia, Bexley y Caleb, pero los recién casados también desean la influencia de sus cónyuges fallecidos.
“Alentamos a nuestros hijos a hablar sobre su madre y su padre para que sean parte de sus vidas”, dijo Spencer.
“Hablamos mucho de ellos”, agregó Érica. “Es como si estuvieran ayudándonos, cuidando de ellos desde el otro lado.”
Ambos aclarar que no ha sido perfecto. “Este [matrimonio] viene con desafíos”, dijo Érica. “Pero tener un compañero es muy importante. Al final de cada día las lágrimas casi se me salen ante la oportunidad de hacer esto juntos. Sabemos que nuestro Padre Celestial nos proporcionará lo que necesitamos. Será un viaje divertido.”
Esperan que sea un viaje con muchas bendiciones.
“Si pudiera compartir una cosa con el mundo”, dijo Spencer, “sería que la vida está llena de pruebas y desafíos que todos tenemos que enfrentar. Nuestra situación puede parecer única, pero no lo es. La realidad es que todos hemos sido probados. Si seguimos adelante con fe y sabemos que es parte del plan del Padre Celestial, Él nos bendecirá. Lo hemos visto. ¡Las bendiciones están reservadas para ser fieles!”
“¡Yo secundo eso!” Érica dijo. “Dios nos ama… lo suficiente como para permitirnos perseverar y crecer. A cambio, si somos fieles, si seguimos perseverando, Él nos bendecirá mucho más de lo que merecemos. Sigue adelante. Dios será bueno contigo.”
Efectivamente, una historia de amor, de cuento de hadas.
Este artículo fue escrito originalmente por Jason F. Right y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “A Latter-day Saint Love Story: How a Widow and Widower Built a Family of 13”