Si hay algo que todos sabemos sobre Martin Harris, es que fue persistente. ¿Recuerdas que le preguntó a José Smith si podía tomar prestado el manuscrito de 116 páginas como un millón de veces? (Solo es una ligera exageración).
Es lamentable que la pérdida del manuscrito parezca opacar todas las cosas maravillosas que hizo Martin Harris durante su vida, como pagar la mudanza de José y Emma a Harmony, hipotecar su casa para la impresión del Libro de Mormón y actuar como el escriba de José Smith por un tiempo.
Y, es precisamente ese evento, actuar como escriba de José Smith, que reveló otra de sus características. Además de ser fiel, inteligente, arrepentirse y muchas otras cosas. Martin Harris fue, si esta historia es un indicio, una especie de embustero.
La verdadera historia es algo así: En una ocasión, Martin engañó a José Smith al reemplazar la piedra vidente que utilizaba para traducir con la finalidad de ver si José era tan sincero como decía.
¿Cómo era el proceso de traducción?
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Esperemos un minuto: Antes de explicar cómo Martin Harris cambió la piedra vidente, es importante entender cómo funcionaba la piedra.
Cuando José Smith recibió las planchas que contenían el Libro de Mormón, podía traducirlas a través del Urim y Tumin o piedras videntes, piedras especiales “que se utilizaban para ver visiones y asistir la traducción”. Para traducir, “…José colocaba los intérpretes o la piedra vidente en un sombrero, apoyaba el rostro en el sombrero para bloquear la luz externa y leía en voz alta las palabras en inglés que aparecían en el instrumento. El proceso, tal y como se describió, recuerda un pasaje del Libro de Mormón que habla de que Dios prepararía ‘una piedra que brillará en las tinieblas hasta dar luz’”.
B.H. Roberts explica en su libro, “New Witnesses for God, Vol. 2”, el proceso de traducción. Roberts registró un relato de Martin Harris sobre cómo funcionaba la traducción:
“Con la ayuda de la piedra vidente, las oraciones aparecían, el Profeta las leía y Martin las escribía y cada vez que terminaba de escribir una oración decía ‘escrita’, si estaba escrita correctamente, esa oración desaparecía y otra aparecía en su lugar, pero si no se escribía correctamente, permanecía hasta ser corregida, de modo que la traducción fuera tal como estaba gravada en las planchas, precisamente en el idioma que se usó”.
Cuando Martin Harris actuaba como escriba, José Smith necesitaba esas piedras para traducir. Así que, naturalmente, Martin las cambió.
El truco de Martin
Además, B.H. Roberts escribió que, según Martin Harris, cuando él y José se “cansaban” y necesitaban tomar un descanso de la traducción, salían y tiraban piedras a un río cercano. Fue en este río que Martin encontró una piedra que se parecía mucho a la que José usaba durante la traducción.
Martin guardó en secreto la piedra y, luego, la cambió con la piedra vidente que José Smith usaba para traducir. Si José era verdaderamente un profeta y su piedra vidente era realmente un instrumento sagrado, esta piedra falsa no funcionaría cuando José intentara traducir.
Y no lo hizo.
Roberts escribió, “… al retomar sus labores de traducción, Martin puso en el lugar [de la piedra vidente] la piedra que encontró. Dijo que el Profeta permaneció en silencio por un periodo inusualmente largo y, en la oscuridad, no obtuvo ningún rastro de alguna oración. Muy sorprendido, José exclamó: ‘¡Martin! ¿Cuál es el problema? Todo está tan oscuro como Egipto’. El rostro de Martin lo traicionó y el Profeta le preguntó por qué había hecho eso. Martin dijo, para callar la boca a los tontos, que dijeron que el Profeta había aprendido esas oraciones y simplemente las repetía”.
¡Qué conversación tan incómoda debe haber sido! “Martin, ¿cambiaste la piedra?” “Uh… sí. Me equivoqué”.
Ese día, Martin debió haber comprendido con seguridad la misma lección que tenía que aprender una y otra vez a lo largo de su asociación con el profeta, que José Smith fue llamado verdaderamente por Dios para ser Su portavoz y restaurar Su Iglesia en la tierra una vez más.
Este artículo fue escrito originalmente por Amy Keim y fue publicado en thirdhour.org con el título “Church History: When Martin Harris Secretly Replaced the Seer Stone”.