Los apóstoles y los profetas dan testimonio de Cristo y Su misión divina. Esta Semana Santa, recopilamos algunas de nuestras citas favoritas que los apóstoles compartieron sobre la expiación.
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Russell M. Nelson
“Meditemos ahora el profundo significado de la palabra expiación. En el idioma inglés, la palabra se compone de tres elementos (at-one-ment) que sugieren ser una persona una con otra. En español, y en algunos otros idiomas, la palabra significa reconciliación. Expiación significa “borrar las culpas por medio de un sacrificio”. La palabra derivada de las raíces latinas re, que significa “de nuevo”, con, que significa “en compañía de”, y sella, que significa “sentarse”. Por tanto, reconciliación significa, literalmente, “sentarse de nuevo en compañía de”.
Se encuentra un rico significado al estudiar la palabra expiación en los idiomas semíticos de la época del Antiguo Testamento. En hebreo, la palabra básica para expiación es kaphar, un verbo que significa “cubrir” o “perdonar”. Estrechamente relacionada se encuentra la palabra aramea y arábiga kafat, que significa “un abrazo íntimo”, sin duda relacionada con el abrazo ritual egipcio. En el Libro de Mormón hay referencias evidentes de ese abrazo. Una dice: “… el Señor ha redimido a mi alma… ; he visto su gloria, y estoy para siempre envuelto entre los brazos de su amor” (2 Nefi 1:15). Otra ofrece la gloriosa esperanza de “ser recibido en los brazos de Jesús” (Mormón 5:11).
Lloro de gozo al contemplar el significado de todo esto. El ser redimido es ser expiado, es ser recibido en el abrazo íntimo de Dios, con una expresión no sólo de Su perdón, sino de nuestra unidad de corazón y de mente. ¡Qué privilegio!”
Boyd K. Packer
“Cuando estamos siendo atormentados, atribulados o torturados por la culpa o agobiados por las tribulaciones, él puede sanarnos. Aunque no entendamos cabalmente cómo fue realizada la expiación de Cristo, podemos, sí, experimentar ‘la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento’”.
Neal A. Maxwell
“Habiendo “descendido debajo de todo”, El “comprende”, perfecta y personalmente, la gama completa de los sufrimientos humanos (véase D. y C. 88:6; 122:8). Una tonada espiritual afroamericana que se cantaba en otros años contenía estas palabras emotivas e inspiradas: “Nadie conoce los problemas que yo he visto, nadie, sino Jesús” (véase tan bien Alma 7:11-12). En verdad, Jesús era intensamente “experimentado en quebranto”, como ningún otro (Isaías 53:3)”.
David A. Bednar
“Por lo tanto, el Salvador ha sufrido no sólo por nuestros pecados e iniquidades, sino también por nuestras angustias y dolores físicos, nuestras debilidades y faltas, temores y frustraciones, desilusiones y desánimo, pesares y remordimientos, desesperanza y desesperación, por las injusticias y desigualdades que experimentamos, y las angustias emocionales que nos acosan.
No hay dolor físico, no hay herida espiritual, no hay angustia de alma, pena, enfermedad ni debilidad que ustedes y yo afrontemos en la vida terrenal que el Salvador no haya experimentado primero. En un momento de debilidad quizá clamemos: “Nadie sabe lo que se siente; nadie entiende”. Pero el Hijo de Dios sabe y entiende perfectamente, ya que Él ha sentido y llevado las cargas de cada uno; y gracias a Su infinito y eterno sacrificio (véase Alma 34:14), tiene perfecta empatía y nos puede extender Su brazo de misericordia. Él puede tendernos la mano, conmovernos, socorrernos, sanarnos y fortalecernos para ser más de lo que podríamos ser y hacer lo que no podríamos si nos valiésemos únicamente de nuestro propio poder”.
Dieter F. Uchtdorf
“Todos dependemos del Salvador; ninguno de nosotros puede salvarse sin Él. La expiación de Cristo es infinita y eterna. El perdón de nuestros pecados tiene condiciones: debemos arrepentirnos y estar dispuestos a perdonar a los demás…
Recuerden que el cielo está lleno de aquellos que tienen esto en común: Han sido perdonados y perdonan.
Pongan su carga a los pies del Salvador; dejen de juzgar. Permitan que la expiación de Cristo los cambie y les sane el corazón. Ámense el uno al otro; perdónense el uno al otro.
Los misericordiosos alcanzarán misericordia”.
Thomas S. Monson
“Uno de los regalos más grandes de Dios para nosotros es el gozo de intentarlo nuevamente, porque ningún fracaso debe ser definitivo”.
Dale G. Renlund
“En Su misericordia, Dios promete el perdón si nos arrepentimos y nos volvemos de la maldad; tanto así que ni siquiera se recordarán nuestros pecados. Nosotros, gracias a la expiación de Cristo y a nuestro arrepentimiento, podemos ver nuestros hechos anteriores y decir: “Era yo, mas no soy yo”. Sin importar lo malvados que hayamos sido, podemos decir: ‘Ése es quien yo era, pero ese yo malvado de antes ya no es quien soy’”.
Jeffrey R. Holland
“Hermanos y hermanas, uno de los grandes consuelos de esta época de Pascua de Resurrección es que debido a que Jesús caminó totalmente solo por el largo y solitario sendero, nosotros no tenemos que hacerlo.
Su solitaria jornada proporciona una compañía excelente para la corta versión de nuestro sendero: el misericordioso cuidado de nuestro Padre Celestial, la infalible compañía de este Hijo Amado, el excelente don del Espíritu Santo, los ángeles del cielo, familiares a ambos lados del velo, profetas y apóstoles, maestros, líderes y amigos.
Se nos han dado todos estos compañeros y más para nuestra jornada terrenal por medio de la expiación de Jesucristo y de la restauración de Su evangelio.
La verdad que se pregonó desde la cima del Calvario es que nunca estaremos solos ni sin ayuda, aunque a veces pensemos que lo estamos. Ciertamente, el Redentor de todos nosotros dijo: ‘No os dejaré huérfanos. [Mi Padre y yo] vendr[emos] a vosotros [y moraremos con vosotros]’”.
Este artículo fue escrito originalmente por LDS Living y fue publicado por ldsliving.com con el título “8 Beautiful Quotes About the Atonement from Apostles and Prophets”.