Marin Leggat Roper no siempre quiso ser bailarina. De hecho, por un largo tiempo, solo pensaba en eso como un pasatiempo. Todo eso cambió en una clase de baile que Roper tomó como estudiante universitaria en BYU. Su mentora, Caroline Prohosky, le dijo que el mundo necesitaba más artistas y menos analistas.
“Por primera vez, reconocí que el proceso del baile y el baile eran buenos, ya que se trata de un proceso creativo”, dijo Roper.
Después de darse cuenta de eso, Roper dijo que corrió directamente a la oficina de asesoría para cambiar su especialidad para bailar.
“Solo tuve la gran impresión de que lo que quería hacer era bailar”, dijo Roper.
Desde entonces, el baile ha llevado a Marin por todo el mundo. Hizo coreografías con otros bailarines en la India y aprendió diferentes técnicas de artistas en Nueva York.
La naturaleza colaborativa del baile le ha dado un visión más profunda de lo que significa que todos seamos hijos de un amoroso Padre Celestial.
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“Este conocimiento, esta creencia de que todos estamos conectados y que todos seamos parte de la misma familia, realmente me dan ganas de utilizar el baile como una forma de comprender a las personas que son diferentes a mí. Para mí, el baile es una forma en la que puedo entrar en la piel de otra persona”, dijo Roper.
Esto le ha permitido a Roper darse cuenta de que no todos los hijos de Dios sienten y se comunican con el Espíritu de la misma manera. Esta idea primero se hizo evidente para Roper en un viaje a Camboya.
Mientras se preparaba para ver una presentación de un baile antiguo y sagrado del templo, esperaba tener una fuerte experiencia espiritual durante dicha presentación.
Pero, después de que los bailarines se presentaron, se dio cuenta de que el número no despertó ningún sentimiento en ella, en absoluto. No sintió al espíritu, no se conmovió, no sintió nada. La falta de una experiencia espiritual durante algo que estaba tan claramente destinado a ser espiritual, confundió a Roper.
Sin embargo, a pesar de no sentir nada después de la presentación, Roper dijo que fue obvio que el número fue una experiencia muy importante para los bailarines. “Desde entonces, reconozco que posiblemente el Espíritu se siente e interpreta de manera diferente de cuerpo a cuerpo”, dijo Roper.
En lugar de sentirse confundida o temerosa por las experiencias u opiniones diferentes a las suyas, Roper dijo que el baile le ha enseñado a ver cómo las experiencias de los demás le pueden abrir ventanas para lo divino.
“Es un privilegio poder trabajar con personas que creen de manera diferente a la nuestra. Expande nuestra espiritualidad, profundiza nuestra conexión con el espíritu”, dijo Roper.
Roper recuerda una de esas experiencias en la que el uso de la respiración por parte de otro coreógrafo le enseñó una nueva forma de comunicarse con el Espíritu Santo.
A diferencia de Roper, que usa la respiración en su baile como una forma de invitar al Espíritu a la obra, esta mujer utilizaba respiraciones poco profundas.
En lugar de juzgar las técnicas de respiración de la mujer y suponer que no podía conectarse con el Espíritu, Roper pudo descubrir una forma nueva y única en la que podía sentir la presencia del Espíritu Santo.
“Experimenté al Espíritu de una manera diferente, de una manera nueva y creo que eso profundiza y completa toda esta experiencia de conexión espiritual”, dijo Roper.
El baile también le permitió a Roper tener una mente más abierta. En general, cuando se trata de lidiar con las diferencias que surgen en la familia humana. Desde su punto de vista, no hay razón para temer a las diferencias de los demás, una lección que todos pueden aplicar en sus vidas, independientemente de si bailan o no.
“No siento que sea yo contra el mundo. No creo que sea así. Creo que existe una comunidad de personas buenas, justas, amorosas y caritativas. No importa de qué religión sean, quiero trabajar con ellas. Quiero aprender de ellas y quiero bailar con ellas”, dijo Roper.
Este artículo fue escrito originalmente por Sydnee Gonzalez y fue publicado en thirdhour.org con el título “LDS Artist Uses Dance to Find and Make Spiritual Connections”.
