A veces pensamos que si hay algo que se encuentra en la Biblia o en otro texto sagrado de las escrituras, entonces debe haber ocurrido en la vida real.
Esta perspectiva hace que sea un poco difícil explicar cosas tales cómo sobrevivió Jonás viviendo dentro de una ballena durante unos días (en caso de que no lo supieras, es muy poco probable que sea científicamente posible sobrevivir a eso) o por qué hay una asna que habla en el Libro de Números (también científicamente poco probable).
Entonces, ¿qué hacemos cuando las Escrituras parecen no tener ningún sentido? ¿Deberíamos tomar ciegamente todo lo que hay en la Biblia como un hecho de buena fe?
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Yo diría que no. Muchos de nosotros hemos cometido el error de suponer que las escrituras son un género propio y aparte, lo cual, básicamente, equivale a decir que Netflix también tiene un género similar.
La Biblia, tal como Netflix, es una compilación de varios géneros diferentes. Jonás y la ballena, por ejemplo, es una historia satírica, no tiene sentido científicamente porque nunca tuvo la intención de hacerlo.
Una vez que podemos identificar qué tipo de género es un capítulo específico, un libro o un conjunto de versículos, se volverá mucho más claro para nosotros saber cuál era el significado que pretendía el autor.
Desafortunadamente, simplemente ser consciente de que hay diferentes géneros en los textos sagrados no es la única herramienta que necesitamos. También es útil poder identificar diferentes géneros para que podamos comprender lo que realmente está sucediendo en el texto.
Sin embargo, esto no es tan fácil como parece. Por lo general, podemos identificar los tipos de géneros en películas, libros y videojuegos porque ya estamos familiarizados con las opciones de género que el autor o director tuvo que elegir.
Desafortunadamente, los géneros de hace miles de años no siempre coinciden con los modernos, por lo que nos puede resultar un poco difícil identificarlos sin un poco de práctica.
Para comenzar tu recorrido hacia la comprensión de los géneros de las escrituras, a continuación enumeraré algunos géneros diferentes.
1. La creación y sus mitos
La palabra mito aquí no significa que la historia sea falsa. La definición más básica de la palabra mito es simplemente una historia tradicional de eventos que sirve para desarrollar parte de la visión del mundo de un pueblo o para explicar una práctica, una creencia o un fenómeno natural.
La mayoría de los mitos de la creación presentan un estado de caos; la llegada de un ser todopoderoso y organizado; y la creación de la Tierra y los cielos por este Ser todopoderoso. ¿Suena familiar?
Ahora, no estoy diciendo que la historia de la antigua Grecia de Zeus y el Génesis sean iguales. Tampoco estoy diciendo que todo en el Génesis deba ser visto simplemente como simbolismo y leyenda. Desde mi perspectiva, la creación del mundo por Dios es un acontecimiento históricamente real.
Sin embargo, estoy diciendo que comprender el propósito y las características de los mitos de la creación son extremadamente útiles. Te permite ver lo que el autor del texto estaba tratando de expresar.
De acuerdo con Miranda Bruce-Mitford, la autora de “Signos y símbolos: Una guía ilustrada de sus orígenes y significados”, expresó:
“Para muchos, [los mitos de la creación] no son un relato literal de los eventos, pero pueden ser percibidos como símbolos de una verdad más profunda.”
Creo que un gran ejemplo de esto en el libro de Génesis, se encuentra en la descripción de Dios al tomar una costilla de Adán para crear a Eva. Siempre me ha parecido un poco extraño que Dios haya eliminado mágicamente una de las costillas de Adán.
Sin embargo, comprender que los mitos de la creación a menudo usan simbolismos me ayudó a entender dos cosas. Primero, no necesito tratar de descubrir científicamente cómo Dios pudo quitarle una costilla a Adán. Segundo, puedo obtener información mucho más profunda cuando veo las cosas de manera simbólica en lugar de verlas como un relato histórico.
Ahora, me gustaría señalar que no sólo estoy sacando estos puntos de vista de la nada. De hecho, el sitio web de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dice:
“Los registros de la Creación en las Escrituras no pretenden proporcionar una explicación científica literal de los procesos específicos, los períodos de tiempo o los eventos involucrados.”
2. Las fábulas
Probablemente aprendiste sobre esto en la escuela, pero si eres como yo, nunca pensaste que podría aplicarse a las Escrituras. En caso de que necesites un repaso, una fábula es un cuento, típicamente con animales como personajes principales, que transmite una moraleja.
La historia de Balaam y la asna que habla que mencioné anteriormente es un buen ejemplo de esto. En esta historia, Balaam estaba tomando algunas decisiones bastante malas. El Señor envió un ángel para detener a Balaam, pero desafortunadamente, no pudo ver al ángel.
Su asna, sin embargo, pudo hacerlo, por lo que su asna intentó, tres veces, evitar que él fuera hacia el ángel con su espada desnuda. En respuesta, Balaam golpeó al asna, quien respondió preguntándole qué hizo ella para merecer ese trato.
Si estás viendo esta historia pensando que es un relato histórico, te toparás con el hecho de que sabemos que los animales no hablan. Sin embargo, si te das cuenta de que la historia es una fábula, entonces está claro que la asna que habla está de acuerdo con las características de ese género.
Puedes descansar tranquilo sabiendo que no tienes que encontrar una forma complicada de explicar cómo es que la asna hablaba, de la misma manera en que ignoraste esa habilidad en el burro de “Shrek”.
3. Narrativas de la conquista
No tenemos una versión moderna de la narrativa de la conquista, por lo que puede ser difícil identificar cuándo un texto es parte de este género. Una narrativa de conquista es básicamente un relato de una nación que conquista a otra.
Dado que se cuenta desde el punto de vista de los conquistadores, es probable que incluya algunos retoques, así como algunas inclinaciones.
Vemos esto al ver las narraciones modernas de la historia, por lo que no debería sorprendernos que sucediera lo mismo hace miles de años. Saber que la historia nunca es unilateral puede permitirnos analizar mejor libros como Josué.
También puede ayudarnos a explicar las discrepancias entre lo que los historiadores y arqueólogos proponen y la Biblia. Hay una teoría que circula entre muchos arqueólogos, que dice que los eventos descritos en Josué pueden no haber sucedido exactamente como la Biblia los describe.
Sin embargo, si eso es cierto o no, en realidad no importa, ya que el propósito de una narrativa de conquista no es dar un registro detallado e históricamente exacto; es para mostrar que su nación, y por extensión su Dios, es mejor que todas las demás.
Si se necesita un poco de exageración para hacer eso, es porque es sólo una parte del género empleado.
4. La homilía
Homilía es una palabra más elaborada que quiere decir sermón. El propósito de una homilía es edificar espiritualmente al lector en lugar de dar instrucciones doctrinales.
Una de las homilías más conocidas en el Libro de Mormón es el discurso del rey Benjamín al comienzo del libro de Mosíah.
Una cosa importante que debemos tener en cuenta al leer una homilía es reconocer quién era el público al que estaba destinado.
En el sermón de Abinadí al rey Noé y sus perversos sacerdotes, está claro que el profeta está dirigiendo específicamente sus comentarios a los no creyentes. Del mismo modo, cuando Lehi enseña al comienzo de 2 Nefi, está claro que le está hablando directamente a sus hijos.
En cada uno de estos ejemplos, es importante que no tratemos de aplicar ciertas cosas en nosotros mismos que sólo estaban destinadas a la audiencia prevista. No estoy diciendo que no deberíamos aplicar las Escrituras en nuestra vida, pero estoy sugiriendo que el comprender a la audiencia de una homilía puede ayudarnos a elegir la mejor forma de aplicar las Escrituras a nuestras propias vidas.
Por lo general, es más fácil aplicar las Escrituras a nosotros mismos una vez que sabemos cuál es el significado y el contexto original de un pasaje dado.
En el caso de Lehi, por ejemplo, podemos aprender de su ejemplo como padre. Sí, hay fragmentos de sabiduría que podemos extraer de los sermones a sus hijos, pero también sabemos que no tenemos que tomar frases como “aquellos que el Señor Dios trae de la tierra de Jerusalén [y] obedecen sus mandamientos, prosperarán sobre la superficie de esta tierra”(2 Nefi 1: 9) no significa que por no haber venido de Jerusalén no obtengas bendiciones por guardar los mandamientos de Dios.
5. Textos apocalípticos
Si el Apocalipsis o Daniel parecen libros un poco pesimistas, hay una razón para eso: son textos apocalípticos. Las características de este género incluyen el uso de una forma narrativa y un lenguaje esotérico. También insinúa que el fin del mundo es inminente.
Cuando entiendes esas características, tiene mucho más sentido el por qué el Libro de Apocalipsis, que fue escrito hace miles de años, usa un lenguaje como “Vengo pronto” (Apocalipsis 22: 7).
El autor está tratando de enfatizar una palabra y el destino positivo de los justos con el fin de preparar a las personas que no están listas a hacer los cambios necesarios para prepararse para cumplir su propio fin, ya sea al mismo tiempo que suceda la Segunda Venida o no.
Me gustaría agregar que el género no es lo único que deberíamos tener en cuenta durante nuestro estudio de las Escrituras. ¿Podría Dios hacer algo como hacer hablar a un asna? Puesto que todas las cosas a través de Dios son posibles, tal vez. Pero me gustaría pensar que Dios trabaja a través de leyes naturales.
Creo que debemos ser cuidadosos al asumir que todo en la Biblia es 100 por ciento real. En mi opinión, algunas de esas historias nunca se tomaron literalmente, por lo que tener un conocimiento de los géneros de las escrituras es una herramienta importante que debemos tener como herramientas en nuestro estudio de las Escrituras. Cuando usamos esas herramientas, es más fácil no sacar las Escrituras fuera de contexto.
Este artículo fue escrito originalmente por Sydnee Gonzalez y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “Why It Doesn’t Matter if Some Things in the Scriptures Don’t Make Logical Sense”