El Elder Christofferson y la Hermana Christofferson se dirigiéndose a las hermanas en la Conferencia de Mujeres de BYU el 3 de mayo.
Enormes barcos se mueven a través del Canal de Panamá en una serie de esclusas a escalonadas, impulsadas por la gravedad y un lago lleno de un flujo constante de agua que sale de la selva tropical.
Después de visitar el centro de comando del canal hace varios años, la hermana Kathy Christofferson reflexionó sobre la función del canal que hace posible los viajes entre los océanos Atlántico y Pacífico.
“Pensamos que era sorprendente que los barcos de carga masivos, que pesaban 120,000 toneladas o los barcos de crucero de 11 pisos de altura con más de 3,000 pasajeros y tripulación, pudieran moverse a través de este canal debido a las pequeñas gotas de lluvia que se juntan para formar pequeños riachuelos, luego arroyos, luego ríos para llenar un lago para luego proporcionar ese flujo constante de agua necesario”, dijo.
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Hablando en la Conferencia de Mujeres de BYU el 3 de mayo con su esposo, el Elder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles, la Hermana Christofferson abordó el tema: “Por cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas”.
“Sé que a medida que nos esforzamos por mantenernos fieles de manera constante aún en cosas pequeñas, estas fluirán juntas para fortalecernos espiritualmente de manera considerable”, dijo.
“Al mirar atrás, veremos que la mano del Señor se extiende para bendecirnos de una manera constante y maravillosa.”
Testimonio
La hermana Christofferson también recordó una reciente reunión de testimonios en la que no se puso de pie porque no podía pensar en nada “particularmente notable” que compartir.
“La ironía es que tengo un fuerte testimonio de Jesucristo y la restauración de Su verdadera Iglesia en estos últimos días”, dijo ella, señalando que su testimonio no vino con un momento sorprendente o milagroso.
“Vino por pequeños susurros del Espíritu. Llegó línea por línea y precepto por precepto cuando escuchaba las palabras de los profetas modernos, estudiaba las Escrituras, seguía ejemplos de rectitud e intentaba aplicar los principios del Evangelio en mi vida.”
La hermana Christofferson siguió compartiendo:
“No he sido perfecta al realizar estos esfuerzos, pero he visto la mano del Señor en mi vida y lo considero una gran bendición. Y entre paréntesis, me gustaría decir que esta es, en sí misma, una razón suficiente como para levantarse y compartir tu testimonio en cualquier momento.”
Pensando en su visita al Canal de Panamá y su experiencia reciente en la reunión de testimonios, pensó en las Escrituras: “Por cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas” (Alma 37: 6).
“Si bien es increíble que pequeñas gotas de lluvia puedan mover gigantescos barcos por el Canal de Panamá, es aún más increíble que podamos recibir un flujo constante de impresiones espirituales, incluso torrentes, de un Padre Celestial que siempre está pendiente de nosotros.”
Las cosas pequeñas y simples se encuentran al hacer lo básico, como orar y estudiar las Escrituras y actuar con fe sobre las indicaciones que recibimos del Espíritu Santo, expresó.
‘Grandes cosas’
El Elder Christofferson dijo que recibió inspiración para su discurso titulado “Porque Aquel que es poderoso ha hecho grandes cosas en mí”, después de enterarse del tema de su esposa.
“Quiero decir un fuerte ‘amén’ al mensaje que acabamos de escuchar”, dijo sobre el discurso de la hermana Christofferson.
Como la futura madre de Jesús, María buscó consuelo y paz en la casa de su prima Isabel, explicó el Elder Christofferson. María le dijo a Isabel: “Porque me ha hecho grandes cosas El poderoso.”
“Realmente creo que por sus pequeñas cosas, nuestro poderoso Dios hará grandes cosas en ustedes”, dijo.
El Elder Christofferson le recordó a la congregación que una de las realidades verdaderamente notables de la existencia “es la universalidad del amor de Dios”.
“Nuestro Padre Celestial está atento a todas Sus creaciones, y especialmente a Sus hijos… Dios se preocupa por lo que nos sucede y en lo que nos convertimos. Ningún ser humano puede jamás afirmar sinceramente que él o ella está fuera del cuidado de Dios o que está más allá de su amor, nunca.”
Dios está dispuesto a ayudar a Sus hijos, dijo señalando que en las escrituras repetidamente Dios y el Salvador nos dicen: “No temáis.”
Él tiene el poder de ayudar por Su omnipotencia y por Sus méritos, misericordia y la gracia de la expiación de Cristo.
“Entonces, ¿cómo puede ayudarnos el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo a que no tengamos miedo? y ¿cómo lo hacen de manera que no viole el albedrío moral que Dios nos dio para actuar por nosotros mismos?”
El Elder Christofferson centró sus comentarios en los cuatro tipos de ayuda que Ellos nos ofrecen:
1. Los Mandamientos
“Primero, el Dios que nos ama nos invita a amarlo también. La verdad es que Él nos manda que lo amemos: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento” (Mateo 22: 37-38).
“Poner el primer mandamiento en primer lugar traerá orden a nuestras vidas, un orden divino”, dijo.
Dios sabe que si Sus hijos lo aman por encima de todas las cosas, sus vidas seguirán el camino de la vida del Salvador.
“Seguir el camino del Salvador es convertirse en Su discípulo, porque Él es el discípulo del Padre, y no nos dejará solos”, dijo.
El Elder Christofferson dijo que Dios sabe que guardar los mandamientos conduce a dos resultados.
“Primero, estaremos en un camino en la vida que traerá paz y alegría… Segundo, al elegir obedecer Sus mandamientos, mediante este ejercicio de nuestro albedrío, permitimos que Dios pueda darnos Su ayuda y bendiciones.”
Algunos no han entendido eso y han usado el amor de Dios como una excusa “para no cambiar, para no crecer, para no guardar Sus mandamientos”, dijo el Elder Christofferson.
“‘Dios me ama tal como soy’, dicen, sin reconocer que Su amor exige y merece su amor y lealtad a cambio. De lo contrario, Él no puede ayudarlos.”
2. La Gracia
“Otra forma en que este amoroso Padre Celestial nos ayuda, es proporcionando los medios para redimir nuestros errores y fracasos, dejando atrás nuestros pecados”, dijo el Elder Christofferson.
La gracia que Jesucristo ofrece a quien se arrepiente es transformadora, dijo.
El Elder dijo que vio esto en una mujer que había sido excomulgada, pero que luego se había arrepentido. Su esposo, que no era miembro de la Iglesia, estuvo en contra de ese proceso de arrepentimiento.
En respuesta, la mujer comparó el arrepentimiento con el trabajo de su esposo en un motor, el cual no puede terminar en un solo día o sesión de trabajo.
A menudo, en medio de un proyecto, el esposo dejaba de trabajar, limpiaba sus herramientas y luego regresaba a ellas unos días después. “Estoy poniendo mi vida en orden, purificándome, empezando un nuevo comienzo”, le expresó la hermana.
El Elder Christofferson dijo que la mujer había “empezado un nuevo comienzo, y que fue transformada por la gracia”.
3. La Verdad
“Dios nos ayudará aún más al revelar Su verdad, ‘el conocimiento de las cosas como son, como eran y como han de ser.’ (Doctrina y Convenios 93:24)”, dijo.
“Qué regalo precioso es saber lo que es verdad y qué no, qué es realidad y qué no, qué es bueno y qué no, y qué conduce a la felicidad y qué no. El Salvador dijo que la verdad nos hace libres y que, sin un conocimiento de la verdad, nos convertimos en servidores del pecado y la ignorancia.”
El Elder Christofferson le pidió a la congregación que pensara en cómo es nuestra vida gracias a que conocemos el plan de salvación del Padre, o cómo sería nuestra vida si no tuviéramos ese conocimiento.
4. Los Dones
El cuarto, la ayuda del Padre divino son los dones que Él otorga, dijo el Elder Christofferson.
“El don del Espíritu Santo, el Consolador y el Espíritu de la Verdad, es de incalculable valor y ayuda para cada uno de nosotros. Yo lo llamaría el don esencial.”
Pero aquellos que reciben el don del Espíritu Santo también reciben uno o más dones espirituales, agregó.
“Cualquiera que sea sus dones o talentos, recuerden que ustedes son responsables de cultivarlos.”
Responsabilidad personal
El Elder Christofferson dijo que un elemento importante del mensaje de la hermana Christofferson es la necesidad de recordar nuestra responsabilidad personal.
“Nuestro Padre Celestial no es un padre controlador. Él generalmente no interviene para protegernos de las consecuencias de nuestras decisiones”, dijo
“Si Él actuara habitualmente de esa manera, nuestro querido albedrío moral perdería su significado. Estaríamos entregándole a Él o a alguien más la responsabilidad de [nuestras elecciones] en nuestras vidas. Eso es lo que Satanás siempre ha querido, pero nuestro Padre Celestial quiere que aprendamos cómo actuar de manera independiente y elegir bien.”
Si bien Él no despeja los caminos de todos los obstáculos ni borra automáticamente las consecuencias de nuestros actos, Dios SÍ nos proporciona una manera para que nos recuperemos, dijo.
“Cuando nos dirigimos a Él con corazones quebrantados y espíritus contritos, Su brazo de misericordia aún estará extendido. Él está más que dispuesto a ayudarnos a resolver nuestros problemas, lidiar con las consecuencias de nuestra insensatez o rebelión, o prevalecer sobre las injusticias y lesiones causadas por otros.”
Cristo por Su gracia “puede darles la fuerza para soportar lo necesario y la fe para cambiar lo que en Su sabiduría debe ser cambiado.”
Este artículo fue escrito originalmente por Sarah Jane Weaver y fue publicado originalmente por thechurchnews.com bajo el título “Elder and Sister Christofferson testify of the reality of God, who is ‘reaching down to bless us’”