Si estás comprometido y estás leyendo esto ¡felicidades! Tu vida está a punto de cambiar drásticamente.
La propuesta de matrimonio acaba de suceder, ambos dijeron “¡sí!” y es el momento de planear la boda.
Como Santos de los Últimos Días, una parte del proceso de planificación de la boda es prepararse para sellarse en el templo por esta vida y por la eternidad.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña que “el matrimonio se instituyó con el fin de que perdurara eternamente, y no solo durante nuestra vida terrenal”. Esto se efectúa mediante la ceremonia de sellamiento, en la que se cierra la brecha entre el cielo y la tierra.
El poder del sellamiento ha formado parte de la Iglesia de Cristo desde el principio, cuando Adán y Eva se sellaron (Moisés 3:24) y, durante Su ministerio terrenal, Cristo otorgó la autoridad de sellamiento a Sus apóstoles (Mateo 16:19).
El Señor ha dejado en claro lo que espera de aquellos que planean sellarse mediante Su santo sacerdocio en Su casa sagrada. Tres de las expectativas más apremiantes son (1) que la pareja esté lista para comprometerse a apoyarse mutuamente por la eternidad, (2) que ambos ingresen al templo preparados para la ordenanza de la investidura y (3) que ambos entren al templo dignos.
1. Las parejas deben estar listas para apoyarse mutuamente por la eternidad
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El matrimonio es la máxima actividad en equipo. Cuando le pides a alguien que sea tu cónyuge, le estás pidiendo que sea tu mayor apoyo por esta vida y por la eternidad, y viceversa.
Cuando aceptan unirse legal y espiritualmente, se comprometen, por esta vida y más allá, a estar ahí para la otra persona en todo momento.
Joseph F. Smith que una vez describió a su esposa, Julina, como “su mejor tesoro en la tierra”, durante su ministerio, habló de la importancia de la unidad matrimonial:
“Sión no es el lugar para una batalla entre los sexos. La voluntad de Dios es que sean uno, y Él así lo ha declarado. El mantenerlos separados o hacerles pensar que tienen intereses diferentes y opuestos, y que la separación y no la unión es el objeto de su creación, no es parte de la obra de Dios”.
El Presidente Smith también señaló la importancia de trabajar juntos, como si fueran una sola persona, a fin de mantener la armonía dentro de su nueva familia:
“No debe haber ni una sombra de diferencia de sentimientos; no debe haber cosa alguna en medio de ustedes que separe el uno del otro; no deben permitirlo. Esto es algo esencial para su bienestar y felicidad y para la unión que debe existir en su hogar… El hogar es un lugar de orden, de amor, de unidad, de descanso, de seguridad y de absoluta confianza”.
No te desanimes si tu matrimonio no es como lo describe el Presidente Smith. Lo que dijo es una meta, en la que se debe trabajar. El ex miembro del Quórum de los Setenta, F. Burton Howard, dijo esto acerca de convertirse en un matrimonio eterno:
“Eterno implica un desarrollo y un progreso continuos; significa que el marido y su esposa tratarán sinceramente de perfeccionarse; significa que la relación matrimonial no se abandonará frívolamente cuando surja el primer desacuerdo o cuando los tiempos se pongan difíciles… Eterno significa arrepentimiento, perdón, longanimidad, paciencia, esperanza, caridad, amor y humildad”.
No se requiere perfección de los cónyuges, sino persistencia, que siempre mejoren como pareja mediante la Expiación de Jesucristo. Eso es algo por lo que todas las parejas deben esforzarse. A través de Él, los cónyuges pueden llegar a ser compañeros eternos, que se amen por completo sin dejar de ser humanos propensos a equivocarse.
2. Las parejas deben prepararse apropiadamente para la ordenanza de la investidura
Para algunas parejas, el sellamiento en el templo puede venir con la recepción de la investidura de uno o ambos cónyuges. Estas son ordenanzas separadas. Ambas son importantes. No permitas que una opaque a la otra.
Para las parejas que estén comprometidas y ambas partes ya hayan entrado al templo, asistan a la Casa del Señor y participen juntos en sesiones de investidura antes de su boda.
Nada puede reemplazar el tiempo que pases en el templo con tu ser querido. Además, tu ceremonia de sellamiento será una oportunidad para que ambos recuerden los convenios que hicieron personalmente durante la ceremonia de la investidura.
Con respecto a lo que incluye la ordenanza de la investidura, la Iglesia enseña:
“A los miembros se les enseñan importantes verdades del Evangelio, tales como el plan de felicidad que nos brinda nuestro Padre Celestial, la expiación de Jesucristo, la naturaleza divina de cada persona y las grandes bendiciones que se extienden a todos los hijos de Dios. El propósito fundamental de los templos es que los miembros participen en ceremonias sagradas arraigadas en el evangelio de Jesucristo… Los participantes… hacen promesas sagradas con el Señor, llamadas convenios. Entre esos convenios se incluye obedecer a Dios, seguir a Jesucristo, ser moralmente puros y dedicar su tiempo y talentos al servicio del Señor. Esos compromisos llegan a ser los principios que rigen su vida diaria”.
Prepararse correctamente para el recibimiento de tus investiduras no significa que tengas que saber de antemano cada parte y procedimiento del proceso de la ceremonia. El proceso es sagrado y debe mantenerse como tal.
Tener un entendimiento correcto significa entrar al templo con la disposición de aprender y hacer convenios con Dios. Si tienes preguntas acerca de las investiduras, visita churchofjesuschrist.org/temples para que accedas a recursos útiles.
Puedes asumir con seguridad que tendrás preguntas después de entrar al templo por primera vez o incluso por quincuagésima vez. Sinceramente, probablemente, tendrás más preguntas después de asistir que antes de ir. No te desanimes si no entiendes todo o, incluso, la mayoría de cosas.
El Evangelio se aprende poco a poco, precepto por precepto. Con esto en mente, regresa al templo con frecuencia y llena tu mente de preguntas: así es como se comienza a recibir la revelación.
Hazle preguntas de una manera abierta y privada a Dios en oración, dentro y fuera de las paredes del templo. El templo es Su casa, y Él no quiere que camines en la oscuridad cuando se trata de hacer convenios con Él. El Padre Celestial te proporcionará las respuestas.
3. Las parejas deben entrar al templo dignamente
Antes de entrar al templo, las parejas deben revisar las preguntas de recomendación para el templo y compartir sus pensamientos sobre el templo mutuamente. Cada una de las preguntas de recomendación para el templo es importante. Sin embargo, una de las preguntas destaca para las parejas que se van a casar pronto, es la pregunta con respecto a la ley de castidad debido a su lazo único con el matrimonio.
La ley de castidad se puede modificar, a diferencia de las leyes como la Palabra de Sabiduría u otros mandamientos, ya que prohíbe las relaciones sexuales hasta que sea el momento adecuado, que es el matrimonio. Esto significa que lo que una vez no estaba permitido de repente es divinamente alentado y respaldado.
El cambio es evidente: Una vez casado, puedes tener relaciones sexuales. Sin embargo, un cambio no controla dichos sentimientos tan fuertes. Mientras salgas con tu pareja y estés comprometido, cuanto más tiempo pases con tu pareja, más querrás compartir tus sentimientos a través de la intimidad física.
Esto no solo es normal, sino que la atracción física es saludable y divina.
Como una pareja comprometida puede ser fácil pensar que, debido a que están planeando casarse, tener aproximaciones sexuales antes del matrimonio no es un gran problema. Sin embargo, este no es el caso. Dios es muy claro con respecto a lo que espera de Sus hijos.
El Padre Celestial exige que las parejas eviten despertar sentimientos sexuales hasta que se haya realizado el sellamiento. Comprométete con esta meta. Vuelve a comprometerte con esta meta si te equivocaste. Asegúrate de evitar las situaciones en las que sea más probable que ocurra el pecado sexual. Arrepiéntete si es necesario. Haz lo que se requiere para entrar al templo. Te sentirás feliz de haberlo hecho.
Recuerda que ningún pecado está exento del poder sanador de la Expiación de Jesucristo. El Salvador murió para que pudiéramos ser perfeccionados en Él. Si cometiste el pecado sexual, el Señor todavía desea que la bendición del templo sea tuya. Búscalo y permite que la Expiación te eleve y te cure. Da los pasos que se requieran.
El Señor no requiere perfección. Al igual que aprendemos en la parábola del hijo pródigo, a nuestro Padre le preocupa mucho más dónde estamos ahora y hacia dónde nos dirigiremos que dónde hemos estado. Él tendrá compasión, correrá y te abrazará siempre (véase Lucas 15: 11-32).
Una práctica importante para construir una relación sólida es hablar abiertamente sobre sexo, tanto antes como después de que casarse. La comunicación genera claridad y la claridad ayuda a ambas partes a comprender qué está bien y qué no está bien para el Señor y su ser querido.
El sexo es un tema personal, así que trátalo como tal. Libérate de las suposiciones y hazle preguntas específicas a tu pareja. Utiliza los recursos profesionales que necesites para crear un espacio seguro en el que puedas hablar sobre este tema con tu pareja.
Estar comprometido es emocionante y tomar la decisión de sellarse es un asunto muy importante. Si cumples con los mandamientos del Señor y entras a Su casa con conocimiento, preparación y confianza, el día de tu boda será un día especial y sagrado que se celebrará hoy, mañana y por las eternidades que están por venir.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Tommy Johnson y fue publicado en ldsliving.com con el título “Engaged, Now What? 3 Ways to Prepare for Your Temple Sealing”.