Los ángeles han formado una parte importante de la historia épica del mundo. Han protegido y bendecido a miles de millones de personas en este planeta. La mayoría, si no son todos, hemos recibido la ayuda de los ángeles para quitar los obstáculos de nuestro camino de maneras que no sabremos hasta que se termine de contar la historia de esta vida.
Recientemente, escribí un artículo que se centró en las veces en que la ayuda de los ángeles se expresa de manera física. Sin embargo, en este artículo me centro en cómo los ángeles nos ayudan de maneras más sutiles.
Abrazo divino
Hace muchos años, falleció el esposo de una querida amiga y la dejó con 10 hijos, que todavía vivían en casa y necesitaban desesperadamente de su cuidado. Una carga terrible cayó sobre ella. Sentí la impresión de acompañarla al templo en ese momento de gran necesidad.
Mientras estaba ahí, en un momento crucial, de repente tuve una sensación hermosa y cálida en mi corazón. Esta sensación se extendió por todo mi ser durante varios segundos. Tuve la sensación sagrada de que acababa de recibir un abrazo espiritual del esposo fallecido de mi amiga. Su esposo me agradeció por estar ahí con su esposa. Fue una experiencia hermosa que nunca olvidé.
Parece que la poderosa habilidad que los ángeles tienen para darnos calor físico y fortaleza emocional es una de las características de su presencia divina.
Calor en el pecho
En 2014, la amada esposa de Craig Jenkins, Lorna, falleció repentinamente. Fue impactante e insoportable para él y toda su familia. Sin embargo, Craig y su hija fueron bendecidos con experiencias en las que ambos notaron la presencia de Lorna.
Poco después del fallecimiento de su esposa, el hermano Jenkins escribió acerca de un sorprendente diálogo entre Lorna y su hija Katie:
El lunes por la noche, unos amigos pasaron a saludarme cuando nuestro presidente de estaca y su esposa tocaron el timbre. Katie, nuestra hija menor, abrió la puerta y pidió una bendición. Entraron a la oficina y el presidente le dio una bendición.
El presidente le dijo que era el momento de que su madre se fuera, que posiblemente eligió quedarse. Sin embargo, en el plan de Dios, era su momento de partir. Hacia el final de la bendición de Katie, el presidente le dijo:
“Tu madre está en la habitación con nosotros”.
Luego, al terminar la bendición, le dijo que se quedara ahí cuando él y su esposa salieran de la oficina y cerraran la puerta. Katie se quedó esperando para “ver” a su madre.
En su mente, Katie escuchó y participó en la siguiente conversación con su madre fallecida.
“¿Te voy a ver?”
“No, hay un velo”.
Luego miró hacia el techo y preguntó:
“¿Estás flotando?”
“No, no floto”.
“¿Sentiré tus abrazos?”
“No, no tengo cuerpo”.
“¿Cómo sabré?”
“Diré palabras a tu mente, y mi Espíritu entrará a tu cuerpo”.
De repente, Katie sintió mucho calor en el pecho.
Luego, el hermano Jenkins cuenta cómo él también sintió ese calor en el pecho y se dio cuenta de dónde provenía.
Una noche, poco después de que Lorna falleció, me desperté y sentí un calor en el pecho, y recordé las palabras que le dijo a Katie, tiré las mantas, aun sintiendo calor. En mi mente pregunté con duda: “¿Estás aquí?”
El calor se intensificó, y supe que Lorna estaba ahí.
El hermano Jenkins y Katie experimentaron el calor y el apoyo de un familiar fallecido. Este tipo de sentimiento es una manifestación maravillosa que muchos han sentido.
La promesa de los ángeles
En una Conferencia General de 1989, el Presidente Ezra Taft Benson hizo una hermosa promesa a los niños de la Iglesia con respecto a los ángeles, dijo:
“Les prometo, queridos niños, que los ángeles los ministrarán… Quizás no los vean, pero estarán ahí para ayudarlos y sentirán su presencia”. (Ezra Taft Benson, “To the Children of the Church”, conferencia de abril de 1989)
Los ángeles pueden ser nuestros compañeros en esta estadía terrenal y, ocasionalmente, podemos sentir su presencia. No tenemos que ser niños para reclamar la promesa del Presidente Benson.
Padre fallecido trae paz en tiempos difíciles
Los ángeles tienen la hermosa habilidad de llenarnos de esperanza en tiempos de desesperación.
Don C. escribe acerca de un tiempo difícil en su vida en el que su padre fallecido lo sostuvo.
Los últimos años han sido difíciles de muchas maneras. He lidiado con problemas financieros, de salud y familiares sin ninguna luz al final del túnel. Cada uno de esos problemas aumenta y disminuye ocasionalmente en cuanto a severidad, pero continúan.
Durante uno de mis momentos más oscuros de desesperanza, conducía para reunirme con un médico que iba a administrarme un procedimiento de prueba para abordar uno de mis problemas de salud. Me sentía muy deprimido y oraba en silencio para recibir cierta dirección en la que pudiera tener confianza.
Comencé a sentir mucho calor dentro de mi pecho y me invadió una emoción que nunca antes había experimentado. Comencé a sollozar y me di cuenta de que había una “presencia” en mi camioneta. Sabía que era mi padre quien había fallecido 19 años antes. Seguí sollozando y, finalmente, tuve el coraje de hablar.
Dije: “¿Dónde has estado? ¡Te he extrañado mucho!”
Escuché que mi Padre me dijo: “Don, siempre estoy contigo. Todo va a estar bien.”
Seguí llorando y comencé a preguntarle sobre mi salud, mis dificultades financieras y familiares. Antes de que pudiera formar las oraciones, volvió a hablar, con énfasis, “¡TODO estará bien!”
Una calma increíble vino sobre mí en ese momento. Continuamos en silencio y luego su presencia comenzó a desvanecerse. El amor que sentí fue indescriptible. Nunca he sentido tal sentimiento. También llegué a reconocer las muchas veces en el pasado en que me guió sin que me diera cuenta de su influencia.
Los ángeles en medio de las pruebas
Harold B. Lee enseñó una doctrina muy reconfortante a todos los que podrían estar pasando por momentos difíciles y necesitan ayuda. Él dijo:
A veces, cuando atravieses las pruebas más severas, te acercarás más a Dios de lo que tienes idea, al igual que en la experiencia del mismo Maestro con la tentación en el monte, en el Jardín de Getsemaní y en la cruz del Calvario, las Escrituras registran: “Y he aquí, los ángeles vinieron y le servían” (Mateo 4:11). A veces, eso puede sucederte en medio de tus pruebas. (Harold B. Lee, Informe de la Conferencia, Conferencia Área Múnich, 1973, p. 114)
Los ángeles no solo nos dan el calor emocional y la fuerza para continuar, sino que también nos pueden dar la fuerza física y el poder que podemos necesitar, como en el siguiente relato sorprendente.
Y los ángeles descendieron
Me encanta la escritura en la que Nefi habla acerca de los ángeles que lo apoyaron:
Y de día me he hecho osado en ferviente oración ante él; sí, he elevado mi voz a las alturas; y descendieron ángeles y me ministraron… (2 Ne 4:24)
Qué bendición es que los ángeles hayan estado en la saga de nuestro mundo. En minutos, pueden mejorar nuestras habilidades para sentir cosas que parecen imposibles de sentir y para lograr cosas que no podemos hacer humanamente.
Cuando se cuente la verdadera historia de todos los convenios de Dios, el hombre y los ángeles, cada uno de nosotros verá que ha recibido el socorro y la fortaleza de numerosos ángeles.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Anne Hinton Pratt y fue publicado en latterdaysaintmag.com con el título “The Divine Touch of Angels”.