Jesús realizó milagros durante Su ministerio terrenal. Los pioneros vieron la mano de Dios durante su viaje y de la misma manera nosotros podemos experimentar la amorosa mano de Dios en nuestras vidas.
Aquí hay algunos milagros compartidos por las autoridades generales que prueban que los milagros aún no han cesado.
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1. “Consideren las bendiciones” por Thomas S. Monson
En la Conferencia General, el Presidente Thomas S. Monson compartió un discurso sobre las impresiones espirituales. Él contó cómo sintió la impresión de visitar a un viejo amigo en el hospital.
“Cuando llegué a su habitación, la encontré vacía. Tras preguntar, me dijeron que probablemente lo encontraría en la piscina del hospital, un área que se usaba para terapia física. Y así fue. Él se había dirigido a ese lugar en su silla de ruedas y era la única persona en el lugar.
Estaba en el otro extremo de la piscina, cerca de la parte más honda. Lo llamé, y él se acercó en la silla de ruedas para saludarme. Tuvimos una excelente conversación, y lo acompañé de regreso a su habitación, en donde le di una bendición.
Más adelante mi amigo me informó que ese día había estado totalmente abatido y que había contemplado quitarse la vida. Había orado pidiendo alivio pero comenzó a sentir que no recibía respuesta a sus oraciones.
Fue a la piscina pensando que una forma de poner fin a su desdicha sería empujar la silla de ruedas en la parte honda de la piscina. Yo había llegado en el momento crítico, como respuesta a lo que sé que fue la inspiración del cielo.”
2. “¿Ha cesado el día de los milagros?” de Donald L. Hallstrom
En este discurso de la Conferencia General de octubre de 2017, el Elder Hallstrom vuelve a contar la historia de un joven herido en un accidente durante una excursión. Después de sufrir lesiones críticas en el cuello y la espalda, Clark se recuperó a pesar de todo, para confusión y deleite de sus médicos.
“Los milagros que Clark experimentó durante ese suceso traumático estaban solo por comenzar. Algunas de las primeras personas que lo localizaron “por casualidad” pertenecían a un grupo de excursionistas que incluía guías de rescate en montaña y profesionales médicos de urgencias…
Además, también “por casualidad”, el grupo estaba probando un nuevo dispositivo de comunicación y solicitó ayuda de urgencia desde una zona donde los teléfonos celulares no podían recibir señal…
Mientras el helicóptero se acercaba desde un ángulo diferente, “por casualidad” los vientos cambiaron y el avión aterrizó solo el tiempo suficiente para que el grupo metiera a Clark rápidamente, y con dolor para él, en el pequeño compartimiento detrás del asiento del piloto…
“Por casualidad” había un renombrado neurocirujano traumatólogo de turno ese día; él está en ese hospital solo unas cuantas veces al año. Ese médico más tarde declaró que nunca había visto a nadie sufrir tantos daños en la médula espinal y en las arterias carótidas y vivir.
No sólo se esperaba que Clark viviera, sino que volviera a recuperar toda su movilidad. El cirujano, describiéndose a sí mismo como agnóstico, dijo que el caso de Clark iba en contra de todo su saber científico sobre lesiones neurológicas y solo se podría describir aquello como un milagro.”
3. “Milagros” por Matthew Cowley
En un devocional de BYU de 1953, el Elder Matthew Cowley habló de una bendición del sacerdocio que le dio a un niño con polio.
“Hace unas semanas, una madre me llamó al Hospital del Condado de Salt Lake City… me dijo que su hijo se estaba muriendo de polio y me preguntó si podía ir a darle una bendición… Fuimos [al hospital] y encontramos al joven muchacho inconsciente con un respirador artificial, con la cara con un color negruzco, con un tubo en la garganta. Nos dijeron que también tenía otro tubo más abajo en el abdomen.
…entramos y bendecimos a ese joven. Fue uno de esos momentos en los que supe, cuando puse mis manos sobre ese muchacho, que era un niño inusual y que tenía fe. Teniendo fe en su fe, lo bendije para que se recuperara y le prometí que se recuperaría.
No escuché nada más sobre él hasta el sábado pasado; iba camino a Murray para una conferencia y me detuve en el Hospital del Condado. Pregunté si podría ver al muchacho…
Mientras caminaba por el pasillo hacia su habitación, salió el joven corriendo a mi encuentro. Me preguntó: “¿Eres el hermano Cowley?” Le dije sí.
Me dijo: “Quiero agradecerle por esa oración”, y agregó: “Estaba inconsciente entonces, ¿verdad?”
Le respondí: “Ciertamente lo estabas.”
4. “La oración y las bendiciones del Espíritu” de Boyd K. Packer
En este discurso, dado en octubre de 2009, el presidente Packer cuenta la historia de un par de soldados de la marina enviados a la China que tomaron el tren equivocado de regreso a la base. Los soldados se bajaron del tren, encontraron un vagón con una manija de bomba y comenzaron a moverlo en la dirección que debían ir.
“Al llegar a una empinada pendiente se subieron rápido al carrito y empezaron a deslizarse cuesta abajo. Graham fue el último en subirse.
El único lugar disponible estaba enfrente del carrito; corrió a un lado y por fin se subió, pero, al hacerlo, resbaló y se cayó; su espalda golpeaba sobre las vías, pero él seguía aferrado al vagón con los pies para evitar que éste lo arrollara.
A medida que aumentaba la velocidad, oyó la voz de su madre que decía: “Bud, ¡ten cuidado!”.
Llevaba puestas unas pesadas botas militares; entonces, el pie se le resbaló, y la gruesa suela de su bota quedó atrapada en el engranaje de una de las ruedas, lo que hizo que el carrito se detuviera a unos treinta centímetros de su mano.
Sus padres, que en ese entonces presidían la Misión de los Estados Centrales del Este, estaban dormidos en una habitación de un hotel; la madre se levantó a las dos de la mañana y despertó a su esposo: “¡Bud está en problemas!”. Se arrodillaron al lado de la cama y oraron por la protección que su hijo necesitaba.”
5. “Necesitaba regresar” de Nestor Quales
En una experiencia publicada en LDS.org, el Elder Nestor Quales cuenta la historia de una impresión audible e inconfundible:
“Era muy tarde, y estaba conduciendo a casa después de dejar a los jóvenes [de mi barrio], volteé en un camino oscuro en una zona rural con pocos autos. En el camino, conduje por un pequeño puente y vi una luz parpadeando a mi lado derecho junto al río como si hubiera un incendio.
Hube conducido sólo por unos pocos metros cuando escuché una voz que decía: “¡Alto!” Me tomó por sorpresa ya que estaba viajando sólo, pero lo ignoré y seguí conduciendo. Una voz de trueno resonó, “¡Detente y regresa!”
Inmediatamente le di la vuelta al auto y conduje de regreso. Mientras lo hacía, le pregunté a nuestro Padre Celestial: “Señor, ¿qué sucede?”. Tan pronto como llegué al puente, salí del auto y la respuesta del Señor fue inmediata, ya que podía escuchar a alguien gritando: “Por favor, ¡Ayúdenos!”
…Esa pequeña luz era de un auto que transportaba a cinco personas que se habían desviado del camino. Dos de ellos habían perdido la vida, pero pudo haber sido peor si no es que no hubiera prestado atención a la voz del Espíritu Santo.”
6. “Un Dios de milagros” de Sydney S. Reynolds
En abril de 2001, la hermana Sydney S. Reynolds de la Presidencia general de la Primaria dio su testimonio sobre los milagros que Dios nos da al contar la historia de cómo sus nietos mellizos nacieron tres meses y medio antes de tiempo y cómo lucharon por sobrevivir.
Después de sufrir colapso pulmonar y otras problemas en sus órganos, el bebé estuvo listo para ser llevado a casa. Su hermana, sin embargo, tuvo que permanecer en el hospital.
“La niña se sigue sacando la sonda del respirador, haciendo sonar la alarma por toda la sala. Pensamos que quizás desea progresar como su hermano, pero cada vez se le cierra la garganta y no puede respirar por sí misma.
Tiene la garganta tan inflamada que a veces los terapeutas de respiración tienen mucha dificultad para volverle a conectar la sonda y ella casi fallece. Su progreso normal es difícil debido a su dependencia permanente en el respirador.
Finalmente, después de que su hermanito ha estado en casa dos meses, los doctores se ven obligados a sugerir una operación para ella, la cual le permitirá respirar por un orificio que se le hará en la garganta; una operación que podría resolver los problemas que tiene en el estómago al abrírsele un orificio en el costado; pero una operación que afectará su pequeño cuerpecito por muchos meses más y, quizás, por el resto de su vida.”
La hermana Reynolds describió el esfuerzo de su familia para orar y ayunar juntos por la vida de la pequeña recién nacida, y compartió que iban a aceptar, sea cual fuere, la voluntad de Dios. Su ayuno culminó un 3 de diciembre. Ella concluyó su historia diciendo:
“Permítanme leer una porción de una carta que se envió a la familia la mañana del 4 de diciembre. ‘Querida familia: ¡Buenas noticias! Bendiciones del Señor. Nuestro más sincero agradecimiento por sus oraciones y ayuno en beneficio de nuestra pequeña. Ayer por la mañana le quitaron el respirador y desde hace ya 24 horas no lo tiene. Para nosotros, es un milagro.’”
7. “Enciendan su luz” por Sharon Eubank
En octubre de 2017, la hermana Sharon Eubank contó una historia sobre dos niños que quedaron atrapados en una corriente en una playa de Florida. Varias personas nadaron hacia ellos, pero todos quedaron atrapados en la corriente y no pudieron salir.
“No había cuerdas ni salvavidas. La policía había mandado pedir un bote de rescate, pero la gente en el mar había estado luchando durante 20 minutos; estaban exhaustos y se estaban hundiendo.
Entre los espectadores en la playa estaba Jessica Mae Simmons; ella y su esposo tuvieron la idea de formar una cadena humana. Gritaron a la gente de la playa que los ayudara y docenas de personas entrelazaron los brazos y marcharon hacia el mar.
Jessica dijo al periódico: ‘Ver a personas de diferentes razas y géneros entrar en acción para ayudar a personas TOTALMENTE desconocidas [fue] absolutamente increíble!’
Una cadena de 80 personas se extendió hacia los nadadores. Todos en la playa solo podían pensar en soluciones comunes y estaban paralizados, pero un matrimonio, en una fracción de segundo, pensó en una solución diferente. La innovación y la creación son dones espirituales.”
Este artículo fue escrito originalmente por Caroline Coppersmith y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “7 Modern Miracles That Will Give You Hope”