Como seguidores del Salvador, nos enfocamos en Su vida, ejemplo y amor durante todo el año. Pero diciembre es un mes especial para recordarnos la luz y el calor que Él trae a nuestras vidas.
Los muchos títulos de Cristo nos recuerdan sus múltiples roles:
“Y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.” -Isaías 9: 6
Los títulos de Cristo son poderosos, sin embargo, como muy a menudo los escuchamos, tendemos a olvidar su significado específico, tomándolos como simples sinónimos de “Cristo”.
Cuando nos detenemos a reflexionar sobre los diferentes roles que expresa cada uno de estos títulos, nos damos cuenta de cuánto satisface nuestras necesidades el Salvador de diferentes maneras.
Si nos esforzamos por desarrollar estos atributos cristianos, también podremos satisfacer mejor las necesidades de quienes nos rodean y podremos iluminar el mundo como lo hizo Jesús.
Aquí hay una lista de títulos de Cristo que te ayudará a conocerlo mejor y a amarlo aún más.
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Verbo
Entre sus títulos está “el Verbo”. En griego, que era el lenguaje del Nuevo Testamento, “verbo” quiere decir “logos”, que significa “palabra” o “expresión divina”.
Tal terminología puede parecer extraña, pero es más que razonable. Usamos verbos, palabras para transmitir nuestros sentimientos a los demás.
Por lo tanto, Jesús fue el “verbo” o “expresión” de Su Padre para el mundo.
Creador
Como Creador designado, nos permitió a cada uno de nosotros obtener un cuerpo físico, único e individual, pero al mismo tiempo similar a cualquier otro cuerpo humano.
El Gran Médico
Nuestro cuerpo es capaz de curarse y defenderse, generar nuevas células para reemplazar las viejas.
No es de extrañarse que nuestro Creador también sea conocido como el Gran Médico (Mateo 9:12), capaz de sanar a los enfermos (3 Nefi 9:13; DyC 35: 9; 42: 48-51), restaurar la vista a los ciegos (Juan 9: 1-11), hacer escuchar a los sordos (Isaías 35: 5; 3 Nefi 26:15), y resucitar a los muertos (Mateo 9: 23-26; Juan 11: 5-45).
Jehová
El término Jehová deriva de la palabra hebrea hayah, que significa “ser” o “existir”. Una forma de la palabra hayah en el texto hebreo del Antiguo Testamento se tradujo como “YO SOY” (Éxodo 3:14). Jehová se llamó a sí mismo como el YO SOY (DyC 29: 1; 38: 1; 39: 1).
Abogado
La palabra abogado proviene de una raíz latina que significa “una voz a favor de” o “alguien que defiende la causa de otra persona”.
Otros términos relacionados que se usan en las Escrituras son Intercesor o Mediador (1 Timoteo 2: 5; 2 Nefi 2:28; DyC 76:69).
Saber que Él es nuestro Defensor, Intercesor, Mediador ante el Padre nos reafirma Su comprensión, justicia y misericordia inigualables (Alma 7:12).
Emmanuel
El nombre hebreo anunciado por Isaías, Emmanuel, literalmente significa “¡Dios está con nosotros!”
Posteriormente, este nombre sagrado se le dio a Jesucristo en el Nuevo Testamento, en el Libro de Mormón y en Doctrina y Convenios (Mateo 1:23; 2 Nefi 17:14; DyC 128: 22).
Hijo de Dios
En más de una docena de versículos, Dios el Padre testifica que Jesús es verdaderamente Su Hijo amado.
Este solemne testimonio a menudo va acompañado de una invitación divina a escuchar y obedecer la voz de ese amado Hijo (Mateo 3:17; 17: 5; Marcos 1:11; 9: 7; Lucas 3:22; 9:35; 2 Pedro 1:17; 2 Nefi 31:11; 3 Nefi 11: 7; 21:20; D. y C. 93:15; Moisés 4: 2; Historia de José Smith 1:17).
Padre
Algunos de ustedes se preguntarán por qué en ocasiones se llama “Padre” al Hijo. Bueno, el título de cualquier hombre puede variar. Cada hombre es un hijo, pero también puede ser llamado “padre”, “hermano”, “tío” o “abuelo” dependiendo de las circunstancias en las que se lleva a cabo una conversación.
Así como Jesús fue nuestro Creador, en las Escrituras también nos referimos a Él como “el Padre” de todas las cosas” (Mosíah 7:27; Mosíah 15: 3; 16:15; Helamán 14:12; Éter 3:14).
Sin embargo, también debemos recordar que “Jesucristo no es el Padre de los espíritus que han tomado un cuerpo o lo tomarán en esta tierra, puesto que Él es uno de ellos. Él es el Hijo, así como ellos son hijos e hijas de Elohim” (Joseph F. Smith, “Gospel Doctrine”).
El Ungido
Jesús fue el Ungido. La contraparte hebrea de la palabra “Ungido” es Mesías, de la cual la traducción griega es Cristo.
Por lo tanto, Jesús es llamado el Cristo y el Mesías, lo que significa que Él fue el ungido por el Padre para ser Su representante personal en todo lo que concierne a la salvación de la humanidad.
Las escrituras declaran que Cristo es el único nombre dado debajo del cielo por el cual el hombre puede ser salvo (2 Nefi 25:20).
Salvador y Redentor
Jesús nació para ser el Salvador y Redentor de toda la humanidad (Isaías 49:26; 1 Nefi 10: 5).
Era el Cordero de Dios (1 Nefi 10:10), puro y sin mancha (1 Pedro 1:19), que se ofreció a Sí mismo como sacrificio por los pecados del mundo (Juan 1:29).
Juez
Estrechamente conectado a Su papel como Salvador y Redentor está Su papel como futuro juez.
Nuestro encuentro personal con Jesucristo en el día del juicio estará respaldado por el recuerdo claro y perfecto de nuestras acciones (Alma 11:43; 5:18) y de los deseos de nuestro corazón (DyC 137: 9).
El Ejemplo Perfecto
Durante el sermón del monte, Jesús se dirigió a Sus seguidores con esta advertencia:
“Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” -Mateo 5:48
Podemos recordar que Jesús, estando sin falta y sin mancha como lo fue en la mortalidad, vio Su estado de perfección física como algo que lograría en el futuro (Lucas 13:32).
El Salvador mismo tuvo que perseverar hasta el fin, tú y yo podemos hacer lo mismo.
El Mesías del Milenio
Decidí dejar al final la más alta responsabilidad del Señor que tendrá en el futuro, es decir, su papel como el Mesías del Milenio.
Cuando llegue ese día, el aspecto físico de la tierra habrá cambiado:
“Todo valle será alzado, y todo monte y collado serán bajados; y lo torcido será enderezado, y lo áspero será allanado.” (Isaías 40: 4).
Jesús un día regresará a la tierra. Su segunda venida no sucederá en secreto. Será de conocimiento público.
Conocer más profundamente el verdadero significado de los muchos títulos de Cristo nos ayudará a comprender mejor lo que hizo y hace por nosotros, y el papel que tiene en nuestra vida. Nos ayudará a conocerlo mejor y de esta manera tendremos la oportunidad de seguirlo mejor, para que algún día podamos volver a Su presencia.
Fuente: lachiesarestaurata.it