En lo profundo de mi corazón, sé que los desafíos de la vida no duran para siempre.
“Siempre hay una luz al final del túnel”, dicen por ahí. Pero, ¿qué tan largo es el túnel? No tenemos una respuesta definitiva.
Todos tenemos que pasar por pruebas en esta vida, no hay excepciones. Hay cosas que podemos mantener bajo control, pero también hay situaciones por las que simplemente debemos atravesar hasta que todo se calme.
En toda situación difícil siempre hay algo que podemos hacer, incluso en las peores circunstancias, incluso si todo lo que podemos hacer es tener esperanza.
A veces, en la vida, cuando parece que los túneles son muy largos, dudamos si realmente existe un final. Pero, afortunadamente, existen historias que nos inspiran a no dejar de tener esperanza y nos dan fortaleza. La luz de estas historias ha sido un faro para mí durante los momentos más difíciles de mi vida.
El túnel de las enfermedades
En este período de prueba terrenal, nuestros cuerpos físicos están sujetos al dolor y la enfermedad. Desde un resfriado común y corriente hasta un cáncer devastador, existen numerosas amenazas para la salud.
Una mujer en la plenitud de su vida, madre de dos niñas, descubrió que tenía cáncer de seno. No puedo imaginar cuánto afectó esta noticia a su familia. Se requería una cirugía para extirpar las partes afectadas de su cuerpo y tuvo que someterse a una serie de tratamientos de radiación y quimioterapia.
Hubiera sido fácil para ella rendirse, dejar que la enfermedad y la depresión consumieran todo su ser después de soportar un proceso tan doloroso durante tanto tiempo. Sin embargo, la esperanza de pasar más tiempo con sus hijas y verlas crecer, la ayudó a ganar la batalla un día a la vez.
El túnel de la traición y la infidelidad
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No tenemos control sobre otras personas. Pero, las decisiones que otras personas toman pueden afectarnos, especialmente las personas que están muy cerca de nosotros.
Un día, una mujer que conozco descubrió que su esposo tenía una aventura amorosa. Ella estaba esperando a su tercer hijo en ese tiempo. El dilema de enfrentar a su esposo y la incertidumbre de lo que sucedería después casi arrebata lo mejor de ella.
Esos tiempos fueron difíciles para ella, criaba a dos hijas y al mismo tiempo esperaba un bebé, todo porque su esposo había elegido estar con otra mujer.
Ella simplemente podría haberse rendido. Se podría haber justificado que renunciara a su matrimonio. Hubiera sido más fácil seguir con su vida. En cambio, ella eligió perdonar. Con la esperanza de que el perdón traiga paz, ella pudo superar los tiempos difíciles.
El túnel de la pobreza
La pobreza puede romper un alma, pero esto no tiene que suceder si no lo permites. No todas las personas ven la pobreza de la misma manera. Hay quienes tienen muy poco pero aún pueden proveer para sus familias. Hay momentos en que las personas tienen que luchar con uñas y dientes solo para conseguir comida para sus familias.
Una viuda que tenía seis hijos tenía que esforzarse en gran medida para llevar comida a su mesa. Incluso era muy difícil para ella poder satisfacer las necesidades básicas y súmale a eso el costo de enviar a sus hijos a la escuela.
Una salida rápida podría haber sido darse por vencida. La idea de dejar a sus hijos, hambrientos y sin educación, casi nublaron su mente, pero eligió lo contrario. Con el escaso salario que recibía como maestra, pudo enviar a todos sus hijos a la escuela.
Tenía la esperanza en su corazón de que si sus hijos recibían educación, tendrían un futuro más brillante. Esto alimentó su deseo de soportar y ahorrar lo poco que tenía para mantener a su familia por sí misma y lograr que sus hijos se convirtieran en profesionales después de años de sacrificio.
Conclusión
No podemos mantenernos inmunes a las enfermedades de la mortalidad, independientemente de cuán sano sea nuestro estilo de vida. Las personas que nos rodean pueden lastimarnos profundamente.
A menudo nos encontramos en apuros que nos hacen sentir impotentes. Pero, cada vez que estamos enfermos, somos traicionados o estamos deprimidos – cuando parece que no hay escapatoria, miremos hacia el poder sanador de la Expiación, ya que con ello viene la esperanza de que mejores días están por venir.
Permite que el Salvador te rescate de las garras de la ira, el dolor y la tristeza. El sacrificio expiatorio de Jesucristo pone a nuestra disposición la mayor fuente de esperanza: que algún día todos estos tiempos difíciles llegarán a su fin, porque la batalla contra el dolor, incluso la muerte, ya se ha ganado.
Entonces, no importa qué tan largo sea el túnel, siempre podemos tener esperanza y encontrar luz muy cerca de nosotros. ¡Nunca dejes que se te acaben las esperanzas! La sanación, el perdón, la paz y el gozo están a nuestro alcance, sin importar cuánto tiempo nos tome conseguirlos.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Joanna Christabelle L. Belleza y fue publicado con el título “Hanging on to Hope: The Journey Towards the Light at the End of the Tunnel”.