Por Terrie Lynn Bittner
Jane Elizabeth Manning es tal vez la pionera mormona negra más famosa. Mormón es un apodo para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Fue la hija de Isaac y Elizabeth Manning y nació a finales de la década de 1810 o a principios de la década de 1820. Nunca fue una esclava sino que era una sirvienta, enviada a vivir y trabajar en el hogar de un granjero blanco acaudalado cuando tenía sólo seis años de edad. El hogar le pertenecía a un hombre mayor, Joseph Fitch y su esposa. La hija de ambos crió a Jane.
Jane se volvió presbiteriana cuando tenía catorce años, pero se sentía insatisfecha con todo lo que le enseñaron. Se convirtió al mormonismo un año y medio después de haber oído a Charles Wendell enseñar acerca del mormonismo. Había asistido al sermón en desafío directo de la orden de su pastor de no asistir. Ella ayudó a convertir a otros miembros de su familia. En ese momento de la historia mormona, los mormones eran alentados a reunirse en un lugar debido a la necesidad de protección durante la persecución y también debido a dificultades para la comunicación de la época. Con una nueva fe cada vez mayor, era más sencillo tener a todos juntos donde pudieran aprender de sus líderes y disfrutar del apoyo de los demás que compartían su fe.
Sólo un año después de su bautizo, Jane y otros ocho miembros de su familia por consiguiente partieron a Nauvoo, Illinois, donde los mormones estaban viviendo. El grupo incluía a su madre, sus hermanos, su cuñado y su cuñada. A pesar de seguir siendo sólo una adolescente, Jane se desempeñó como la líder de este grupo.
Empezaron su viaje con un grupo tanto de mormones blancos como negros, pero cuando el grupo conformado llegó al ferrocarril, a los mormones negros se les negó el pasaje. Algunos informes dicen que se les negó el pasaje debido a su raza. La biografía de Jane, dictada a alguien, declara que en el ferrocarril se les forzó a pagar antes de lo esperado y no tenían el dinero aún para pagar. Es posible que el cobro por adelantado se debiera a la raza, dado que los mormones blancos en el grupo parecían haber sido capaces de continuar. El grupo decidió que los mormones blancos debían continuar su viaje mientras que los mormones negros lo terminarían a pie, sin tener otro modo de llegar allí. Un grupo más pequeño es más fácil de mantener cuando los suministros no estaban destinados a sostener un largo viaje.
La distancia restante era de casi 1300 kilómetros (800 millas) y era un octubre helado, pero ellos caminaron bajo el liderazgo competente de Jane. Sus pies sangraron tanto que Jane registró que podían seguir sus huellas por medio de las huellas sangrientas pero completas. Se detuvieron y oraron para que sus pies fueran sanados para que pudieran continuar. Sus oraciones fueron contestadas y lograron llegar a Illinois.
Sin embargo, cuando llegaron a Peoria, fueron detenidos nuevamente. Se presumía que los mormones negros eran esclavos huyendo y cuando no pudieron presentar papeles de libertad, porque nunca habían sido esclavos para empezar, fueron amenazados con ser llevados a prisión. Finalmente se les permitió seguir libres, pero permanecieron con el temor de repetir este problema. El viaje restante fue peligroso. Tenían que cruzar un río con agua helada hasta su cuello y tenían muy poca comida. A menudo tenían que dormir en la intemperie bajo la nieve. Un bebé se enfermaba y oraban para que la salud le fuera devuelta aunque los líderes de la iglesia lo dieron por perdido. Sus pies estaban lastimados y oraban para que volvieran a tenerlos sanos. Cantaban himnos y se enfocaban en la perspectiva eterna, dándoles el valor y fortaleza para continuar su viaje.
Cuando finalmente llegaron a Nauvoo, se encontraron primero con Orson Spencer, quien los dirigió a la misma casa de José Smith. La esposa de José, Emma, los vio llegar desde el pórtico donde se encontraba y los llevó dentro de la casa y José agregó sillas a la mesa para ellos. Dado que Jane era la líder de este pequeño grupo de mormones negros, él le pidió que contara su historia. Entonces él los invitó a quedarse como invitados en su hogar hasta que encontraran trabajos y hogares propios y les aseguró que ahora se encontraban entre amigos y que serían protegidos del racismo y la persecución que habían experimentado en su viaje.
Todos excepto Jane encontraron trabajo y hogar rápidamente. Cuando quedaba sólo Jane, José la encontró llorando debido a que no tenía hogar ni trabajo. Él le dijo que siempre tendría un hogar con él y Emma. Emma le preguntó que clase de trabajo podría hacer y Jane le indicó una variedad de habilidades de ama de casa. Se ofreció a empezar en ese mismo momento, pero Emma le dijo que descansara; ella había estado asustada y triste; y que empezaría al día siguiente, haciendo la lavandería si era lo que le gustaba hacer. Él y Emma le ofrecieron un trabajo con ellos. Ella continuó viviendo con ellos durante varios meses. Ella desarrolló una cercana amistad con la madre de José y con otras mujeres que vivían en el hogar.
Jane estaba orgullosa de que cuando José Smith postuló a la presidencia de los Estado Unidos, una parte de su plataforma fue la de liberar a los esclavos, porque, él dijo, “una hora de libertad virtuosa en la tierra vale toda una eternidad de servidumbre”.
Cuando José fue asesinado, su hermano Isaac, que trabajaba para José Smith como secretario, fue uno de los hombres que ayudó a cavar la tumba para el profeta y acompañar con seguridad su cuerpo hasta allí.
Luego del asesinato de José, ella se mudó a la casa de Brigham Young, el nuevo profeta, y trabajó para él. Allí se casó con Isaac James, un mormón negro libre.
Los mormones fueron forzados a huir de Nauvoo al enfrentar una horrenda persecución, y mientras se detuvieron en Winter Quarters en la ruta al valle de Salt Lake, Jane se convirtió en madre de Silas. La vivienda era inadecuada para el intenso clima de invierno, pero Jane se había acostumbrado a las dificultades. Los mormones se dirigieron a Utah en grupos. Brigham Young y un pequeño grupo fueron primero a precisar una ubicación. Se cree que Jane y su esposo fueron en el grupo líder de los grupos que los siguieron después. Su hermano permaneció en Missouri hasta dieciocho años antes de su muerte, donde fue tratado con gran deferencia y respeto por los líderes de la iglesia por su gran servicio a la Iglesia y a José Smith. El profeta, Joseph F. Smith, hablaría en su funeral, junto con uno de los apóstoles.
Las condiciones fueron difíciles para los mormones en Lago Salado al principio. A menudo no había suficiente alimento y Jane insistía en compartir la mitad de lo poco que tenía con su amiga Eliza Partridge Lyman, que no tenía nada mientras su esposo estaba fuera en una misión.
Jane y su esposo trabajaban duro; Isaac trabajó para Brigham Young; y ganaron los medios para obtener un hogar y animales, pero la invasión infame de grillos acabó con gran parte de su trabajo. Ellos resurgieron y finalmente se convirtieron en una de las familias más adineradas en su “barrio”. Juntos tuvieron siete hijos.
Lamentablemente, el esposo de Jane abandonó a la familia y Jane se encontró como madre soltera con una extensa familia. Ella era muy autosuficiente, y aunque batallaban financieramente, se las arreglaban. Hacía jardinería, hacía su propio jabón, e hizo su propio hilado y costura. Ella conseguía una pequeña cantidad de dinero haciendo la lavandería. Durante veinte años ella cuidó de su familia sola. Luego su esposo regresó y restableció la relación con su familia y nuevamente se convirtió en un mormón activo. Jane lo sobreviviría a él y a todos menos a dos de sus hijos.
Jane se destacó por su incansable servicio a la Iglesia y a la comunidad, a pesar de los desafíos de ser una madre soltera. Su nivel de servicio, y su insistencia en donar fondos para construir templos y ayudar con los programas de nativos americanos era tan grande que en años posteriores, los líderes de la Iglesia reservaban sitios en el centro al frente del tabernáculo para ella y su hermano cuando se realizaban reuniones importantes.
Jane tuvo la satisfacción de ser una mormona negra. Ambas partes de su identidad le importaban y dijo casi al final de su vida que su testimonio era tan fuerte ahora como lo era el día que se unió a la iglesia.
Janne Manning James murió en 1908. Varios líderes mormones importantes, incluyendo a Joseph F. Smith, hablaron en su funeral. Joseph F. Smith era el profeta de la Iglesia mormona en ese tiempo.