Cuando era pequeño no entendía por qué existía el día de ayuno. Ese día me parecía una tortura, no podía hacer más que pensar en las hamburguesas jugosas, la pizza y las donas que no podía comer.
Mis hábitos mentales no me ayudaban a comprender los propósitos divinos del ayuno.
Solo años después, con un esfuerzo persistente, llegué a comprender en mi corazón, mente y, lo que es más importante, en mi cuerpo, el porqué del ayuno.
¡Veamos el concepto de ayunar a través de una analogía!
La negación selectiva nos hace más fuertes
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Había una vez un joven que aspiraba a ser un nadador competitivo. Una de las cosas que necesitaba desarrollar para competir era una mayor capacidad para contener la respiración bajo el agua.
¡La lucha fue titánica! Ahí estaba en el agua ejercitando su cuerpo, sus pulmones gritando por aire. Sin embargo, para fortalecerse, necesitaba aumentar lentamente su capacidad pulmonar al negarse selectivamente el aire durante breves períodos de tiempo al principio y, con el paso del tiempo, períodos más largos.
Continuó haciendo ejercicios de respiración profunda. Después de muchos días, semanas y meses, los músculos de su cuerpo se fortalecieron. Su capacidad pulmonar creció. La eficiencia de su respiración aumentó.
Al negarse algo a sí mismo, ganó más.
Al decir “no”, obtuvo un “sí”.
A medida que su cuerpo se fortalecía, su capacidad pulmonar aumentaba y se negaba algunas cosas, pudo competir con éxito a un alto nivel. Pero, lo más importante, debido a su sacrificio, se convirtió en alguien más fuerte.
Esa es la esencia del ayuno. Cuando sacrificamos algunas cosas por un tiempo, al final seremos fortalecidos.
Ayunar es volverse fuerte y firme en la fe
A menudo, cuando escuchamos la palabra ayunar (fast, en inglés), pensamos en “rápido” (significado en inglés). Así lo entendía cuando era adolescente, pensaba que el domingo de ayuno (Fast Sunday) debía pasar rápidamente.
Sin embargo, ese no es el significado original de “rápido”.
El significado básico y fundamental de “rápido” es “fuerte”.
Considera esto, alguien que corre rápido es un corredor fuerte.
¡Por lo tanto ayunar, es volverse fuerte!
La palabra ayuno también significa “fortalecerse, ser firme, comprometerse, establecer, confirmar, tener control de uno mismo, continuar y obedecer” y en el pasado significaba “un lugar donde vivir”.
Al unirnos con los demás en un ayuno mundial, recordemos que esta es una hermosa invitación para fortalecer nuestros espíritus, crecer en nuestro conocimiento del amor de Dios, comprometernos con Dios y Su servicio.
Fuente: LDS Living