El 11 de marzo de 2019, la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles se reunieron en el Centro de Visitantes del Templo de Roma, Italia, que pronto se dedicaría. Este hito en la historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se capturó con una foto.
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Observar esa foto icónica de los 15 apóstoles modernos al frente del majestuoso Christus de Thorvaldsen rodeado de las estatuas de los apóstoles de la antigüedad, hizo que vinieran a mi mente las palabras del Salvador, “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones”.
Durante los siguientes 12 meses, los apóstoles viajaron por todo el mundo para proclamar su testimonio especial acerca de Jesucristo.
Un año y un día después de ese momento histórico en Roma para la Iglesia, todo cambió. O, eso fue lo que pensamos.
El 12 de marzo, la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles anunciaron que todas las reuniones públicas de los miembros de la Iglesia se suspenderían temporalmente en todo el mundo debido al impacto de la pandemia de Covid-19.
Poco después, un domingo, mientras participaba de la Santa Cena con mi familia en mi casa, vi la foto icónica de los 15 apóstoles modernos en Roma y recordé lo que dice en DyC 84:62:
“Id, pues, por todo el mundo; y a cualquier lugar a donde no podáis ir, enviad, para que de vosotros salga el testimonio a todo el mundo y a toda criatura”.
Durante las semanas siguientes, la frase “a cualquier lugar a donde no podáis ir, enviad” ha permanecido en mi mente y en mi corazón, y me ha permitido observar la manera en que el Señor trabaja a través y con Sus siervos en esos tiempos difíciles.
Durante una temporada, los profetas y los apóstoles no han podido viajar como usualmente lo hacen. Pero, a donde no pueden ir, siguen enviando. Tal como nos lo recordó el Élder Dale G. Renlund: “La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles no han dejado de trabajar” por la pandemia y nosotros tampoco deberíamos.
Nuestros profetas y apóstoles continúan trabajando en la obra
Nuestros amados profetas y apóstoles siguen compartiendo su testimonio con todo el mundo a través de diferentes medios.
El Presidente Nelson ha compartido varios videos con los miembros de la Iglesia de Jesucristo. Asimismo, emitió una invitación inspirada a todo el mundo a unirse en un día de ayuno y oración.
La Conferencia General se realizó sin público, pero aun así se transmitió a todo el mundo.
Por otro lado, los apóstoles han publicado mensajes y videos inspiradores en sus redes sociales, han participado en reuniones virtuales, han hecho innumerables llamadas telefónicas, han enviado mensajes de texto, han intercambiado correos electrónicos y han participado en entrevistas.
A pesar de todos los obstáculos, han compartido su testimonio especial de Jesucristo.
Dos apóstoles de la antigüedad también pasaron por una crisis similar a la nuestra
Durante un tiempo, los apóstoles Pedro y Pablo permanecieron cautivos en Roma por compartir sus testimonios sobre el Cristo viviente. Pero, no se quedaron en silencio ni dejaron de trabajar a pesar de estar aislados.
Pablo envió cartas a Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón. Es interesante notar que los principios, las doctrinas, las enseñanzas y los testimonios que el antiguo apóstol envió en estas cartas constituyen cuatro de los 27 libros del Nuevo Testamento.
Esa es una porción significativa de la escritura canonizada enviada durante un período de aislamiento.
José Smith también predicó desde el aislamiento
Parte de la doctrina más rica de la última dispensación fue enviada por el Profeta José Smith mientras se encontraba aislado en la Cárcel de Liberty.
José Smith estaba preocupado por los Santos, deseaba estar con ellos, consolarlos, guiarlos y bendecirlos. Por eso, desde la Cárcel de Liberty escribió una súplica al cielo por ellos:
“Acuérdate de tus santos que sufren, oh Dios nuestro, y tus siervos se regocijarán en tu nombre para siempre”. (DyC 121:6)
Incluso en el aislamiento, el Profeta ministró.
Su mensaje a los Santos concluyó con una admonición y promesa:
“Por tanto, muy queridos hermanos, hagamos con buen ánimo cuanta cosa esté a nuestro alcance; y entonces podremos permanecer tranquilos, con la más completa seguridad, para ver la salvación de Dios y que se revele su brazo”. (DyC 123: 17)
¿Recibiremos el mensaje de nuestros profetas y apóstoles?
En esta temporada especial de “a cualquier lugar a donde no podáis ir, enviad”, nuestros apóstoles y profetas están haciendo uso de diferentes medios para enviarnos sus palabras y testimonios del Evangelio con la finalidad de consolarnos e inspirarnos.
En este tiempo de crisis, la pregunta no es si los apóstoles modernos nos “enviarán“, sino que la pregunta es si nosotros “recibiremos” lo que nos envían.
La exhortación del Salvador, “por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones” no ha terminado. Pero, por el momento, “a cualquier lugar a donde no podáis ir, enviad” es el camino.
Si recibimos lo que el Salvador ha enviado a través de Sus siervos, Su promesa de “he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20) nos fortalecerá y bendecirá durante estos días difíciles.
Fuente: Church News