Jesús el Cristo es uno de los libros más conocidos entre los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y por una buena razón.
El autor James E. Talmage escribió a mano esta obra maestra de 804 páginas (en inglés) en el Templo de Salt Lake a pedido de la Primera Presidencia. Hay mucha sabiduría contenida en sus páginas, pero aquí hay cinco citas de “Jesús el Cristo” que creemos que todo Santo de los Últimos Días debería saber.
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1. El estado de probación
“Se ha dispuesto la probación terrenal como oportunidad para adelantar; pero son tan grandes las dificultades y los peligros, tan fuerte la influencia de la maldad en el mundo, y tan débil el hombre para resistirla, que sin la ayuda de un poder superior al humano, ningún alma podría volver a Dios, del cual vino”. – Capítulo 3: La necesidad de un Redentor
2. El niño Jesús
“No nos es dicho el tiempo que transcurrió entre la llegada de María y su esposo a Belén, y el nacimiento. Bien pudo haber sido la intención del evangelista que escribió la historia, referirse a los asuntos netamente de interés humano con cuanta brevedad lo permitiera la narración de los hechos, a fin de que los incidentes sin importancia no ocultaran ni sobrepujaran la verdad central. Todo lo que hallamos en las Santas Escrituras del propio nacimiento es lo siguiente:
“Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”’. – Capítulo 8: El Niño de Belén
3. El poder de la oración
“La oración se compone de los latidos del corazón y los justos anhelos del alma; de la súplica fundada en la admisión de que uno es el necesitado; de la contrición y el deseo puro.
Si existe un hombre que jamás ha orado realmente, tal persona es un ser muy ajeno al orden de lo divino que hay en la naturaleza humana, un forastero entre la familia de los hijos de Dios.
La oración es para la edificación del que suplica. Dios sin nuestras oraciones seguirá siendo Dios; pero nosotros, sin la oración, no podemos ser admitidos en el reino de Dios”. – Capítulo 17: El Sermón del Monte
4. Dad a Dios lo que es de Dios
“Toda alma humana lleva estampada la imagen e inscripción de Dios, pese a lo borrado e indistinto que la corrosión o desgaste del pecado haya dejado la acuñación; y así como al César se deben entregar las monedas sobre las que aparece su imagen, de igual manera deben entregarse a Dios las almas que con su imagen han sido grabadas”. – Capítulo 31: Conclusión del Ministerio Público de Nuestro Señor
5. Un sacrificio por toda la humanidad
“La nota predominante de todos los escarnios y vituperios, obscenidad y burlas que fueron dirigidos contra el paciente y sumiso Cristo mientras colgaba, “levantado” sobre la cruz, como Él anunció que acontecería, fue el horrendo “Sí” que los emisarios del diablo lanzaban contra Él en la hora de su agonía mortal; así como en la hora de las tentaciones que padeció después de su bautismo, el propio demonio lo había hostigado insidiosamente en forma semejante.
Este “Sí” constituía el último dardo de Satanás, con sus filosas púas y doblemente ponzoñoso, que volaba hacia su víctima como si fuera con el aterrador silbido de una culebra.
¿Sería posible. en esta etapa final, y la más crítica de la misión de Cristo, hacerlo dudar de su divina categoría de Hijo, o malográndose esto, provocar al Salvador agonizante a que usara sus poderes sobrehumanos para su alivio personal, o ejecutar un acto de venganza sobre sus verdugos?
El esfuerzo desesperado de Satanás tenía por objeto lograr tal victoria. El dardo no acertó en el blanco. En medio de burlas y vituperios, y no obstante los blasfemos desafíos e incitaciones diabólicas, el Cristo moribundo permaneció callado”. – Capítulo 35: Muerte y Sepultura
Este artículo fue escrito originalmente por Emily Abel y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “5 quotes from ‘Jesus the Christ’ every Latter-day Saint should know”