Algunas veces las personas confunden a los mormones con los Amish. Tienen la falsa impresión de que no usamos la electricidad (obsérvenme publicando este artículo en la web), que las mujeres deben vestirse de negro, con faldas que lleguen hasta el suelo, o cubrir nuestras cabezas todo el tiempo. Debido a que la mayoría de gente sabe que no bebemos ni fumamos, a menudo se preguntan si eso significa que tampoco realicemos otras cosas tales como bailar. Algunas personas están bajo la falsa impresión de que los mormones aún practican la poligamia y piensan que las mujeres mormonas son oprimidas y se las mantiene en casa, descalzas y embarazadas, sin educación.
No puedo hablar por cada mujer miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Pero esto es lo que ha sido mi experiencia como una mujer SUD.
El profeta me animó a lograr una educación—aprender cosas que son personalmente satisfactorias y enriquecedoras y también cosas que serán útiles para la economía si llegara el caso. Se me ha aconsejado que el matrimonio es ordenado por Dios y que el mandamiento de multiplicar y henchir la tierra aún está vigente. Se me ha enseñado que una vez que los niños lleguen, es el primer deber de las madres cuidar de sus hijos y que esto se logra mejor permaneciendo en casa con ellos y no trabajando fuera del hogar excepto en circunstancias especiales.
En la Iglesia a los hombres se les enseña a respetar y reverenciar a las mujeres. El profeta condena el abuso de las mujeres, ya sea éste mental, verbal, físico o sexual.
“Condenamos firmemente el comportamiento abusivo en cualquiera de sus formas. Denunciamos el abuso físico, sexual, verbal o emocional del cónyuge o hijos. Nuestra proclamación sobre la familia declara: “El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y cuidarse el uno al otro, y también a sus hijos. …Los padres tienen la responsabilidad sagrada de educar a sus hijos dentro del amor y la rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espirituales. …Los esposos y las esposas, madres y padres, serán responsables ante Dios del cumplimiento de estas obligaciones” (Ensign-revista en inglés, Nov. 1995, 102)
Estamos haciendo todo lo que sabemos hacer para erradicar este terrible mal. Cuando hay reconocimiento de igualdad entre el esposo y la esposa, cuando hay aceptación de que cada hijo nacido en el mundo es un hijo de Dios, entonces habrá sólo una mayor sensación de responsabilidad para cuidar, para ayudar, para amar con un amor eterno a aquellos por quienes somos responsables.
Ningún hombre que abusa de su esposa o hijos es digno de tener el sacerdocio de Dios. Ningún hombre que abuse de su esposa o hijos es digno de ser un miembro recomendable en esta Iglesia. El abuso del cónyuge o hijos es una de las más serias ofensas ante Dios, y cualquiera que se gloríe en ello puede ser disciplinado por la Iglesia. (Gordon B. Hinckley, “¿Qué preguntan las personas acerca de nosotros?”, Ensign-revista en inglés, Nov 1998, 70)
Se anima a las mujeres a vestir modestamente. Generalmente esto significa que las faldas y los shorts deben llegar hasta las rodillas, que los hombros deben estar cubiertos y que nuestra ropa debe cubrir más que revelar. El propósito de la modestia es mostrar respeto por nuestro Dios y nosotros mismos. Y dentro de esas normas, somos libres de escoger cualquier estilo o color que gustemos.
Es cierto que no bebemos alcohol ni usamos ningún tipo de tabaco. Pero parece que los mormones ¡aman bailar! Hay bailes de estaca para la juventud, bailes para los estudiantes de institutos, y aún para los adultos de vez en cuando. En cualquier oportunidad en que usted ve a mormones bailando es posible que vea las últimas tendencias de baile así como estilos de swing y bailes de salón.
Cada barrio normalmente tiene actividades para los niños, jóvenes y adultos. Me encanta el sentimiento que existe en las actividades de barrio cuando cuidan a los bebés para que las mamás y papás puedan comer. El ser una mujer SUD significa que casi en cualquier lugar en el mundo al que usted pueda ir, hay una red social establecida donde podrá encontrar amigos, amor y ayuda. Celebramos cumpleaños, Pascua y Navidad en las diferentes maneras que hay en el mundo. Cada país tiene sus propios días festivos y sus congregaciones los observan también.
El ser una mujer mormona significa que somos llamadas a llevar alimentos a las personas enfermas o a familias que acaban de tener un nuevo bebé. Eso significa visitar a otras mujeres mes a mes y compartir nuestros testimonios y reforzar experiencias mutuamente. Eso significa hacer acolchados y juegos de útiles escolares para donar a aquellos que los necesitan y ser parte de una organización mundial increíble que alivia el sufrimiento.
Una mujer mormona trata de ser ahorrativa y auto-suficiente. Esto podría incluir el hornear su propio pan, cocer sus propias ropas, presupuestar bien, ser una compradora inteligente o tratar de tener una provisión de alimentos para 3 meses y lo imprescindible a mano en caso de tiempos difíciles o desastres naturales.
Eso significa evitar películas, música y libros ofensivos y ser cuidadosa y observadora con el Internet en nuestros hogares. Algunas veces nuestras normas nos ponen en situaciones incómodas. Pero esos frecuentemente son los mejores momentos que tenemos para compartir por qué estas cosas son importantes para nosotros y cómo el evangelio nos da paz. Y compartir aquellas cosas nos trae gozo.
Una mujer mormona tiene oportunidades dentro de la iglesia para dirigir, enseñar e instruir. Asistimos a nuestras reuniones de la Sociedad de Socorro y nos esforzamos por ser un poco mejores cada día. Tratamos de estudiar la palabra de Dios y aplicarla en las situaciones difíciles que enfrentamos diariamente. Tratamos de desarrollar una relación personal con Dios mediante la oración personal. Y luego voltear y enseñar estas cosas a nuestras familias mediante la oración familiar, el estudio familiar de las escrituras y las noches de hogar.
Algunas veces el ser una mujer mormona significa llorar un poco cuando sientes que no estás realizando un buen trabajo como deberías. Hay penas, lucha y dolor. Pero hay también el derramar nuestros corazones al Señor y confiar en la Expiación de Jesucristo para lavar nuestros pecados y hacer de nuestras debilidades fortalezas y cambiar nuestros pesares por dulzura. Luego nos levantamos de nuestras rodillas y volvemos a fortalecernos con todo nuestro poder, sintiendo que nos conoce y que somos reconfortadas.
Ser una mujer mormona generalmente significa ¡estar muy ocupada! Pero la obra es recompensante y el crecimiento personal es satisfactorio. Aunque hay sacrificios por hacer, las bendiciones de un Dios generoso son siempre abundantes. Hay mucha paz y gozo en ser una mujer mormona.
Por Andrya Lewis el 29 de noviembre de 2007