¡Un nuevo Barrio!
Los cambios siempre son buenos porque nos ayudan a desarrollarnos y poner en práctica todas nuestras habilidades y aprendizajes, son buenos y no siempre fáciles. Cambiarse de casa, de escuela, de ciudad y hasta del barrio o capilla de la iglesia son desafíos que todos vivimos alguna vez en nuestra vida y que por más temor que nos dé el cambio, debemos tener la confianza y seguridad de que todo saldrá muy bien.
Mi esposo y yo tenemos 25 años de casados y en todos esos años hemos experimentado 10 cambios de casa en tres ciudades diferentes y de esos diez cambios de casa hemos cambiado de barrio o de capillas 8 veces y en cada barrio nuevo, hemos encontrado siempre buenos hermanos y magníficos amigos que se han quedado con nosotros al paso del tiempo.
Si me permites, puedo compartirte estas 9 recomendaciones que a nosotros nos han funcionado de maravilla:
1.Saluda y preséntate
No hay nada que supere una sonrisa. Llega al barrio y saluda a todos cuantos tengas a mano saludar. Diles de dónde vienes y los planes que tienes de pertenecer al barrio. Si tienes familia, presenta a tus hijos o esposa. Lleva a tus hijos a la Primaria o la organización que les toca asistir y permite que nuestra amistad y hermandad haga su parte.
2.No esperes a que te hermanen ¡hermánate!
Muchos podemos llegar a cometer el error de esperar a que otros nos vengan a saludar y presentarse y así pueden pasar meses y nada sucede. Toma tú la iniciativa y ¡hermánate! Pregunta, saluda, involúcrate y ofrécete a servir, a dar una clase o participar en un coro. Conviértete en el amigo que todos deseamos tener en la Iglesia.
3.Asiste a las actividades de barrio
Tal vez tu primer domingo no todos vayan corriendo a saludarte, pero seguro escucharás los anuncios de las próximas actividades, toma nota y asiste, ya verás que pronto estarás como pez en el agua rodeado de buenos hermanos.
4.Ofrécete a dar de comer a los misioneros
¡Esto nunca falla! Si conoces a los misioneros y ellos te conocen a ti, en 15 días conocerás y te conocerá todo el barrio.
5.Acompaña a los misioneros a hacer visitas
Si tu fuerte es la obra misional, nunca estarás solo, compartir el evangelio siempre nos traerá la alegría que nos brinda el compartir nuestro testimonio. Ayuda a los misioneros y en poco tiempo serás el chico más conocido de tu nuevo barrio.
6.Acércate al Obispo y dile que estás listo para trabajar en el barrio
Los Obispos siempre están ocupados y preocupados por todos nosotros, si vas con él, te presentas y le ofreces tu apoyo y ayuda, seguro habrá un llamamiento y una oportunidad de conocer a otros sirviéndoles.
7.Ten buen ánimo
Si de repente te llega la tristeza y extrañas a tus amigos y tu anterior barrio, ten buen ánimo, solo son sentimientos pasajeros y no los anides en tu corazón. Hay muchos que pueden llegar a perderse pensando que no los quieren o que a nadie le importan y cierran su corazón, su testimonio flaquea y la flama de su corazón se apaga. No lo permitas.
8.Llega temprano a las reuniones
Llegar temprano permitirá que más hermanos te vean y te conozcan, podrás ayudar en el acomodo y la preparación de lo que fuese necesario, te sentirás útil y el espíritu te permitirá estar tranquilo y receptivo a las oportunidades de amar a otros.
9.Sé paciente y nunca compares
Por muy bueno que fuese tu barrio o estaca anterior, sé muy prudente y evita frases como “allá lo hacemos así” “allá esto es mejor” “aquí no me gusta cómo lo hacen” y cosas así. Aunque con frecuencia lo hacemos sin pensar o tener malas intenciones, podemos ofender y lastimar a los que nos escuchan y entonces no nos encontrarán nada amigables y nadie va a querer estar cerca de nosotros o invitarnos a participar en algo. La amabilidad siempre será mucho mejor que las comparaciones.
Sé paciente con los hermanos de tu nuevo barrio.
Por eso es tan importante que todos saludemos y nos acerquemos a las personas nuevas que nos visitan, eso a todos nos hace sentir bienvenidos y aumenta nuestra alegría y devoción por seguir a Jesucristo junto a nuestros hermanos que nos fortalecen.