El rescate de una nación principia en el hogar

gordon-b-hinckley-mormonEn 1996 el Presidente Gordon B. Hinckley, el décimo quinto profeta en estos tiempos modernos, se sentó con el reportero, Mike Wallacepara tener una entrevista sin precedentes.Discutieron una variedad de temas, pero en particular, el señor Wallace le preguntó sobre la situación de la nación.

Mike Wallace:“Desde la Segunda Guerra Mundial, parece que nos estamos astillando; parecemos estar siensccdo más egoístas, más egocéntricos, menos preocupados por la comunidad.Las familias parecen no importar mucho y la moralidad se ha ido al infierno [su expresión] en una canasta.¿Por qué?”

Gordon B. Hinckley:“El fracaso básico está en nuestros hogares.Los padres no han dado la altura de sus responsabilidades.Es evidente.Una nación no llegará más alto que la fortaleza de sus hogares.Si usted quiere reformar una nación, debe empezar con familias, con padres que enseñen a sus hijos principios y valores que son positivos y acertados, y los llevarán a esfuerzos que valen la pena.Ese es el fracaso básico que ha ocurrido en Estados Unidos de América.Estamos haciendo un gran esfuerzo para traer mayor solidaridad en las familias.Los padres no tienen responsabilidad más grande en este mundo que el criar a sus hijos en la manera correcta, y no tendrán mayor satisfacción con el pasar de los años que ver a esos hijos crecer en integridad y honestidad y hacer algo de sus vidas. …” (Gordon B. Hinckley, “This Thing Was Not Done in a Corner,” “Estas cosas no fueron hechas en un rincón” Ensign, Liahona, Nov 1996, 48)

El Presidente Hinckely se refirió a un problema crítico que enfrentamos en Estados Unidos, en realidad en todo el mundo, hoy día.La sociedad se está desmoronando.Ahora, en esta ocasión, el Presidente Hinckley no entró en más detalle, pero en un discurso previo dirigido a la membrecía general de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, frecuentemente referidos como los mormones, dio instrucciones específicas de sobre como darle un giro a la sociedad en una generación o dos.

Cuatro cosas sencillas, que creo vale la pena repetir:

Dejar que los padres y los hijos (1) enseñen y aprendan bondad juntos, (2) trabajen juntos, (3) lean buenos libros juntos, y (4) oren juntos.” (Gordon B. Hinckley, “Four Simple Things to Help Our Families and Our Nations,” “Cuatro simples cosas que ayudan a nuestras familias y naciones” Liahona, Jun 1996, 3)

Por mucho tiempo Dios ha sido expulsado de las familias estadounidenses, de la sociedad y del gobierno.Sin embargo, Patrick Henry, uno de los patriotas estadounidenses más tenaces en nuestra batalla por la independencia de Gran Bretaña, dijo:

“No se puede enfatizar muy fuertemente ni muy menudo que esta gran nación fue fundada, no por religiosos sino por cristianos, no en religiones pero en el Evangelio de Jesucristo.Por este mismo motivo, a personas de otras fes se les ha concedido asilo, prosperidad, y libertad de adoración aquí.” (Patrick Henry as quoted by Robert W. Pelton, America: A Christian Nation? Here Are the Facts, “¿Una nación cristiana? Aquí están los hechos” 2008).

George Washington dijo:

“Es imposible gobernar justamente una nación sin Dios y la Biblia.”También dijo, “Permitámonos con precaución consentir la suposición que la moralidad puede ser conservada sin religión. La razón y la experiencia, ambas nos prohíben esperar que la moralidad nacional prevalecerá excluida del principio religioso.”

Un profeta de Dios ha dicho que si oramos como familia, junto con las otras tres cosas, podemos darle un giro a la sociedad.Entonces, señor Wallace, aquí está la respuesta llena y completa a su pregunta.

La oración es uno de los dones más bellos que nuestro Padre Celestial nos ha dado.A través de este medio se nos permite pedir al Dios del Universo en cualquier momento, día o noche, 365 días al año.Él nunca está muy cansado, frustrado u ocupado para escucharnos derramar toda la confusión, dolor, frustración, aun el gozo, amor y felicidad que nuestros corazones mortales pueden retener.Si pedimos, Él nos guiará, protegerá (a menos que sea nuestro tiempo de partir o que tengamos algo que aprender) e inspirarnos.Le agradezco, profundamente, por este hermoso don.

Una familia que se arrodilla en oración sincera y de corazón, en la mañana y la noche, será una familia más unida con lazos eternos.Oh sí, los problemas llegarán, pero la oración es una protección como pocas.

Entonces está nación, abriéndose en las costuras, vuélvase a Dios y recuerde que Aquel que le dio la vida le aguarda.

Por Candace Salima el 8 de marzo de 2008.

Comentarios
El amor y la serenidad que mostraba en todas las palabras que nos dirigía en las conferencias y en cualquier artículo públicado en la Liahona, sentía una gran calma en mi corazón al escucharlo y leerlo y sobre todo nos mostraba el amor del Salvador por medio de sus palabras.
Myrtha De la Peña
El presidente Hinckley siempre con gran amor fue directo y contundente al instruirnos en las maravillas de este salvador evangelio, siempre mostro gran dedicación al llamado como profeta del señor y servia con asombroso compromiso.
ALIRIO ROJAS MEDINA

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