Instruir a la manera del Señor: ¿Enseñar con principios o reglas?

¿Cómo podemos enseñar o dirigir a aquellos que están bajo nuestro cuidado? ¿Debemos cumplir con esa responsabilidad basándonos en los principios del evangelio o en las reglas?

La mayoría de nosotros hemos escuchado en algún momento esta frase de José Smith:

“Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos”.

Del mismo modo, con respecto a este tema, encontramos lo siguiente en Doctrina y Convenios 105:5:

“No se puede edificar a Sión sino de acuerdo con los principios de la ley del reino celestial”.

¿Por qué enseñar con principios es más efectivo?

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Veamos dos razones:

1. Las reglas se limitan a situaciones específicas mientras que los principios tienen una aplicación más amplia.

2. Los principios crean un ambiente en el que podemos magnificar nuestro albedrío mientras que las reglas lo minimizan al restringir e incluso dictar nuestras decisiones.

Aunque los principios sean efectivos, también se necesita reglas

jesus

“Christ with Children” por Del Parson.

Cuando el Salvador vino en el meridiano del tiempo, reemplazó la ley de Moisés, que se basaba en reglas, por una ley mayor, que era impulsada por principios.

Sin embargo, en los primeros días de la Iglesia, cuando el Señor enseñó el principio conocido como la ley de consagración, se dio cuenta de que a los miembros de la Iglesia se les hacía difícil guardarlo.

Entonces, introdujo una ley que se fundamentaba en reglas y principios, conocida como la ley del diezmo, con el fin de ayudar a los fieles a cumplir con la ley mayor.

Apliquemos estas definiciones a una situación familiar. Por ejemplo, si tu hijo te pregunta si puede ver una película o hacer cierta actividad durante el día de reposo, podrías hacerle esta pregunta que lo invite a la reflexión: “¿Esa película o actividad te ayudará a santificar el día de reposo? ¿Te ayudará a hacer lo bueno?”

Por el contrario, si eliges responder a su solicitud con un sí o no, trasladarás su albedrío y responsabilidad a ti.

Si enseñas principios correctos y permites que tu hijo responda sus propias preguntas, le das la oportunidad de ejercer su propio albedrío y crecer espiritualmente. Además, le ayudas a saber cómo actuar en situaciones similares en el futuro.

Jesucristo

Pero, ¿qué pasa si tu hijo no toma la decisión correcta y elige ver una película inapropiada para el día de reposo?

Puedes elegir actuar como el Salvador con respecto a la ley de consagración y la ley del diezmo. Es posible que sea necesario que implementes algunas reglas hasta que tu hijo llegue a la madurez espiritual.

Conclusión

Tal vez, la lección que debamos aprender sea la siguiente: Usar principios que magnifiquen el albedrío y el crecimiento espiritual de nuestros hijos. Pero, si tienen dificultades para “manejar” estos principios. Entonces, debemos implementar la menor cantidad de reglas posibles hasta que lo logren.

hijo de Dios

El Presidente Nelson nos dio un sabio consejo:

“No respondas una pregunta de comportamiento con una respuesta de comportamiento. Es mucho mejor dar una respuesta basada en un principio, o incluso mejor, es dar una respuesta doctrinal, si puedes”.

Recuerda enseñar principios doctrinales, ya que los principios tienen la capacidad de elevarnos a alturas celestiales. Además, los principios, no las reglas, gobernarán en el reino celestial.

Fuente: Church News

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