Si queremos resolver los problemas de nuestra nación, tenemos que fortalecer a las familias

familias

Un hombre frenó su carro con tanta fuerza que los frenos sonaron fuertemente  y se detuvo en la orilla de una calle oscura. Sale del carro corriendo a máxima velocidad y ve pasar a un grupo de personas que están haciendo un trato secreto debajo de la luz de una lámpara, luego esquiva a otras personas paradas al frente de una tienda. Se detiene por un momento al frente de la escuela cuando escucha el sonido de algunas patrullas acercándose.

Al final, entra a la escuela corriendo hasta que llega al auditorio y se sienta al lado de su esposa quien está mirando en su reloj. Cuando ella lo mira levanta su ceja. El hombre empieza a gritar fuertemente y hacer porras cuando su hija pequeña empieza a dar su presentación en la tarima de la escuela.

Actualmente, hay muchas cosas de las cuales debemos huir, pero si hay algo hacia lo cual debemos dirigirnos, es hacia la familia.

Innumerables organizaciones, políticos y agencias gubernamentales exclaman todos los días que debemos luchar contra la pobreza, el crimen, las adicciones, el desempleo, y la violencia. Desafortunadamente, muchas de esas mismas personas y grupos también están alejando al pueblo de sus familias, siendo la familia la solución más obvia y más confiable de la historia. Los seguros que penalizan a las personas que se casan al hacerlos pagar más impuestos, o que limitan las opciones de educación es sólo el comienzo.

Es increíble que muchas personas de la televisión e intelectuales, sostienen a gritos la necesidad de mejorar nuestras ciudades y comunidades pero pasan la misma cantidad de tiempo debilitando a las familias de sus países respectivos.

Los gobiernos que dependen de la tecnología, el dinero y una actitud de crear una sociedad perfecta para arreglar los problemas, nos han convencido de que podemos suplantar los beneficios y el poder de las familias con instituciones gubernamentales. Tal perspectiva, debilita el corazón que ha sido el fundamento de muchos países exitosos a través de miles de años. La familia, no el gobierno, es la clave para resolver muchos de los problemas más graves de la sociedad. Por ejemplo, el porcentaje de pobreza para las familias casadas en los Estados Unidos en 2014 fue 8.2%, mientras que la misma estadística para familias con un solo padre fue 35.9%.

Neal A. Maxwell dijo, “Me temo que a medida que las condiciones nacionales empeoren, muchos dirán que la solución para los fracasos del gobierno es tener más gobierno. Así que, cada vez habrá más y más botes salvavidas lanzados porque habrá menos ciudadanos que saben cómo nadar”.

El gobierno intentando funcionar como una familia es un fracaso en potencia. Las investigaciones demuestran que los niños de hogares con un solo padre tienen doble probabilidad de ser arrestados por la policía, y el triple de probabilidad de ir a la cárcel antes de los treinta años de edad, comparados con niños criados por ambos padres. La mejor forma de reducir el crimen no es fortaleciendo al gobierno, sino fortaleciendo a las familias y a sus comunidades.

Cuanto más buscamos soluciones para el gobierno, más despreciamos y malgastamos el papel de la familia. Claro que el gobierno tiene su papel importante en la sociedad, pero debe ser un papel de ayudante y nunca debe ser el personaje principal, el autor y el director de las vidas de los individuos, especialmente de los individuos con grandes desafíos. El gobierno no puede amar y no tiene la capacidad de nutrir lo bueno en nosotros. Así que nunca puede suplantar a la familia.

Las familias fuertes son una influencia para lo bueno. Si queremos mejorar el nivel de educación, reducir el crimen y la pobreza, y resolver nuestros problemas de la sociedad, tenemos que fortalecer a las familias. Y no sólo a la nuestra, sino también a las familias que componen nuestra comunidad. Podemos preparar el camino de la prosperidad económica, crecer el sector privado, y mejorar las vidas y el futuro de los niños en todo el país. Cuando fortalecemos a una familia, las fortalecemos a todas. Ese es el poder de las familias.

La sociedad siempre ha reconocido a la familia como la clave para el cambio social, y las investigaciones están demostrando cada vez más cuánto poder tiene la familia para cambiar la economía también.

El Instituto de Sutherland, en colaboración con la Unión Conservadora de América, sacó el índice de prosperidad familiar, el cual se compone por 60 índices clave que cubren áreas tales como, la fortaleza económica de las familias, la autosuficiencia familiar, la salud, la educación, el nivel de encarcelación, la movilidad y el progreso socioeconómico. El índice revela correlaciones claras entre familias, economías y comunidades fuertes.

El objetivo de cualquier póliza pública en cada nivel de gobierno, tanto local como nacional, debería ser disminuir la influencia requerida del mismo gobierno y aumentar la capacidad de sus ciudadanos, familias, y comunidades. A pesar de que hay muchos problemas en nuestra sociedad que debemos evitar, siempre debemos recordar acercarnos más a la familia y esforzarnos por hacerlas más resistentes y prósperas.

Este artículo fue escrito originalmente por Boyd Matheson y fue publicado en ldsmag.com con el título “If We Want to Solve Our Nation’s Problems, We Need to Strengthen Families“

Deja Tu Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *