Previniendo el suicidio juvenil en nuestros barrios y familias

suicidio

La tasa de suicidios entre los jóvenes de los Estados Unidos sigue aumentando, especialmente en el estado de Utah. ¿Cómo podemos proteger a los jóvenes en nuestras familias y barrios? Esto es lo que dicen los expertos.

El 17 de enero de 2018, el Elder Ronald A. Rasband se unió al Gobernador de Utah, Gary Herbert, y otros en una conferencia de prensa para hablar sobre la gravedad del aumento en la tasa de suicidios juveniles de Utah. El Gobernador Herbert dijo que la tasa está creciendo casi cuatro veces más rápido que el promedio nacional y ahora es la principal causa de muerte entre los niños de 11 a 17 años de Utah.

La Vicegobernadora de Utah, Spencer Cox, también compartió algunas estadísticas desalentadoras: 5 de cada 30 niños en el aula tienen pensamientos suicidas, y aproximadamente la mitad de los jóvenes LGBT (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales) de Utah contempla suicidarse.

En la conferencia de prensa, el Elder Rasband dijo: “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días será un participante dispuesto a realizar un esfuerzo comunitario para encontrar respuestas a este problema tan grave. Nos comprometemos a hacer todo lo posible, no sólo en nuestras congregaciones de Santos de los Últimos Días en todo el estado, sino también a trabajar con todos ustedes en todos los medios: En la Iglesia, la escuela, la sociedad… Todos debemos unirnos para enfrentar este problema.”

Dos días después de la conferencia de prensa, se envió una carta oficial de la Iglesia a las Autoridades Generales, Autoridades del Área y líderes locales del sacerdocio. La carta discutió los recursos disponibles para ayudar a los líderes y miembros con problemas asociados con el suicidio. Esto incluía recursos específicos para personas LGBT, diciendo que “podrían estar en mayor riesgo de suicidio” y que “los líderes deberían estar conscientes de extender el amor y el apoyo a estos miembros de sus congregaciones.”

Los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) fueron recientemente a Utah para investigar el problema y hacer recomendaciones. Como era de esperarse, descubrieron que el hogar y la familia pueden ser el mayor factor de protección contra el suicidio. Las comunidades de fe también pueden ser un factor de protección importante. Para que estos sean factores de protección, nuestros jóvenes deben saber y sentir que pertenecen a esos lugares. Necesitan sentirse valorados, involucrados y que pueden pedir ayuda y recibir nuestra ayuda. Tal como el Elder Rasband declaró proféticamente, “El amor es el centro de este asunto.”

Tener una Conexión y un Sentimiento de Pertenencia son la Clave

El informe del CDC indicó que estudios previos han mostrado una relación significativa entre esa conexión, la idea suicida y los intentos de suicidio. Si la conexión no es positiva o la persona no siente que pertenece, puede aumentar el riesgo de comportamiento suicida.

El acoso escolar y el no sentirse seguro también aumenta el riesgo de comportamiento suicida. Se declaró en el informe que: “La conexión es un hilo común que entrelaza muchas de las influencias del comportamiento suicida y tiene relevancia directa con la prevención. Por consiguiente, los CDC han adoptado como tema ‘promover la conexión individual, familiar y comunitaria para prevenir el comportamiento suicida.’”

El Dr. David Kahn, Vicepresidente de Asuntos Clínicos del Hospital Presbiteriano de Nueva York, dijo: “Creo que la conexión y el sentimiento de pertenencia sociales es el paso inicial más importante para prevenir el suicidio.”

Uno de los principales expertos en suicidio, el Dr. Thomas Joiner, también dijo que la conexión es fundamental para la prevención del suicidio. Hay dos componentes principales que salen de una necesidad de pertenecer y conectarse con los demás. Es necesario que haya “interacción con los demás y una sensación de preocupación”. Para alcanzar esa necesidad de pertenecer, las interacciones que tiene un individuo deben ser frecuentes y positivas.”

Brene Brown, investigadora y profesora de la Universidad de Houston, se especializa en conexión social. Ella dijo: “La conexión es por lo que estamos aquí, es lo que le da sentido y significado a nuestras vidas, el pertenecer está en nuestro ADN. [Es] una necesidad irreductible como el amor. Estamos conectados biológica, cognitiva, física y espiritualmente para amar, ser amados y pertenecer. Cuando esas necesidades no se cumplen, no funcionamos como debemos. Nos rompemos Nos derrumbamos. Nos adormecemos. Nos duele y lastimamos a otros. Nos enfermamos. Somos criaturas profundamente sociales… La raíz de la mayoría de [nuestros] deseos es la necesidad de pertenecer, de ser aceptado, conectarse con los demás, ser amado… El sentido de conexión social es una de nuestras necesidades humanas básicas.”

Según Lisa Hansen, PhD, consejera mormona, hay pruebas fehacientes de que cuando las personas se sienten desconectadas de sus barrios y de su experiencia en la Iglesia, la pérdida de pertenencia se convierte en un factor de riesgo importante para el suicidio.

En un estudio acerca del suicidio entre los hombres mormones de 25 a 34 años, aquellos que se habían distanciado de la actividad de la Iglesia demostraron que hay de seis a siete veces el riesgo de suicidio que aquellos que se identificaron como miembros activos. Este riesgo de “pérdida de pertenencia” excedía el riesgo de aquellos que nunca habían sido parte de la Iglesia en absoluto. Estar desconectado de la Iglesia parece ser un importante factor de riesgo para el suicidio.

Hansen, quien dirige un grupo juvenil de 25 miembros en House Encircle en el centro de Provo, Utah, dice que es un mito que los jóvenes abandonen la Iglesia porque ya no quieren el evangelio o porque están rompiendo los mandamientos.

La verdad es que nuestros jóvenes, que reconocen que no son “heterosexuales”, a menudo experimentan pérdida de pertenencia en sus barrios aun cuando todavía tienen sus testimonios del Evangelio y están viviendo los mandamientos. Ellos escuchan cómo otros en sus barrios hablan sobre ellos, son conscientes de que sus experiencias e historias son menos valiosas y son profundamente conscientes de su futuro dentro de la Iglesia.

Brene Brown ha dicho que el no pertenecer, o el aislamiento psicológico, es “el sentimiento más aterrador y destructivo que una persona puede experimentar…. y eso no es lo mismo que estar solo. El aislamiento psicológico puede conducir a una sensación de desesperanza y desesperación. La gente hará casi cualquier cosa para escapar de la combinación de aislamiento e impotencia.” Abrazar, valorar, enfatizar e incluir a las personas les hace saber que pertenecen.

El Amor es el Centro del Asunto

Ayudar a todos a sentirse conectados y que pertenecen, va perfectamente con el ejemplo y las enseñanzas de Cristo. El Elder Dieter F. Uchtdorf declaró: “Cristo no sólo habló del amor, sino que lo demostró cada día de Su vida. No se alejó de las multitudes, sino que al estar entre la gente Jesús sirvió a las personas individualmente. Rescató al perdido. No enseñó simplemente una lección acerca de dar servicio con amor para después delegar el trabajo a los demás. No sólo enseñó sino que también nos demostró cómo “[socorrer] a los débiles, [levantar] las manos caídas y [fortalecer] las rodillas debilitadas” (“Ustedes son Mis manos“)

El Elder Uchtdorf también dijo: “No debería sorprendernos que el cuidar de los necesitados sea una parte tan central de nuestra fe. Hace un siglo, el Presidente Joseph F. Smith les recordó a los santos que “Siempre ha sido fundamental para los Santos de los Últimos Días la enseñanza de que no se puede confiar en que la religión que no tiene el poder para salvar a las personas temporalmente y hacerlas prósperas y felices en esta vida las salve espiritualmente y las exalte en la vida venidera”. Sólo podemos tener esperanza de que Sión buscará ‘el bienestar de su prójimo.’”

 Existen los Hombres para que Tengan Gozo

El Libro de Mormón nos dice que “Existen los hombres para que tengan gozo” (2 Nefi 2:25). La investigación muestra que la pertenencia conduce a la felicidad. Formar vínculos es motivo de gozo para nosotros, es una rica red de amigos y altos niveles de motivación y de intimidad que se correlacionan con la felicidad en nuestra vida. No es de extrañarse que los fuertes lazos familiares en los barrios sean tan importantes. Estos, junto con todas nuestras amistades y relaciones, son parte de encontrar gozo en esta vida.

Según los expertos, lo opuesto también es cierto. “Las personas que carecen de pertenencia [conexión] son más propensas a problemas de comportamiento como la delincuencia y el suicidio y sufren de enfermedades mentales y físicas que van en aumento. Según esta evidencia, la falta de pertenencia y los apegos causan problemas múltiples y diversos.” Pertenecer y conectarse son necesidades, no sólo deseos.

Salud Física y Mental

La investigación ha demostrado que las conexiones sociales no sólo afectan la salud mental, sino también la salud física. “Una revisión de 148 estudios (308,849 participantes) indicó que el individuo con relaciones sociales más fuertes tiene un 50 por ciento más de probabilidad de supervivencia”. Esto siguió siendo cierto en una serie de factores, incluyendo edad, sexo, estado de salud inicial y causa de la muerte, “Las personas que se sienten más conectadas con los demás tienen menores índices de ansiedad y depresión, una mayor autoestima, son más empáticos con los demás, más confiados y cooperativos y, como consecuencia, otros están más abiertos a confiar y cooperar con ellos.”

En un análisis de los estudios sobre la soledad, los investigadores calcularon los factores de salud negativos y cómo aumentan las probabilidades de una muerte prematura. Descubrieron que la contaminación del aire era del 5 por ciento, la obesidad era del 20 por ciento y el consumo excesivo de alcohol era del 30 por ciento. Sin embargo, el no conectarse, el no sentir que perteneces y la soledad, aumenta las probabilidades de una muerte prematura en un 45 por ciento.

En sus Pasos

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Jesús anunció su ministerio en Lucas 4:18, para sanar a los quebrantados de corazón, para predicar la liberación de los cautivos, y… poner en libertad a los que están quebrantados. Él pasó la mayor parte de su ministerio sanando cuerpos y mentes, liberando cautivos de creencias rígidas y liberando a aquellos que creían que eran menos merecedores de ser ayudados por Dios.

Lisa Hansen señala que el ministerio de Cristo mostró una profunda conciencia sobre la importancia de la pertenencia social y espiritual. No es de extrañarse que el Salvador pidiera que nos amemos unos a otros y cuidemos de Sus ovejas. Él pidió que dejáramos las 99 y que fuéramos tras la oveja perdida que se separó del rebaño. Nuestro Salvador sabía que, como las ovejas, las personas no prosperan cuando están aisladas y sienten que no pertenecen. La vida silvestre y el aislamiento social son dañinos.

El ejemplo de Cristo fue de compasión y empatía, especialmente para aquellos están aislados y se sienten condenados. Su ministerio fue de amor y preocupación por el “menor de ellos”. Él buscó al rechazado y olvidado. Él los amaba, los valoraba. La preocupación personal y la amistad ayudan a llenar la necesidad más grande de la gente, ellas traen gozo y felicidad. La compasión y la misericordia motivan de manera positiva.

El Presidente Uchtdorf dijo: “Podríamos cubrir la tierra con miembros de la Iglesia, poner un centro de reuniones en cada esquina, sembrar la tierra con templos, llenar la tierra con copias del Libro de Mormón, enviar misioneros a todos los países y decir millones de oraciones; pero si dejamos de llevar el núcleo del mensaje del Evangelio y no ayudamos a los que sufren o rechazamos a aquellos que lloran, y no recordamos ser caritativos, somos como [desecho], que los refinadores echan fuera… Sin este trabajo de transformación de cuidar a nuestros semejantes… a menos que nos preocupemos por los demás, tanto temporal como espiritualmente. De esa manera no podemos agradar a Dios y será imposible convertirse en un pueblo de Sión.”

Seguir el ejemplo de Cristo, de llegar a todos, nos ayudará a resolver este problema y a acercarnos más a nuestro objetivo en Sión.

 “Este artículo fue escrito originalmente por Debra Coe y fue publicado por ldsliving.com bajo el título: “Preventing Youth Suicide in Our Wards and Families (+ Valuable Resources)

 

Comentarios
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Es “totalmente falso” que el suicidio conduce permanente al infierno
Hablan de amor y cuidado a los jóvenes suicidas y en las charlas con los jóvenes los propios líderes dicen no tener miembros de la iglesia gays, falsedad nivel astronomica. Se les mueren los jóvenes por que la iglesia se vuelve hostil a ellos.
Gustavo

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