El Presidente Oaks habló sobre cómo lidiar con la ansiedad y el estrés en un devocional de BYU-Hawaii

Sintiéndose la impresión de hablar sobre la ansiedad y el vivir en tiempos de estrés, el Presidente Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, le dijo a los estudiantes de BYU Hawaii que la prevención más confiable para la ansiedad en términos eternos es la doctrina del Evangelio de Jesucristo.

Hablando en un devocional el 11 de junio, al Presidente Dallin H. Oaks se le unió su esposa, la hermana Kristen Oaks, y el Elder Kim B. Clark, Autoridad General de los Setenta y comisionado de Educación de la Iglesia, y su esposa, la hermana Susan Clark.

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Estudios han demostrado un aumento a nivel nacional en los Estados Unidos en el número de estudiantes universitarios que buscan servicios de salud mental, con la ansiedad como uno de los más preocupantes. 

Los mismos aumentos se han visto en el Sistema Educativo de la Iglesia, dijo el Presidente Oaks, con un crecimiento del 70 por ciento en los últimos ocho años. Las preocupaciones más frecuentes han sido la ansiedad, la depresión y los problemas de pareja.

Si bien no hay consenso en cuanto a lo que ha causado el aumento a nivel nacional en la necesidad de este tipo de ayuda, una causa sugerida es por el incremento en el uso de la tecnología. La tecnología, específicamente las redes sociales, le permite a los espectadores comparar sus vidas en general con la de personas cercanas a ellos.

“Tales comparaciones [de persona a persona] son ​​contrarias a las enseñanzas de las Escrituras de que no estamos obligados a correr más rápido de lo que nuestras fuerzas lo permiten”, dijo el Presidente Oaks. “Nuestro amoroso Salvador nos juzgará individualmente, no de acuerdo con el desempeño de nuestros semejantes.”

Sin importar las incertidumbres sobre las causas de la ansiedad, el Evangelio brinda esperanza y seguridad, así como una perspectiva para entender el propósito de la vida y el rol que juega la oposición.

“Hay un gran poder en la doctrina del Evangelio restaurado de Jesucristo”, dijo el Presidente Oaks. “Nuestra fe inquebrantable en esa doctrina guía nuestros pasos. Ilumina nuestras mentes y da poder a nuestras acciones.”

Estos son tiempos de estrés, dijo, reconociendo que los jóvenes enfrentan dificultades financieras, familias rotas y “el desafío de vivir en una generación cada vez más amoral y sin Dios”.

Una de las principales causas del deterioro cultural es la pérdida de la creencia, dijo el Presidente Oaks.

“La ética y la legalidad no han podido contener la marea de conducta inmoral que ahora amenaza con engullirnos, eliminando su fundamento de lo bueno y lo malo.”

Es por esto que es aún más importante que los jóvenes hoy en día esperen casarse sin sentir temor, dijo. Es comprensible que algunos de los que se criaron en hogares separados teman contraer matrimonio, “pero [tales temores] pueden ser vencidos por nuestra fe en Dios, en Su plan, y la expiación de Su Hijo Unigénito, Jesucristo.”

“En estos días, como en muchos momentos estresantes en el pasado, los jóvenes deben seguir adelante con optimismo y prepararse para una vida larga y productiva. Casarse. Tener hijos. Tener una educación. Tener fe.”

El plan, los mandamientos, las ordenanzas y los convenios de nuestro Padre Celestial y Jesucristo “nos llevan a tener mayor felicidad y gozo en esta vida y en la vida venidera”, dijo el Presidente Oaks.

La hermana Oaks compartió las lecciones que ha aprendido. 

“Sepan que la paz y la felicidad personal son alcanzables. Nuestras circunstancias terrenales no determinan nuestra paz o la falta de ella; la verdadera paz radica en nuestra confianza en nuestro Padre Celestial y nuestro amor por nuestro prójimo.”

Ella prosiguió compartiendo una experiencia: 

“El Presidente Oaks y yo fuimos enviados el año pasado a visitar la ciudad de Panamá en Florida, después del devastador huracán. El área estaba en un caos total y todo parecía estar destruido. Fue allí donde aprendí que la belleza puede nacer de las cenizas y la paz de la destrucción.”

La hermana compartió también que todos los presentes había vuelto sus corazones hacia el Padre Celestial.

“Voluntarios vinieron de lugares contiguos, usando sus propios fondos, trayendo su propia comida, agua, suministros y tiendas de campaña para ayudar. Era un lugar de completo sacrificio.”

De esa experiencia la hermana comprendió algo especial.

“Cuando salimos de la ciudad de Panamá y regresamos a casa, una ola de vacío se apoderó de mí. Había dejado el caos y regresado a mi zona de confort. Ambos, el Presidente Oaks y yo, nos dimos cuenta del impacto de esa dependencia total en el Padre Celestial… Habíamos disfrutado de Su paz y la habíamos perdido.”

La hermana Oaks agregó: “Acérquense a nuestro Padre Celestial, confíen en Él, confíen en Él y aprendan de Él para encontrar paz.”

En su mensaje, el Elder Clark dijo que ahora es el momento en que todos deben fortalecer su fe en Jesucristo y profundizar su conversión a Él.

Elder Kim B. Clark

“Necesitamos estudiar el Evangelio toda la vida. El aprendizaje que necesitamos es el aprendizaje de toda el alma: la mente, el corazón y el espíritu inmortal. Este es un aprendizaje profundo que aumenta nuestro poder para saber y entender, para tomar una acción justa y efectiva, y llegar a ser más y más como nuestro Padre Celestial.”

Todo el mundo viene a la Tierra para adquirir más conocimientos, ser efectivo, útil, fiel y como el Padre Celestial, dijo el Elder Clark. 

“De hecho, si no ejercemos nuestro poder dado por Dios para aprender y crecer, perderemos este poder hasta que sepamos y podamos hacer cada vez menos.”

Los estudiantes de BYU-Hawaii están inmersos en los principios dentro del margen de aprendizaje de la escuela, dijo. El aprendizaje viene primero a través de la revelación y la inspiración, luego a través de la investigación sistemática y, finalmente, actuando con fe en Cristo para enseñarse unos a otros.

“Estos principios funcionan poderosamente en cualquier situación, en el hogar, en el trabajo, en su comunidad, en la Iglesia. Si mantienen sus convenios y si sus corazones y sus mentes están abiertos al aprendizaje, la aplicación diligente de estos principios les ayudará a aprender profundamente con toda su alma, sin importar lo que estén tratando de aprender.”

La hermana Clark compartió una experiencia sobre aprender a amar cuando se desempeñó como líder de la Guardería. Era su llamamiento favorito, pero no comenzó de esa manera. Cuando la llamaron, ella pensó que estaba calificada porque se especializó en desarrollo infantil en la universidad.

Los primeros tres domingos regresó a casa llorando. Los niños eran ruidosos y no querían hacer lo que ella había planeado, y algunos de sus padres tuvieron que llevárselos. Sentía que estaba completamente fuera de su zona.

Luego, por sugerencia de su esposo, ella oró para saber qué hacer. La respuesta que recibió fue: “Olvídate de tus planes de estudio y ama a esos niños.”

Al domingo siguiente, saludó a cada niño y les dijo algo para hacer un empate con ellos individualmente.

La diferencia fue increíble, dijo ella. De esa experiencia, ella aprendió:

“Al servir al Señor, cuando aceptamos llamamientos, necesitamos servir fuera de los límites. Podríamos realizar [nuestro] llamamiento basándonos en el conocimiento que ya tenemos… pero el Señor quiere que prestemos servicio fuera de nuestros límites porque es allí donde Él trabajará con nosotros, para lograr cosas que Él tiene en mente para nosotros.”

Este artículo fue escrito originalmente por Valerie Johnson y fue publicado originalmente por thechurchnews.com bajo el título “President Oaks speaks on dealing with anxiety, stress, at BYU-Hawaii devotional”