Una de las verdades más esperanzadoras de la restauración se encuentra en Doctrina y Convenios 137: 10:
“Y también vi que todos los niños que mueren antes de llegar a la edad de responsabilidad se salvan en el reino celestial de los cielos”.
Si bien esa doctrina es clara, aun quedan preguntas sobre los detalles de la salvación de los niños que mueren antes de los ocho años.
Por ejemplo, ¿los niños se salvan solo por su inocencia? ¿A qué edad pueden salvarse todavía? ¿Cómo serán en la resurrección? Y, luego, quizás la pregunta más desgarradora de todas, ¿por qué mueren los niños?
Lo que dijo José Smith sobre la muerte de los niños
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La edición de julio de la revista Liahona aborda cada una de estas preguntas en un artículo titulado “La salvación de los niños pequeños que mueren: Lo que sabemos y lo que no sabemos”.
Utilizando pasajes de las Escrituras, ejemplos de la vida y las enseñanzas de los profetas modernos, el artículo ofrece explicaciones claras y conmovedoras sobre este delicado tema.
El profeta José Smith y su esposa Emma perdieron a seis de sus propios hijos y esto fue lo que dijo el profeta en una oportunidad:
“Meditando el asunto, he preguntado: ¿Por qué será que nos son arrebatados los pequeñuelos, los niños inocentes, especialmente estos que parecen ser los más inteligentes e interesantes?
Las razones que con más fuerza llegan a mis pensamientos son las siguientes: Este mundo es un mundo muy perverso […]
El Señor se lleva a muchos, aun en su infancia, a fin de que puedan verse libres de la envidia de los hombres, y de las angustias y maldades de este mundo.
Son demasiado puros, demasiado bellos para vivir sobre la tierra. Por consiguiente, si se considera como es debido, veremos que tenemos razón para regocijarnos, en lugar de llorar, porque son librados del mal y dentro de poco los tendremos otra vez”.
¿Cómo serán los niños pequeños cuando resuciten?
El presidente Joseph F. Smith (1838–1918) perdió a varios hijos por muerte prematura.
Él recibió consuelo por medio de la doctrina de que los niños pequeños serían resucitados como tales. Además, que sus padres rectos los criarían hasta que alcanzaran la madurez después de la resurrección.
En una ocasión, el presidente Smith señaló lo siguiente:
“José Smith enseñó la doctrina de que el niño pequeño que muere se levantará como niño en la resurrección; y, señalando a la madre de un niño sin vida, le dijo:
‘Usted tendrá la alegría, el placer y la satisfacción de criar a ese hijo, después de que haya resucitado, hasta que alcance la estatura completa de su espíritu’.
Hay restitución, hay crecimiento, hay desarrollo después de resucitar de la muerte. Amo esta verdad. Comunica a mi alma un caudal de felicidad, de dicha y de gratitud.
Gracias sean dadas al Señor que nos ha revelado estos principios”.
Los niños pequeños no solo alcanzan la madurez plena, sino que también reciben la exaltación plena. Abinadí enseñó:
“Los niños pequeños también tienen vida eterna” (Mosíah 15:25).
El profeta José Smith enseñó:
“Tendrán a sus hijos, porque ellos tendrán la vida eterna, porque su deuda está saldada”.
Para obtener el grado más alto del reino celestial, las personas que son responsables de sus actos deben entrar en el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio (véase Doctrina y Convenios 131:1–3).
Los niños pequeños que mueren tendrán esa oportunidad en el futuro.
El presidente Joseph Fielding Smith (1876–1972) explicó:
“El Señor les dará a estos niños el privilegio de todas las bendiciones de sellamiento que pertenecen a la exaltación […]. Los niños crecerán después de la resurrección, hasta la completa estatura del espíritu, y […] todas las bendiciones serán suyas, lo mismo que si hubieran vivido hasta la madurez y las hubieran recibido en la tierra”.
Encuentra más respuestas a las preguntas sobre la salvación de los niños pequeños en la revista Liahona de julio.
Fuente: LDS Living