Cuando te comprometes o te casas recientemente, a las personas les encanta darte consejos para tu matrimonio que no les pides.
Si haces una pequeña pregunta, en menos de un minuto tus vecinos, tus amigos y tus tías abandonan lo que están haciendo para darte sus consejos. A menudo, son contradictorios, pero bien intencionados.
Aunque recibí muchos consejos, algunas cosas sobre el matrimonio todavía me tomaron por sorpresa. Ahora, después de dos años de matrimonio, me di cuenta de que hay varias cosas que nadie me contó sobre esta etapa de la vida.
1. Tener “tiempo de calidad” con tu cónyuge
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Me dijeron “asegúrate de tener un tiempo de calidad con tu pareja”. Sin embargo, nadie me explicó lo que realmente significa “tiempo de calidad”.
Cuando recién te casas, parece que cada noche se convierte en una cita con tu pareja porque pasan la mayor parte del tiempo juntos. Pero, a veces, esto se puede convertir en algo rutinario.
Si solo siguen la rutina sin invertir en la relación, ninguna actividad parecerá un tiempo de calidad. Incluso, las cenas lujosas solo cuentan como tiempo de calidad si ambos cónyuges están emocionalmente presentes.
Por la misma razón, el tiempo de calidad no siempre significa planificar algo único y costoso.
- Tener conversaciones espontáneas hasta las 2 a.m.
- Ir juntos al supermercado porque no tienen helado en casa
- Cantar en voz alta en los largos viajes en auto
- Cenar juntos
- Ver una película comiendo palomitas de maíz un día de semana
Todo lo mencionado cuenta como tiempo de calidad, siempre y cuando ambos se dediquen a construir la unión en la relación.
2. Tu cónyuge sentirá todos tus olores
El matrimonio significa vivir al lado del amor de tu vida. Esto parece algo positivo. Pero, ocasionalmente, también significará compartir los aspectos menos agradables de tu vida cotidiana con la otra persona. ¿Comiste en Taco Bell? Tu baño ya no será el único testigo.
¿Te quitaste ese par de zapatos que tanto amas y tuviste durante 10 años? Los olores de las plantillas de tus zapatos se liberarán por toda la habitación que compartes con tu pareja hasta el final de los tiempos. Sin mencionar que tu amado cónyuge descubrirá que también generas esos olores.
De alguna manera, esas partes malolientes de la vida de pareja los unirán más. No hay espacio para la vergüenza en el matrimonio. Es maravilloso ser quien realmente eres con tu persona favorita.
3. No hay problema si no te sientes romántico todo el tiempo
Antes de casarme, las personas solían advertirme que el matrimonio no era arcoíris y mariposas. “Espera hasta que termine la fase de la luna de miel. Entonces, sabrás cómo realmente es tu relación”.
Sin embargo, nadie me dijo que tener altibajos en el romanticismo era algo bueno. Estar casado va mucho más allá del romance. A menudo, tu cónyuge será tu socio comercial, terapeuta y, a menudo, tu compañero de Netflix. Con frecuencia, tu cónyuge será todo eso al mismo tiempo.
Realmente, el aspecto romántico en el matrimonio solo es la punta del iceberg, cuando se trata de una relación matrimonial saludable.
4. El silencio es tan importante como la comunicación
Todos dirán que la comunicación es fundamental en las buenas relaciones y eso es muy cierto. Pero, lo que no dicen es que el silencio también es vital, ya que nadie puede mantener una conversación constante durante todo el matrimonio.
Tú y tu pareja deben ser capaces de sentarse uno al lado del otro en la misma habitación y disfrutar de su compañía mientras realizan sus actividades individuales.
Por otro lado, cuando el silencio se vuelva incómodo o se cargue de energía negativa, intenta hablar y descubrir si algo le está molestando a tu cónyuge o a ti. El silencio se debe disfrutar. El silencio incómodo se debe resolver.
5. Siempre tendrás un compañero para ir al gimnasio
También tendrás un compañero para ir al cine, a bailar, etc. El matrimonio significa que nunca tendrás que preguntarte con quién irás a tal fiesta.
La palabra “compañerismo” parece demasiado pequeña para describir la condición de un matrimonio saludable. Es como un contrato legal de amistad con muchas bonificaciones.
6. A veces, solo necesitarás tiempo para ti
Tal vez, los extrovertidos no lo experimenten. Pero, si eres introvertido como yo, incluso la persona que más amas en el mundo puede causar cierto agotamiento en tu energía.
Por supuesto, paso la mayor parte de mi tiempo libre con mi esposo y ¡eso es súper divertido! Sin embargo, de vez en cuando, tengo que tomar unas horas para recargar mi energía y reflexionar un poco, sola. Nadie habla al respecto, pero es natural y no significa que algo vaya mal en la relación.
7. El matrimonio es diferente para todos
Después de casarme, me di cuenta de que la mitad de los consejos que recibí no se aplicaban a mi relación.
Es posible que no tengan problemas para apretar correctamente el tubo de pasta de dientes o bajar el asiento del inodoro. Pero, tendrás diferencias con tu pareja y estos pequeños desacuerdos los ayudarán a construir una relación más sólida siempre y cuando aborden estos problemas con compasión y comprensión.
Estos momentos que ayudarán a solidificar tu relación serán diferentes para cada pareja. Nadie puede decirte exactamente cómo será tu experiencia matrimonial, ya que tú y tu cónyuge son dos personas completamente diferentes.
8. Lo que contribuyes se duplica
Los demás te dirán que el matrimonio es un trabajo duro. No es fácil. Tienes que esforzarte mucho para tener un matrimonio sólido.
Sí, un matrimonio exitoso requiere cierta cantidad de inversión. Pero, también te da como resultado mucho más de lo que contribuyes.
Con esfuerzo constante, podrás encontrar la satisfacción, y tendrás una relación más sana y feliz. Todo ese “trabajo duro” del que habla la gente, trae innumerables bendiciones.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Michelle Knabe y fue publicado en thirdhour.org con el título “8 Things No One Told Me Before I Got Married”.