Las familias mixtas necesitan apoyo. Los miembros del barrio o rama pueden jugar un papel importante en estas familias. A continuación, enumeraremos nueve maneras en que podemos ayudar a las familias mixtas en nuestras congregaciones.
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1. Reconocer que dos familias mixtas no son similares
Algunas familias se complementan a la perfección, mientras que otras podrían estar pasando tiempos difíciles. Apenas, hablando con sus padrastros y mucho menos pensando en ellos como una familia.
Si deseas ayudar a una familia mixta, conócela en vez de suponer cosas porque conoces a otras. Invita a esas familias mixtas a cenar o a una noche de hogar. Al conocer a estas familias mixtas, te das la oportunidad de brindarles un apoyo significativo.
2. Respetar la privacidad
Las familias mixtas casi siempre tienen una historia de desafíos serios y tristezas relacionados a anteriores matrimonios. Quizá abuso de ciertas sustancias, adicción a la pornografía, aventuras amorosas, problemas mentales o incluso, suicidio. Salvo que quieran compartir de manera voluntaria contigo el motivo por el que su anterior matrimonio fracasó, no hay razón para que preguntemos al respecto. Eso no quiere decir que no debamos preguntar sino que debemos ser cuidadosos y tenemos que orar para saber cómo abordar el tema. Debemos respetar su privacidad al no compartir con los demás lo que sabemos sin su permiso.
3. Escuchar con atención
Como nueva madrastra de adolescentes, tuve la oportunidad de que me escucharan más de una vez. Admitiré que tuve momentos de desahogo mientras me acostumbraba a mi nueva familia mixta. Fue una transición difícil.
Especialmente, valoro a aquellos que me escucharon más, en vez de aconsejarme. Su cariño hizo que me sintiera menos aislada mientras me acomodaba al nuevo territorio. He observado lo mismo en otras familias mixtas.
Los padres y padrastros valoran la oportunidad de hablar con aquellos que sinceramente se preocupan por ellos y su situación.
4. Aconseja en el momento apropiado
Recuerdo muy bien las veces en que mis amigos me dieron consejos con cariño e inspiración en el momento que lo necesitaba.
El mejor consejo que recibí fue el de mi amiga Becky que me sugirió que observara a mi hijastro con los ojos del Salvador. ¿Cómo vería Él a este niño? Reflexionando esa respuesta en mi corazón, toda mi perspectiva cambió. En vez de ver a un adolescente furioso y rebelde que estaba haciendo mi vida difícil, vi a alguien que era amado por sus padres y el Salvador, una persona que estaba pasando un tiempo difícil y merecía compasión.
Cuando alguien me pide un consejo similar, comparto el de Becky. Además, les hago recordar que no se tomen el comportamiento de sus hijastros de manera personal. Los animo a fortalecerse espiritualmente porque dicha fortaleza puede cambiarlo todo.
5. No juzgar
Hace años, conocí a una adolescente que dijo todo tipo de cosas terribles sobre su madrastra. Cuando la escuchabas, imaginabas que su padre había cometido el peor error de su vida al casarse con esa mujer. Sin embargo, a medida que ibas conociendo a la madrastra, te dabas cuenta de que no era perfecta – como todos nosotros – solo hacia lo mejor que podía en esa difícil situación. Lo que dijo su hijastra fueron exageraciones de las debilidades de esta mujer y el reflejo de su tristeza por la situación de su familia.
También puede haber casos en que los padrastros exageran las debilidades de sus hijastros cuando intentar lidiar con sus propias situaciones.
Escucha lo que tengan que decir pero no juzgues, comprende y valora a tus hijastros cuando estés con ellos.
Si te preocupa lo que dice un padre o hijo sobre su situación, asegúrate de conversarlo con tu obispo u otras personas apropiadas, nadie debe sufrir una situación de abuso.
6. Hablar con respeto sobre otros padres
Demuestra tu amor por las familias mixtas. Es importante respetar a los padres que no son parte de las nuevas familias mixtas. Aquellos padres podrían tener diferentes antecedentes, religiones o perspectivas sobre la vida. Sin embargo, ellos continúan siendo padres y se les debe hablar con respeto. En ciertas circunstancias puede ser tentador criticar a los padres que no son parte de la familia mixta. Quizá, no se están esforzando para ver a sus hijos regularmente o dañaron la familia por causa de una infidelidad, un problema financiero u otro factor. Aun así, abstente de criticarlos. Aunque ese padre sea el causante de la tristeza de su hijo, continúa siendo parte del corazón de ese hijo.
A pesar de que el hijo pueda necesitar espacio para expresar su frustración sobre el padre que los lastima, no siempre hablan negativamente sobre sus padres. Lo que puede ayudar es conocer el dolor del hijo simplemente diciendo “Puedo ver que estás triste. ¿Le contaste a tu padre/madre sobre esto?” Y, más importante, siempre utilizar la oportunidad para hacer saber al hijo que tiene un gran valor sin importar las circunstancias de su familia.
7. Se conciente de las circunstancias de las familias mixtas cuando compartas mensajes y lecciones
Les damos un gran regalo a las familias mixtas cuando consideramos sus circunstancias a medida que nos preparamos mediante la oración y compartimos nuestros mensajes y lecciones los domingos. A veces, solo reconocer que las situaciones familiares son diferentes, es todo lo que necesitamos. En otras oportunidades, puede ser apropiado hablar más específicamente sobre cómo el evangelio puede ayudarnos en nuestras diferentes circunstancias familiares.
Normalmente, debemos ser sensibles a las diferentes circunstancias familiares cuando nos pidan hablar o compartir una lección. Especialmente, en el día de las madres. No deseamos que nadie se sienta inferior o causar un dolor innecesario debido a sus circunstancias particulares. El objetivo del evangelio es elevar y motivar a todos y a nuestras familias a medida que hacemos nuestro camino en esta vida.
8. Haz un gran esfuerzo por cuidar a los hijos de familias mixtas
Mientras hablaba con las familias mixtas mormonas, entendí que a veces sus hijos pasan desapercibidos en la iglesia. Especialmente, cuando se alternan entre las casas de sus padres.
Los padres de esos niños me dijeron que sería de gran ayuda si los maestros y los líderes jóvenes se familiarizaran con el cronograma de su custodia. De ese modo, sabrían cuándo esperar que esos niños participen en las actividades de la iglesia y cuando no.
Considerando ese cronograma, un maestro o líder joven puede informarle a ese niño que se perdió una lección del domingo o una actividad enviándoles una nota o una lección divertida a la casa de sus padres, teniendo en cuenta que desean que el niño no se sienta mal por perderse la clase o la actividad. Generalmente, los maestros y los líderes jóvenes pueden hacer una gran diferencia simplemente preguntando a los padres cómo pueden apoyar mejor en el progreso y el éxito de sus hijos.
9. Animar a los padres con cumplidos sinceros
Una manera fácil de apoyar a un padrastro o una madrastra es brindándole un cumplido sincero sobre lo que están haciendo bien.
Hace años, mi hijastra menor me explicó la importancia de ser específico cuando das un cumplido. Dijo que como actriz de teatro, significaba mucho más para ella cuando alguien la felicitaba sobre un aspecto especifico de su actuación en vez de solo uno general “¡Estuviste extraordinaria!” en el momento que dijo eso, se me encendió el foco.
Especificar fortalece la sinceridad y da un mayor cumplido. Entonces, en vez de decir “Eres una gran madrastra,” sea mejor algo como “Me encanta como escuchas a tus hijastros cuando te hablan ¡Eres una gran madrastra!” esa persona lo recordará por mucho más tiempo y lo reflexionará cuando necesite tranquilidad especialmente, cuando las cosas se pongan difíciles.
Si bien existen muchas más cosas que podemos hacer para apoyar a las familias mixtas en nuestros barrios y ramas. Quizá, lo más importante sea simplemente conocerlas y amarlas como desearíamos ser amados en circunstancias similares.
Adaptación del artículo originalmente escrito por Debra Sansing Woods y publicado en ldsliving.com con el título “9 Ways to Support Blended Families in Your Ward.”