Estoy totalmente enamorada del nuevo énfasis de la ministración sobre hacer visitas no tradicionales en lugar de sólo dar lecciones como maestras visitantes.
Soy una madre súper ocupada que trabaja y he estado tratando de encontrar la mejor manera de ministrar a mis hermanas.
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De hecho, el otro día caminaba por la acera cerca de la casa de mi vecina (quien es una de las hermanas a las que ministro) y vi algunas malas hierbas en su jardín. Sabía que ella había estado fuera de la ciudad y decidí sacarlas por ella. Así que reuní a algunos de mis hijos y nos pusimos a sacar la hierba mala.
Para hacerlo gracioso, le envié un mensaje de texto con la foto de uno de mis pequeños hijos arrancando la maleza diciéndole: “Te aviso que así es como ministro”. Ella respondió con: “¡Oh, gracias! ¡Es la mejor ministración del mundo!”
Ahora, si ella hubiera sido una madre joven, apuesto a que llevarle una o dos comidas podría haber sido la mejor ministración del mundo.
Si ella hubiera sido una viuda discapacitada, una simple visita para poder conversar sobre la vida hubiera sido la mejor ministración del mundo.
Si ella hubiera sido una madre soltera que también trabaja, enviar a uno de mis hijos a cortar el césped podría haber sido la mejor ministración del mundo.
Y si ella hubiera sido una abuela ocupada que se encontraba fuera de la ciudad ayudando a una hija con un recién nacido, tal vez un simple mensaje de aliento hubiera sido la mejor ministración del mundo.
Recordé la declaración de la hermana Jean B. Bingham, quien recientemente dijo:
“Sin importar nuestra edad, cuando consideramos cómo ministrar de manera más eficaz, preguntamos: “¿Qué necesita ella [o él]?” Combinando esa pregunta con un deseo sincero de servir, el Espíritu nos guía a hacer lo que animaría y fortalecería a la persona.”
“Ministrar como lo hace el Salvador”, Conferencia General de abril de 2018
Los Cinco Lenguajes del Amor y Ministración
Realmente comencé a pensar en todo este concepto de “adaptar la ministración a sus necesidades”, de repente recordé los “5 Lenguajes del Amor”, que fueron definidos por el Dr. Gary Chapman, un experimentado consejero matrimonial.
Puede que estés familiarizada con lo que el Dr. Chapman descubrió como las cinco formas principales en que las parejas se comunican y reciben amor:
- Palabras de Afirmación Positiva.
- Actos de servicio.
- Contacto físico.
- Pasar tiempo de calidad.
- Regalos.
Aunque el libro original del Dr. Chapman se centró en cómo se aplican los lenguajes del amor al matrimonio y las relaciones amorosas, también es autor de libros sobre cómo estos lenguajes se aplican a la crianza de los hijos e incluso en el lugar de trabajo.
Creo que los Cinco Lenguajes del Amor podrían aplicarse en su totalidad a la ministración. Después de todo, ministrar es una forma de mostrar caridad, el amor puro de Cristo, a quienes nos rodean.
Ahora, la declaración de la hermana Bingham sobre cómo ser guiados por el Espíritu es muy cierto en lo que respecta a saber cómo y cuándo servir. Pero sé que realmente nos ayudaría a ser más específicos con nuestra ministración si supiéramos un poco más sobre el lenguaje del amor de la persona a la que visitamos.
Muchas personas han leído el libro y conocen su lenguaje del amor, así que lo primero que podemos hacer es simplemente preguntar a las hermanas a las que ministramos: “¿Cuál es tu lenguaje del amor?”
Si no lo saben y están dispuestas a averiguarlo, sólo envíalas a este sitio web en donde pueden realizar un cuestionario sobre los 5 Lenguajes del Amor.
Otra forma de descubrir el lenguaje del amor de una hermana en particular es observar cómo muestra su amor. La mayoría de nosotros queremos recibir amor de la misma manera en que lo damos.
Por ejemplo, si es que ella es la primera en limpiar la casa de alguien cuando se mudan al barrio, o cocina para una hermana que recién se ha convertido en mamá… lo más probable es que sea una hermana de “Actos de Servicio”.
Una vez que haya descubierto su lenguaje del amor, aquí hay algunas ideas sobre cómo aplicarlas a la ministración.
Palabras de Afirmación Positiva
- Enviar un mensaje de texto alentador o un meme
- Deja una nota detallando todas sus increíbles cualidades.
- Pasa por su casa cuando esté atravesando por un desafío y hazle saber que es fuerte y que puede sobrellevarlo.
Actos de Servicio
- Sacar las malas hierbas de su jardín.
- Ayúdala cocinando algunas comidas.
- Dobla la ropa con ella.
- Ayúdala a hacer bocaditos para la recepción de bodas de su hija.
Tiempo de Calidad
- Hacer una visita tradicional (o como lo llama mi esposo, “Visita para conversar”).
- Llévala a almorzar.
- Realiza una llamada telefónica para hacerle saber que le importas y que estás dispuesta a pasar más tiempo con ella de lo que necesitas para enviar un mensaje de texto, “¿Cómo estás?”
Regalos
- Una pequeña y divertida bolsa de regalo llena de galletitas o algunos artículos simples que puedes comprar podrán alegrar su día, o incluso la semana.
- Dale una linda versión enmarcada de tu cita o meme edificante favorito.
- Regálale un ramo de flores en su cumpleaños (o cualquier otro día).
Contacto Físico
Nota: Esto suele ser más aplicable en las relaciones románticas y familiares. Si el lenguaje del amor de tu hermana ministrante es de contacto físico, también asegúrate de averiguar cuál es su lenguaje del amor secundario (todavía puedes visitarla de la manera tradicional y darle un abrazo si es que lo necesita).
Ninguno de los elementos que vimos tomarán horas y horas de nuestro tiempo. De hecho, la mayoría son pequeños y simples actos de bondad que afirman la siguiente cita de la hermana Cheryl A. Esplin:
“Prestar servicio no tienen que ser cosas grandes ni ostentosas para ser significativas y marcar una diferencia.”
Al magnificar nuestro llamamiento de ministrar al tomarnos el tiempo de conocer y comprender las necesidades de nuestras hermanas, sean grandes o pequeñas, realmente nos convertiremos en instrumentos en las Manos del Señor.
Este artículo fue escrito originalmente por Jasmine Turner y fue publicado por thirdhour.org bajo el título “How Knowing the Five Love Languages Will Make a Huge Difference in the Way You Minister”