Cómo ayudar a alguien que se ha ofendido por un líder de la iglesia

alguien que se ha ofendido por un líder de la iglesia

En nuestras experiencias en la Iglesia, es probable que conozcamos a alguien que se haya sentido ofendido por las palabras o acciones de un líder eclesiástico. Esta situación es más común de lo que pensamos y puede tener un impacto significativo en la participación de la persona en la Iglesia.

Una lección de comprensión y sanación

En octubre de 2006, el élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, compartió una poderosa enseñanza sobre el tema de “ofenderse”, titulada Y no hay para ellos tropiezo”. En su discurso, el élder Bednar relató sus experiencias como presidente de estaca, cuando solía visitar a miembros que se habían alejado de la Iglesia.

Élder David A. Bednar. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Durante estas visitas, el élder Bednar y el obispo local se arrodillaban y oraban juntos, pidiendo guía e inspiración para saber cómo acercarse a estas familias. Las visitas eran sencillas pero significativas. Expresaban su amor y gratitud por la oportunidad de estar en sus hogares y les recordaban que los extrañaban y los necesitaban en la Iglesia.

Escuchar con atención y empatía

Una de las preguntas que el élder Bednar solía hacer era:

“¿Por favor, nos ayudarían a entender por qué razón no están participando activamente en los programas de la Iglesia y, por ende, de sus bendiciones?”. 

A menudo, las respuestas incluían sentimientos de ofensa debido a comentarios o acciones de otros miembros o líderes de la Iglesia. Algunas respuestas típicas eran:

  • “Hace varios años, un hermano dijo algo en la Escuela Dominical que me ofendió, por lo que desde entonces no he vuelto a la Iglesia”.
  • “Nadie me saludó ni se acercó a mí, y me sentí como un intruso. Me sentí ofendido por lo poco amistosos que son en esa rama”.
  • “No me pareció bien el consejo que me dio el obispo. No volveré a poner un pie en ese edificio mientras él ocupe ese cargo”.

El élder Bednar y el obispo escuchaban con atención y empatía, y luego preguntaban sobre la conversión y el testimonio del Evangelio restaurado de estas personas. A menudo, estos miembros tenían un testimonio profundo y tierno, pero se habían apartado debido a una ofensa.

¿Se puede perdonar el incesto?

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Reflexionar y tomar decisiones

El élder Bednar les recordaba: 

“Permítame llegar a entender bien lo que le ha ocurrido. Por motivo de que alguien en la Iglesia le ha ofendido, usted no ha sido bendecido mediante la ordenanza de la Santa Cena y se ha apartado de la compañía constante del Espíritu Santo; debido a que alguien en la Iglesia le ha ofendido, se ha separado de las ordenanzas del sacerdocio y del Santo Templo; además, ha interrumpido su oportunidad de prestar servicio al prójimo y de aprender y de progresar. Y está dejando barreras que impedirán el progreso espiritual de sus hijos, de los hijos de sus hijos y de las generaciones que les seguirán”.

Esta reflexión a menudo hacía que los miembros reconsideraran su posición. Entonces, el élder Bednar y el obispo les hacían una invitación sincera:

 “Estimado amigo: Hemos venido hoy a aconsejarle que el momento de dejar de sentirse ofendido es ahora mismo. No sólo nosotros le necesitamos a usted, sino que usted necesita las bendiciones del Evangelio restaurado de Jesucristo. Por favor, regrese y hágalo ahora”.

Escoger no sentirse ofendido

El élder Bednar explicó que sentirse ofendido es una elección personal. Aunque podemos enfrentar situaciones difíciles y comentarios hirientes, decidir cómo reaccionamos ante ellos es nuestra responsabilidad. Citando a 2 Nefi 2:13–14, recordó que tenemos el albedrío moral para actuar y no ser simplemente objetos sobre los cuales se actúa.

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Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Ejemplos de decisión

El élder Bednar mencionó ejemplos de personas que escogieron diferentes caminos ante la ofensa. Thomas B. Marsh permitió que una ofensa menor lo llevara a la apostasía y al sufrimiento, mientras que Brigham Young, a pesar de haber sido reprendido públicamente por el profeta José Smith, decidió no sentirse ofendido y se convirtió en un poderoso instrumento en las manos del Señor.

El ejemplo del Salvador

El Salvador, Jesucristo, es el mayor ejemplo de cómo debemos reaccionar ante situaciones potencialmente insultantes. A través de Su expiación, podemos encontrar la fuerza para no sentirnos ofendidos y superar la ofensa. Como dice Salmos 119:165: “Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo”.

expiación

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Un llamado a la reflexión y la acción

Ayudar a alguien que se ha ofendido por un líder de la Iglesia implica escuchar con empatía, reflexionar sobre las consecuencias de la ofensa y recordarles la importancia de las ordenanzas y las bendiciones del Evangelio.

capilla

Imagen: Venir a Cristo.

Al hacerlo, podemos ayudarles a encontrar paz y reconciliación, y a regresar al camino de crecimiento espiritual.

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Comentarios
Hola muy buen eh inspirado articulo ,a veces pasamos por situaciones muy difíciles en las que necesitamos palabras de aliento
Alejandro fraschini
Gracias, este mensaje me ha venido muy bien para reflexionar lo que estoy pasando. Gracias Padre por poner en mi camino a estos hermanos
Maricarmen
Gracias por fortalecer mi testimonio con este mensaje,les recomiendo leer el discurso."El testimonio de Jesus" por el apostol CHRISTOFFERSON dicurso de la conferencia abril 2024.ahí relata la historia de una familia joven que permanecio fiel a sus convenios apesar de una dura prueba.
Alberto avelardo aliaga romero
De nada Alberto, nos alegra que nuestro contenido fortalezca mucho tu testimonio. Gracias por la invitación de leer el discurso inspirador del Elder Christofferson.
masfe.org
Gracias Alejandro nos alegra mucho te guste este artículo.
masfe.org
Hola, dentro de poco habrá una actividad en la iglesia que reúne la participación de varias estacas, el evento debe tener una cancelación de dinero, cuando fui a pagar mi obispo dice "pero recuerde que yo debo aprobarlo" (con tono de que no lo iba a hacer), más adelante me llama el secretario diciendo que me regresarán el dinero. A los demás miembros si le aceptaron el pago y a mi no, eso no es cristiano, eso es discriminación, es hacer acepción de personas (Santiago 2:9-10). Lo curioso es que el pago del diezmo si lo reciben y no lo devuelven.
Anónimo
Hay actividades en Las que El Obispo debe aprobar la participación de las personas. Hay otras en Las que no. Con respecto Al diezmo, recordemos que devolvemos Al Señor El 10% de lo que El nos dió. Al Pagar UN diezmo recibimos bendiciones. No es nuestro dinero. Es El dinero del Señor y por ese sacrificio recibimos bendiciones como librarnos del egoismo, la avaricia y la deshonestidad. Estamos protegidos de robar o volvernos ladrones.
Rodolfo Ortuño
En verdad podemos decir que el vivir la ley del Diezmo trae grandes bendiciónes a nuestras vidas. Gracias por comentar amigo Rodolfo.
masfe.org

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