Crecí rodeada de libros. Recuerdo con cariño la caja de libros que mis padres llevaban con ellos en las vacaciones familiares. Papá leía principalmente Louis L’amour. Mamá leía los libros de todos los géneros.
Recibíamos libros cada año en Navidad con nuestras medias navideñas. A veces uno de nuestros libros tenían un marcador de libros y siempre nos sentimos mal por esa persona… significaba que mamá había empezado a leer su libro y que tendría que esperar hasta que terminara. La semana después de Navidad se llenaba de lectura, compartiendo lo que habíamos leído y negociando turnos con los libros de los demás. Recuerdo haber leído “La princesita” tirada en el suelo debajo del gran piano de cola.
Cuando serví en una misión, sólo leía material de la Iglesia, y en su mayoría Escrituras, durante un año y medio. No podía esperar a leer un libro cuando llegara a casa. Siempre recordaré el primer libro que leí después de mi misión, La potencia de uno, estaba muy emocionada de tener un libro en la mano otra vez, lo llevaba a todas partes. Recuerdo querer leerlo mientras conducía, recogiéndolo en los semáforos y me veía leyéndolo ante una señal de ¡PARE!
Realmente me gusta leer. Cuando decidimos educar a nuestros hijos en casa, mi mayor prioridad fue enseñarles a leer. Mientras cuidaba a mis propios hijos, y leía a John Holt y un libro titulado Mejor tarde que temprano: un nuevo enfoque a la educación de su hijo, por Raymond S. Moore, Dennis R. Moore, y Dorothy N. Moore, comencé a pensar de manera crítica acerca de cómo quería enseñar a mis hijos a leer, y cómo los niños aprenden a leer.
Esto es lo que ha funcionado para nuestros hijos
- Lea para usted misma. Lea. Busque libros que le gusten. Vaya a la biblioteca. Tener padres que leen es el indicador número uno de que el niño amará la lectura. No lea para mostrar a su hijo cómo leer… lea porque hay muchos buenos libros por ahí y tan poco tiempo. Deje su teléfono, aléjese de la computadora, y enámorese de un libro.
- Lea para sus hijos. ¡Diviértase! Lea los libros que recuerde le gustaron cuando era una niña. Mi mamá debió haberme leído Madeline miles de veces, porque cuando lo leí por primera vez a mis propios hijos me sabía la letra. A veces a los niños les encanta repetir sus libros favoritos… una y otra y otra y otra vez. Aunque la repetición puede ser aturdidora para los padres, es muy valiosa para el niño. Ellos están aprendiendo a reconocer palabras, la gramática, la forma de entender mejor la historia, y cómo enamorarse de los libros. Un libro repetido se convierte en parte de su cultura familiar.
- Aprenda el alfabeto. No estoy hablando de usar tarjetas didácticas, aunque si le encantan a su hijo, adelante. Señale la letra con la que comienza su nombre. Haga letras con los palitos de pan, compre fideos o pretzels en forma de letras. Juegue con el tablero Scrabble. Es divertido. JUEGUE. Me gusta mucho la página en inglés Letter of the week.
- Fonética. Nosotros usamos Explode the Code. Mis hijos aman este programa. Es divertido, rápido y repetitivo. Abarca cada letra del alfabeto, las consonantes en primer lugar, para enseñar el sonido y la forma. No puedo contar cuántas veces me he despertado para ver a mi pequeño junto a mi cama sosteniendo su libro de fonética, rogándome para empezar. ¡La Fonética debería ser divertida!
- Espere. Luego espere más tiempo. Luego espere. Los tres primeros libros de Explode the code enseñan cada letra. El cuarto libro empieza a leer (gato, sombrero…). En mi experiencia hay una disposición para el desarrollo involucrado en el aprendizaje de leer que usted no puede forzar. Es como aprender a caminar o hablar. Usted puede ayudarlos y trabajar con ellos… Pero un día se cansarán y lucharán para que suene cada palabra de manera muy mecánica, al día siguiente leerán sin problemas. Es como magia. Simplemente hace clic.
Para algunos de mis hijos esto les ha tomado un par de semanas, para otros les ha tomado años. Tenga fe que sucederá. Siga leyendo para su hijo. Espere. No puede apresurarlos a leer más de lo que puede hacerlos caminar o hablar. Ellos pueden leer a los 4 u 11 años. ¿Usted puede adivinar cuál de sus amigos aprendió a leer primero? ¿Acaso Einstein aprendió a leer antes o después que George Washington? ¡Realmente no importará cuándo su hijo aprenda a leer!
Cuando dejamos que los niños vayan a su propio ritmo, no hacemos que sientan que son lentos o que se quedan atrás. Déjelos ser. Lea para ellos. Quiéralos. Espere con ellos
6.No espere. Hay veces cuando usted no debe esperar. Aférrese a su intuición de madre… no una cumpla de madre de que todos los demás niños están leyendo, sino la intuición de que algo no está bien. Los problemas de aprendizaje exigen una especial instrucción y habilidades de afrontamiento. Trabaje para ayudar a su hijo a obtener la ayuda que necesita. Hay todo tipo de recursos para hacer que esto suceda.
7. Lea! Siga leyendo para su hijo. Cuando ellos leen con usted, si no quieren esforzarse en deletrear una palabra difícil… léaselas. ¡Eso sólo significa que están interesados en la historia! Bien. Algunos niños querrán que usted espere cuidadosamente mucho tiempo, mientras ellos descubren la palabra por sí mismos. El mismo niño puede ir y venir entre estos dos extremos. Algunos de mis buenos lectores todavía quieren que les lea, porque les gusta pasar tiempo conmigo, quieren escuchar la historia más rápida o simplemente quieren oírla.
Observar a su hijo mientras aprende a leer es una experiencia increíble. No hay nada como encontrar a un niño con la nariz pegada a un libro, perdido en otro mundo.
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