Una de las labores de los padres es la de ser instructores para sus hijos. Esta tarea no es nada sencilla, ya que frecuentemente los niños tienden a ser inquietos por naturaleza. Sin embargo, es más difícil cuando a eso le sumas un trastorno de neurodesarrollo (autismo, TDAH, etc.).

Nathan Lewis, miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en California, fue consciente de esta problemática. Como padre de tres niños autistas, se preguntaba constantemente: ¿Mis hijos estarán aprendiendo realmente el Evangelio?

Debido a eso, decidió iniciar un consejo docente para maestros y padres de niños neurodivergentes en su barrio, donde compartió consejos revolucionarios para enseñar el Evangelio a niños con autismo.

Siete principios clave

Imagen: Canva

Lewis estudió las raíces biológicas del autismo y consultó múltiples investigaciones y recursos espirituales a fin de comprender el mundo interno de los niños con autismo y otras discapacidades de neurodesarrollo.

«Si entendemos mejor lo que sucede dentro de ellos, entonces podremos satisfacer esas necesidades«, expresó Lewis.

Como parte de su aprendizaje, compartió los “siete principios A” que aseguró ayudarían a proporcionar un ambiente de enseñanza apropiado para niños con autismo.

  • Familiarícese (Acquaint): Estudia las características y sensibilidades de cada condición, para saber qué enfoque usar al enseñar a tus hijos.
  • Reconocer (Acknowledge): Identifica las dificultades y las fortalezas únicas de la condición de tus hijos evaluando sus comportamientos.
  • Acomodar (Accommodate): Haz frente a las dificultades de aprendizaje de tus hijos haciendo los ajustes necesarios, como permitirles usar un juguete antiestrés o hacer caminatas cortas. Todo con tal de mantener su atención.
  • Afirmar y admirar (Affirm and Admire): Tus hijos necesitan sentirse valorados, así que dales espacio para que compartan sus talentos e intereses. Eso fortalecerá su confianza al aprender.
  • Albedrío (Agency): No impongas y haz que tus hijos también tengan voz propia preguntándoles: ¿Cómo puedo ayudarte?
  • Expiación (Atonement): Deja que la Expiación de Cristo te ayude a desarrollar paciencia y más amor en lugar de frustración.

Una verdad poderosa

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Todos somos parte del cuerpo de Cristo, incluso los niños. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Al reflexionar en esta experiencia, Lewis recordó que el Salvador no hace acepción de personas y que todos somos parte del cuerpo de Cristo, incluyendo a quienes viven bajo el autismo y otras condiciones neurológicas.

Esto quiere decir que debemos esforzarnos por hacer que la adoración sea más accesible, iniciando por satisfacer las necesidades de aprendizaje de los niños con trastornos de neurodesarrollo.

“Y estáis dispuestos a llevar las cargas los unos de los otros para que sean ligeras”. (Mosíah 18:8)

La experiencia de Lewis nos inspira a abrir el Evangelio para quienes parecen “diferentes” o tienen desafíos especiales. Al hacerlo, estaremos llevando las cargas los unos de los otros como nos manda Jesucristo.

Fuente: Church News

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