Los mormones tratan de vivir deliberadamente, organizando sus vidas con el fin de estar preparados para el siguiente paso. Ya sea que se trate de la universidad, del matrimonio, de la maternidad o la muerte. Ya que los mormones son cristianos, no le temen a la muerte. Si, algunos podrían temerle al proceso físico de morir, pero no le temen a lo que pase después de la muerte.
Mientras más envejezco, paso más tiempo pensando sobre ese paso. Aunque no anticipo llegar a él en un corto plazo, nunca es muy pronto para alistarse, y parte de alistarse es entender lo que pasará. Sabiendo solo que puedo estar preparada para tener una gran vida eterna.
La vida es solo un paso en nuestra vida eterna
Los mormones creen que la vida es un proceso de tres pasos. El primero paso fue antes de que vengamos al mundo. Antes de esto, vivimos con dios por un tiempo. Éramos espíritus, pero pasábamos nuestro tiempo aprendiendo y preparándonos para la vida en la tierra. Nuestro nacimiento fue una transición, no un comienzo. La muerte es una transición, y no un final. Este es el siguiente paso en nuestra vida eterna, y particularmente uno emocionante.
Cuando lleguemos a morir, nuestro cuerpo morirá y será enterrado o cremado. Pero la parte más importante de nosotros, nuestro espíritu, continuará viviendo. Fuimos espíritus antes de nacer, entonces no será una experiencia extraña para nosotros ser espíritus otra vez, recordaremos haberlo sido antes.
Una cosa que amo sobre la visión mormona del cielo es que cuando lleguemos a morir, aún seremos nosotros mismos. Lo que sea que hayamos logrado ser en esta vida, lo seremos cuando lleguemos a morir. Nunca tuvo para mi sentido que muriéramos y repentinamente fuéramos completamente diferentes. Cuando las personas hablan acerca del cielo en el que creen, a menudo noto que odiarían ese tipo de vida ahora. Entonces, ¿Por qué la amarían después de la muerte? Los mormones sienten que la vida tiene un propósito. Vale la pena ser mejores, obtener conocimientos, y construir buenas relaciones, porque las cosas que están nuestra mente y en nuestro corazón irán con nosotros cuando muramos.
Si hemos trabajado duro para ser amables y amorosos, aún seremos de esa forma cuando lleguemos a morir, haciendo que todo ese trabajo valga la pena. Si pasamos mucho tiempo aprendiendo cosas que tienen valor, ese conocimiento estará con nosotros aun después de la muerte. Si dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a construir un relación maravillosa con nuestras familias también tendremos esa relación cuando vayamos con Dios/muramos. Y esa es una de las mejores partes de la muerte y la vida mormona. Dios nos dio la familia, nos dijo que la amemos y la hagamos una prioridad. ¿Por qué mucha gente piensa que pueden ser felices estando en el cielo, más felices de lo que alguna vez fueron en la tierra, sin sus familias? Nunca me siento completamente feliz sin mi familia, y me sentiría triste de pensar que mi familia se sentiría más feliz sin mí que conmigo. Y sin embargo, es así como muchas personas ven la eternidad, ser felices y no necesitar cónyuges, hijos, padres, o hermanos nunca más. Dios es muy amable y amoroso. Nunca apartaría a los que amo de mi lado, sin darme una oportunidad justa para tenerlos conmigo por la eternidad. Los mormones creen que Dios quiere que nuestra familia esté siempre a nuestro lado.
¿Qué sucede conmigo después de la muerte?
A pesar de que pensemos en la vida después de la muerte como la última parte de todo, los mormones creen que en realidad hay un número de pasos que suceden después de morir. Si morimos teniendo el evangelio de Jesucristo y todas las ordenanzas requeridas, y estuviéramos viviendo la vida que prometimos a Dios que viviríamos, nuestros espíritus irían a un lugar llamado el Paraíso. Es un lugar realmente agradable para estar hasta la resurrección. No tendríamos las pruebas que tuvimos en la tierra y todos serían muy educados y felices, así que sería divertido estar ahí. Joseph Smith, el primer profeta de los tiempos modernos, llamó a esto un estado de “felicidad” donde disfrutamos las relaciones que hemos cuidado en la tierra.
¿Qué estaríamos haciendo si nos encontramos ahí? No estaríamos sentados en la nubes tocando arpas (que, para mí, es algo bueno ya que probablemente no tocaré el arpa mejor que el piano). No solo estaremos descansando y sin hacer nada. Eso aburriría muy pronto. Estaremos estudiando el evangelio con mayor profundidad y obteniendo respuestas a algunas de las preguntas que siempre nos hemos hecho.( ¿No le gustaría aprender el libro de Isaías enseñado por él mismo? Espero que eso sea posible ahí). Además estaremos enseñando el evangelio a las personas que nunca tuvieron la oportunidad de aprenderlo en la tierra.
¿Te llamo la atención la última oración? Muchas de las personas piensan que si no fuiste lo suficientemente afortunado de vivir cuando y donde se enseñó el evangelio de Jesucristo, y de tener personas en tu vida quienes eligieran enseñarte el evangelio, que estás simplemente condenado. Muchas personas vivieron antes que Jesucristo naciera, incluso algunos de los profetas más grandes, Moisés, Noé, y Abraham ¿Fueron condenados porque nacieron antes de Jesús? ¿ y qué sería de las personas que simplemente escucharon que había un Salvador? ¿Qué pasa con aquellas personas que fueron criados de una manera que en sus corazones nunca se abrió a la posibilidad y nunca recibieron un testimonio del Espíritu Santo? ¿ También están condenados? ¿Qué pasa con los bebes que murieron antes de ser lo suficientemente adultos para elegir? ¿Dios los castigara por algo que estuvo fuera de su control?
Dios es justo y ama.
Por supuesto que no. Cuando me imagino el cielo, me imagino a mí con un Dios totalmente amoroso y justo. El Dios que conozco y amo no castigaría a un bebe por morir al poco tiempo de haber nacido. Tampoco pondría a una persona que no obtuvo el evangelio, en una tierra lejana y después condenarlo para la eternidad por no escuchar lo que nadie le enseñó. No sería amoroso ni justo. Por eso, los mormones creen que si no tuviste la oportunidad para recibir el evangelio durante tu tiempo en la tierra, se te enseñaría el evangelio en el cielo y tendrías la oportunidad de aceptar o rechazarlo, justo como lo tendrías en la tierra, tuviste la opción estando disponible para ti.
Un estudio reciente mostró que los mormones son más propensos que otras religiones para creer en que puedas ir al cielo incluso si no fuiste mormón en la tierra. Eso no significa que si Dios te dice que el mormonismo es verdad y digas, “ qué lástima, no estoy interesado”, que puedas ir a vivir con Dios sin ninguna consecuencia por tu decisión. Significa que si no recibiste ese testimonio, tendrás la oportunidad luego, por las razones que mencioné arriba. Si una persona muere antes de los ocho años, regresará con Dios automáticamente. Porque no era lo suficientemente mayor para ser responsable aún.
Todos los mayores de ocho de edad que mueran sin el evangelio irán a la Prisión Espiritual. Aunque esto no es tan malo como suena. Este lugar es para las personas que fueron malvadas durante su vida, aquellos que aprendieron el evangelio, pero lo rechazaron, y aquellos quienes nunca tuvieron la oportunidad para aceptarlo. Los misioneros vendrán a enseñarles el evangelio en la prisión espiritual. (Pedro habló acerca de esto en la biblia. Vea 1 Pedro 3:18-20)
Será realmente emocionante para esas personas cuyo objetivo es encontrar la verdad. Si aceptan el evangelio y se arrepienten, tendrán la oportunidad de dejar la Prisión Espiritual e ir al Paraíso Espiritual. En primer lugar, por supuesto, ellos necesitarán todas las ordenanzas de salvación, y eso es para lo que los templos mormones están hechos.
Como los templos mormones ayudan a los muertos
Una vez que se haya hecho esto, necesitarán recibir las mismas bendiciones que otros recibieron cuando aceptaron el evangelio en la tierra. El siguiente paso para todos es resucitar, lo cual pasará en su tiempo. Esto unirá el espíritu y el cuerpo, el cuerpo será perfecto, de esta manera seremos capaces de disfrutarlo sin problemas mortales tales como enfermedades, discapacidades o imperfección.
¿Hay en realidad un juicio final?
Luego, es momento del juicio. Este es el juicio final, y esto determinará cómo será el resto de tu eternidad. A muchas personas les gusta pensar que si le dicen a Jesucristo que lo aceptan como su salvador, no necesitarían nada más. Pueden vivir cualquier vida que quieran sin que esto afecte su vida eterna. Por supuesto que eso no tiene mucho sentido. Si realmente amamos a Jesús, nos esforzaremos mucho para vivir la vida que nos dijo que viviéramos, y eso significa que nuestras acciones son un reflejo de nuestros sentimientos hacia Él. Cuanto más lo amemos, más fácil y más placentero será todo. Si digo que soy cristiano y después salgo por la puerta y robo un banco, mi nivel de compromiso no está aún donde necesita estar.
Necesitamos ser dignos para estar en la presencia de Dios. El cielo no será como un lugar de paz y alegría, si está lleno de personas que están con cómodas con el pecado. El cielo no será mejor que la tierra bajo esas circunstancias. Y además, aunque no somos salvos por nuestras acciones, estas sí importan. Tenemos una responsabilidad moral de arrepentirnos de nuestros pecados, no solo una vez, sino siempre. Por lo tanto, tenemos que continuamente perfeccionando nuestras vidas para llegar a ser tan semejantes a Cristo como sea posible. Necesitamos hacer esto como un acto de puro amor para el salvador, no como una forma de “ganar” el cielo. El motivo también importa.
En el cielo, si se nos permite regresar a casa con Dios, estaremos rodeados por las personas que compartieron sus valores y nuestra forma de vida. En realidad, independientemente de dónde terminemos, estaremos con otros que son como nosotros. Estaremos cómodos nuestra última casa. Los mormones creen que el cielo tendrá varios niveles, permitiéndonos pasar la eternidad en un lugar adecuado a nuestro nivel de compromiso hacia Dios y Jesucristo. Todos menos el lugar reservado para los más malos, serán lugares de felicidad.
Aprende más acerca del cielo.
Como mormón, no tengo miedo de morir. Sé lo que Dios me ha llamado a hacer y sé que Él nunca me pide hacer algo que no puedo. Mi responsabilidad es aprender tanto sobre Él y sobre Jesucristo como pueda, usarlos como modelos a seguir, y poner sus peticiones por encima de mis propios deseos. Mientras que sea mi responsabilidad, es también mi privilegio como una hija de Dios. Según viéndolo yo, eso es como la vida después de la muerte.
Este artículo fue escrito por
Terrie Lynn Bitter
