El 11 de septiembre de 2001, vi un poco de noticias horribles, visité a la familia, esperé a oír algo de alguna familia… luego fuimos a la biblioteca, reunimos algunos libros y pasamos el día leyendo en voz alta. Soy una mujer, no lucho o huyo todo el tiempo. Frecuentemente, me agacho y me cubro, reúno a los que amo y los mantengo conmigo. Era mi manera de garantizar que la hermosa vida continuara, una vida que vale la pena proteger. No hay nada más acogedor y maravilloso para mí que tener a toda mi familia reunida alrededor cuando leemos juntos, me encanta esa sensación. Algunos de mis momentos favoritos de la escuela pública fueron cuando mi profesor leía en voz alta. Todavía oigo Ma, del libro la Familia Ingalls en la voz de la señorita Crie. Leer en voz alta como una familia ha dado a nuestra familia su propia cultura, con alusiones y lengua propia. Podemos vernos reflejados en los personajes. Cuando hablamos con nuestros hijos tenemos todo un mundo de obras literarias para inspirarnos y usarlas como ejemplos o fuentes. Aprender de los errores de otra persona y la decisión de estar inspirado por lo increíble de otra persona es una manera fabulosa de aprender. ¡Es mucho mejor que confiar en sus propias experiencias, y mucho menos doloroso!
Solía imaginar lecturas en voz alta con mis hijos sentados muy agradable y tranquilamente mientras leía. Luego tuve hijos. Ahora, cuando mis hijos se sientan en silencio durante demasiado tiempo, les tomo la temperatura y considero darles hierbas o medicamentos hasta que vuelven a estar activos. Se necesita ingenio y determinación para crear un hábito de lectura en voz alta con la familia junta.
Elija un buen libro, pida sugerencias a profesores y bibliotecarios sobre libros para lectura en voz alta. Les he pedido recomendaciones sobre libros a desconocidos. Me encanta encontrar un libro nuevo para una buena lectura en voz alta. Los clásicos se pueden arruinar si se presentan antes de tiempo. Muchos de los libros con los que lidié en toda la escuela secundaria, me han encantado desde entonces. No tenga miedo de dejar de leer un libro si descubrió que es demasiado pronto, y espere hasta más adelante. Inexplicablemente, algunos libros simplemente no tendrán resultado, páselos por alto o vuelva a ellos otra vez… o no lo haga. ¡Lea libros que le gusten! Su entusiasmo será contagioso.
Prepárese para el éxito, he encontrado una variedad de maneras de mantener a los pequeños y grandes con las manos ocupadas mientras leemos:
Juguetes silenciosos: los legos, los bloques y los rompecabezas son mis favoritos. Me he dado cuenta que los ponis, las casas y juguetes de las Polly Pockets causan que las pequeñas tengan conversaciones y que actúen como una mamá frustrada.
Dibujar
Leer mientras conduce: Teóricamente esto funciona. No puedo leer en un auto mientras estoy embarazada. Mi esposo se duerme si leo por mucho tiempo en el auto. Yo con náuseas y él quedándose dormido mientras conduce no llevan a tener un paseo familiar feliz. Por otra parte, no todas están embarazadas a menudo, y la mayoría de las personas disfruta de los libros en audio mientras conducen… esto puede resultar para usted.
Manualidades: Tejido, gorras abultadas, crochet, pulseras, tallado en madera y costura a mano. Mis hijos e hijas han aprendido las habilidades básicas del trabajo manual.
En algunos casos he encontrado algo para que ellos vean. No hago eso a menudo, pero trato de que sea una experiencia única. No quiero que sea un vídeo común y corriente; eso cambia la experiencia. Mientras leímos 20.000 Leguas de viaje submarino, vimos una presentación de diapositivas de la fotografía submarina. Durante la lectura de Ga’Hoole, la leyenda de los guardianes vimos la lechuza Molly. ¿Existe algo que pueda ver que se relacione con su libro?
Cuando desesperan: Con un niño excepcionalmente activo he jugado con plastilina, he leído en mi habitación con el niño en la bañera, he puesto al niño en el fregadero de la cocina con burbujas y he planeado secar el piso… Encuentre algo que resulte bien para usted.
Plan para las interrupciones. Cuente con ello. Si es posible, considere cuál es su intención. ¿Su objetivo en la vida es terminar este libro o tener hijos amorosos? No se olvide del bosque por los árboles. El objetivo final es tener niños amorosos. Esto significa que tengo que ser amorosa. Tengo que responder ante las interrupciones de forma amable. Tengo que atender al niño que está aprendiendo a usar el baño y todavía necesita un momento para animarlo, cambiarle el pañal, cuidarlo que no suba a la mesa y cualquier otra interrupción. Algunos días estarán llenos de interrupciones.
Algunas veces hable de lo que leyó: A veces hablamos mientras leemos. Hay una naturaleza sinérgica en un charla grupal y oportunidades únicas de aprendizaje. Algunas charla se han dado mientras leemos. Se han dado muchos más de estas mientras conducíamos, o con mayor frecuencia cuando doblábamos la ropa o lavábamos los platos. Algunos de estos charlas se basan en las tareas domésticas y han sido personales. Esas charlas han sido invaluables para mí. Estas se han apartado mucho del libro hasta educación sexual, carácter, familia, política, honestidad, trabajo arduo y amor.
Cuando leer: Conozco a muchas familias que leen antes de acostarse. Cuando la alternativa es dormir, los niños están muy dispuestos a sentarse y escuchar. Bendiga su grandiosidad. Soy una persona de mañanas. Por la tarde o noche le suceden cosas extraordinarias a mi cerebro: mis ojos se cierran o empiezo a tener una “lectura de ensueño” en la cual mi cerebro hace todo lo posible en la historia. Elija una hora que le resulte para usted. Cuando usted es constante, y sus hijos aprenden a esperar a leer en voz alta, mejora su capacidad para sentarse y escuchar. Dedicar tiempo a la lectura incluye alejar las distracciones externas. ¡Apague el teléfono! Trate de no programar nada más durante ese tiempo a menos que sea absolutamente necesario.
¿Qué pasa cuando no le gusta leer en voz alta? ¿Le resulta elegir libros más cortos? ¿No lo disfrutan ambos padres? ¿Puede escuchar libros en audio mientras viajan o trabajan juntos? ¿Puede turnarse con sus hijos mayores para leer en voz alta? ¿Qué le parece iniciar un club de lectura familiar y leer el libro por su cuenta? ¿Puede leer y compartir las historias sobre lo que está leyendo?
Una buena lectura en voz alta puede afectar todos los aspectos de su educación. Actualmente estamos leyendo Ga’Hoole: la leyenda de los guardianes. Hemos hablado sobre biología así como de búhos, sus hábitos y hábitats. Hemos hablado de la diferencia entre cómo los búhos y los seres humanos crecen, de la historia y de cómo es que grupos de personas desean conquistar mundo y la forma en que intentan hacerlo. Hemos hablado de matemáticas mientras hemos hablado cuán rápido los búhos vuelan y cuántos días se tardaría en llegar a diferentes lugares si pudieran mantener esa velocidad. También sobre el uso de la luna como calendario y cuántas lunas de edad tenemos. Hemos hablado del inglés cuando vemos el vocabulario y punto de vista. Lo que leemos, naturalmente, se apodera de nuestra propia escritura. Nos hemos convertido en búhos, dibujamos búhos e hicimos garras para los dedos. ¡Esas garras están por todas partes! Hemos hecho nidos en cestas de la ropa.
Hemos hablado de los que abusan y cómo mantienen su poder. Hemos hablado de la educación y qué tipo de educación lleva hacia la libertad y cuál lleva a la cautividad.
Muy poco de este aprendizaje fue planeado o programado. Con frecuencia comienza sin mi presencia. Me encanta cuando un hijo se me acerca pidiéndome hacer matemáticas, con el pretexto de averiguar cuántas lunas hay. Es una poderosa manera de aprender, y cuando el niño lo ve como un juego, lo recordará mejor con la conexión emocional con el libro.
Cuando una familia lee juntos, enseña que los libros son divertidos. Enseña que el aprendizaje es una tarea de toda la vida. Enseña de una manera tranquila, paciente que combate la gratificación instantánea que nos rodea.
Puedes tener riqueza tangible nunca dichas;
Cofres con joyas y oro.
Más rico que yo nunca podrás ser
Tuve una madre que me leía.
Strickland Gillian
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