A medida que las sociedades de todo el mundo aceptan cada vez más la inmoralidad, a veces puede parecer que proteger a nuestras familias del ataque de la pornografía es una tarea imposible. ¿Qué podemos hacer ante tales ataques?
Como padre, me preocupa el riesgo que tienen mis hijos de ser expuestos a la pornografía a pesar de mis esfuerzos por protegerlos.
Como Obispo, oro fervientemente para que los jóvenes de mi barrio (y de todo el mundo) reconozcan la gravedad de la amenaza que la pornografía presenta a todos individualmente y a nuestra sociedad de manera colectiva.
Aplaudo a los jóvenes de todas partes que se resisten ante los engaños de la pornografía y encuentran la fuerza para decir “¡No!” cuando llama a su puerta, o peor aún, cuando irrumpe en sus vidas sin ser invitada.
Para proteger a las antiguas ciudades nefitas de las fuerzas enemigas invasoras, el Capitán Moroni en el Libro de Mormón tomó medidas sin precedentes para construir fortificaciones y preparar a la gente “de una manera como nunca se había conocido entre los hijos de Lehi” (Alma 49: 8).
Estas preparaciones “asombraron” a los enemigos nefitas (Alma 49: 9) e impidieron que esos enemigos se infiltraran en las áreas protegidas.
Ante el implacable ataque de la pornografía, ¿no deberían los padres responder con la misma resolución? Confío en que a medida que tomemos grandes medidas para proteger a nuestras familias de la pornografía, nuestros hijos, y sus futuros cónyuges, nos agradecerán algún día por mantenerlos a salvo durante un período de gran importancia en sus vidas.
Aquí hay cuatro cosas que desearía que los padres entendieran sobre su responsabilidad de proteger a sus hijos de la plaga de la pornografía.
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1.Las computadoras en casa ya no son la principal fuente de pornografía para los jóvenes o niños
En la generación de mis padres, la pornografía era algo que generalmente sólo era accesible en tiendas de revistas y tiendas de películas para adultos ubicadas lejos de las áreas de donde vivían.
Con el tiempo, el internet permitió que la pornografía entrara en nuestros hogares a través de la computadora.
En respuesta a ese avance no deseado, los líderes de la Iglesia dieron repetidamente consejos sobre cómo mantener las computadoras de nuestra familia en lugares abiertos y usar un software de filtro y bloqueo efectivo en las computadoras de nuestra casa. Ese sabio consejo todavía se aplica en la actualidad.
Hoy en día, los padres deben darse cuenta de que con la proliferación de dispositivos móviles personales (teléfonos inteligentes, tabletas, iPods, etc), estos dispositivos móviles se han convertido en el punto de partida en la lucha contra la pornografía.
Aquellos que han sido atrapados por la pornografía generalmente sienten que pueden ocultar fácilmente su comportamiento al usar un dispositivo móvil personal para acceder a él. Debido a que estos dispositivos son pequeños, el acto de leer o ver contenido inapropiado es más fácil de ocultar.
Los dispositivos móviles pueden ser divertidos y útiles, incluso para estudiar las Escrituras y participar de la obra de la historia familiar; pero es fundamental que los padres entiendan lo que se necesita para hacer que los dispositivos móviles sean lo más seguros posible contra la pornografía.
2. Las aplicaciones de las redes sociales son el gran caballo de Troya en la batalla contra la pornografía
Las plataformas de las redes sociales (Twitter, Instagram, Snapchat, Facebook, etc) se han convertido en algunas de las más populares porque nos ayudan a mantenernos conectados con amigos y familiares, e incluso con los líderes de la Iglesia, de maneras que son divertidas y significativas.
Las aplicaciones de redes sociales son especialmente populares en los dispositivos móviles. Sin embargo, los padres deben entender que las aplicaciones de redes sociales también son un caballo de Troya en la batalla contra la pornografía, ya que proporcionan una fuente de pornografía prácticamente ilimitada para los dispositivos de nuestros hijos.
Un dispositivo móvil que de otra manera sea seguro y que no tenga acceso a un navegador web sin filtro u otras aplicaciones no seguras todavía puede ser un peligro para nuestros hijos a menos que tomemos precauciones importantes con respecto a cómo usan Instagram, Facebook, Twitter, Snapchat y otras aplicaciones de redes sociales.
La mayoría de estas plataformas de medios sociales oficialmente pretenden limitar o bloquear la pornografía, pero la verdad es que no pueden lograrlo y no están dispuestos a monitorear el enorme volumen de contenido en sus sitios.
Los peligros para los jóvenes incluyen el contenido profano y/o pornográfico que algunas celebridades conocidas publican en sus perfiles de redes sociales; este tipo de publicaciones a menudo aparecen en las listas de las publicaciones más populares del día, algo que nuestros hijos pueden encontrar fácilmente.
Otros usuarios hacen que las imágenes pornográficas se puedan buscar fácilmente al incluir hashtags vulgares o sugestivos en sus publicaciones de imágenes y videos pornográficas.
Con sólo algunas búsquedas simples en las aplicaciones de redes sociales, lo que se suponía que era una forma divertida e inocente de conectarse con amigos y familiares puede convertirse en un peligro real y presente para nuestros hijos.
¿Cuál es la solución?
No creo que eliminar todas las aplicaciones de redes sociales de los dispositivos de nuestros hijos sea la respuesta; pero creo que monitorear el uso de las redes sociales de nuestros hijos y establecer límites son pasos esenciales.
3. Tus hijos necesitan límites
En una charla memorable en 2005, el Elder Jeffrey R. Holland aconsejó a los padres lo siguiente:
“La segunda cosa que ellos necesitan, después del amor que ustedes les den, son los límites”
Creo que no hay un área de sus vidas en donde nuestros hijos no necesiten nuestros límites, se dan para establecer límites seguros y apropiados con respecto a las redes sociales y a otros medios en general.
El Presidente J. Reuben Clark Jr. (1871–1961), un consejero de la Primera Presidencia, una vez contó una poderosa historia sobre la noche en que su hija adolescente se iba a una fiesta.
“Diviértete, cariño”, le dijo. “Vuelve a las doce”.
Ella respondió: “Papá, es la fiesta de graduación. Iremos al baile y no regresaremos hasta la madrugada.”
El Presidente Clark respondió: “Sí, sé que eso es lo que muchos estarán haciendo. Pero tú deberás regresar a las doce.”
Desesperada, ella replicó: “Papá, ¡no confías en mí!”
A lo que él respondió: “Mi querida hija, en el lugar equivocado, en el momento equivocado, no confío ni en mí mismo. Regresa a las doce.” (The Teachings of Harold B. Lee, Clyde J. Williams)
Me encanta la lección que ilustró el Presidente Clark con su historia. Poner límites a nuestros hijos no está relacionado con una falta de confianza en ellos. Por el contrario, reconocemos que los límites pueden realmente bendecirlos y mantenerlos seguros.
Algunos padres pueden preguntar: “Si les he enseñado a mis hijos sobre los males de la pornografía y las doctrinas del verdadero amor y la castidad, ¿acaso no es eso suficiente para mantenerlos a salvo?” Mi respuesta es que, lamentablemente, por lo general no es suficiente.
La enseñanza de la doctrina es crítica y esencial, pero incluso los jóvenes más fuertes en hogares sólidos y centrados en el Evangelio deben tener los límites prácticos establecidos.
Aquí hay algunos límites fundamentales que sugiero para mantener a sus hijos seguros de la pornografía:
- Exígele a tus hijos, incluidos los adolescentes mayores, que entreguen sus dispositivos móviles a los padres todas las noches. Quedarse hasta altas horas de la noche puede perjudicar el juicio de cualquier persona, nuestros hijos no son la excepción. Dejarlos solos con sus dispositivos móviles durante la noche es un gran error.
- Establece una contraseña que sólo tú y tu cónyuge conozcan para los controles parentales incorporados en dispositivos móviles. Usa estos controles para restringir las canciones y libros con contenido explícito y para establecer límites según las calificaciones de las aplicaciones, películas y programas de televisión.
Por último, te sugiero que utilices los controles parentales para deshabilitar el acceso al App Store o Google Play para evitar que tu hijo pierda su tiempo en donde pueda encontrarse con contenido inapropiado y donde otros navegadores web (sin filtros) podrían descargarse o instalarse en sus dispositivos.
Si tus hijos ocasionalmente desean actualizar sus aplicaciones o descargar una nueva, los padres pueden ayudarlos a hacerlo.
- Utiliza otras aplicaciones para poner límites. Hay aplicaciones gratuitas que vincula los dispositivos de los padres a los dispositivos móviles de sus hijos y luego les permite desactivar todas las aplicaciones descargadas de iPhone o Android durante ciertos intervalos de tiempo o en cualquier momento.
Es común que nuestros hijos pregunten: “Papá, ¿podrías volver a activar mis aplicaciones?” Después de que hayan terminado la tarea u otra asignación. Este tipo de aplicaciones nos permite poner límites prácticos al acceso que tienen nuestros hijos a sus dispositivos móviles.
- Para cualquier perfil creado (por el usuario) puedes bloquear o limitar por completo el acceso a las aplicaciones de redes sociales para Facebook, Instagram, Pinterest, Twitter y otros. Limitar la cantidad de tiempo que los niños pueden acceder a las aplicaciones de redes sociales por día los protegerá.
Muchos de estos dispositivos también bloquean anuncios, contenido para adultos y otro contenido inapropiado, y pueden configurarse para forzar búsquedas seguras en los motores de búsqueda. Además, registran un historial continuo de las acciones de cada usuario en todos los dispositivos del usuario, lo que facilita que los padres revisen las actividades de sus hijos en internet con regularidad.
Para los padres que usan uno de estos dispositivos, la clave está en ser directo y decirle a tus hijos que estarás monitoreando lo que hacen en internet estableciendo límites para lo que pueden acceder y por cuánto tiempo. Esa conversación puede evitar la mayoría de los problemas que surgirán.
4. Dejar la puerta de la conversación abierta hará toda la diferencia para tu hijo
Si no has hablado sobre la pornografía con tus hijos, los que tienen la edad suficiente para entenderla, debes hacerlo ahora. La Iglesia ha creado un excelente video para ayudarte cuando tengas esa conversación.
Por encima de todo, es fundamental que tus hijos sepan que pueden hablar contigo en cualquier momento que sientan que tienen dudas o preguntas en cuanto a la pornografía. Tus hijos necesitan saber que no serán condenados, criticados o castigados si vienen a ti después de ser expuestos a la pornografía.
Si se sienten intimidados o temen hablar contigo, no acudirán a ti cuando necesiten ayuda. Abre la puerta y dale la bienvenida a esa conversación cuando sea necesario.
No te enojes con tus hijos si confiesan tener desafíos con la pornografía. Felicítalos por estar dispuestos a hablar contigo. Aprovecha la oportunidad para enseñarles y establecer límites adicionales. Alienta a tus hijos a buscar la ayuda del Obispo.
Conversa regularmente con tus hijos y bríndales oportunidades para discutir cómo van las cosas o cualquier inquietud que tengan con respecto a la pornografía. Mientras las líneas de comunicación permanezcan abiertas, tendrás el poder de influir en tus hijos y alejarlos de los peligros nocivos de la pornografía.
Este artículo fue escrito originalmente por Nate Sharp y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “4 Things I Wish Parents Understood about Protecting Children from Pornography”