A nadie le gustan los errores, pero no es necesario que los abordemos de tal manera que haga que todos fracasen. Al fin y al cabo, todos hemos estado en ese lugar. ¿Qué pasaría si hubiera un lugar especial para los errores en tu corazón? ¿Qué pasaría si decidieras entender los errores en lugar de frustrarte o esconderlos?
“No son las personas que nunca cometieron errores las que llenarán el cielo sino aquellos que reconocieron que se desviaron y corrigieron sus caminos para volver a la luz de la verdad del Evangelio”. – Dieter F. Uchtdorf
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Hacer un espacio en tu corazón para los errores
Mis padres tenían un espacio en sus corazones para mis errores, pero nunca puse a prueba su amor al confesarles mis errores.
Sin embargo, después de años de trabajar como terapeuta de adolescentes con problemas y criar a mis propios hijos, aprendí que es vital que los padres hagan saber a sus hijos que siempre habrá un espacio para sus errores en su corazón.
Nota: Los siguientes consejos se basan en la forma en que los padres pueden estrechar lazos con sus hijos adolescentes y jóvenes al aceptar sus errores y ayudarlos a dejar de cometerlos. Pero, estos consejos también los puedes aplicar en tu vida si no tienes hijos.
Primero
Los padres pueden mostrar misericordia y comprensión cuando hablan de los errores que otras personas cometen dentro y fuera de la familia.
Dar a las personas el beneficio de la duda frente a los hijos, independientemente de sus errores, es un ejemplo inspirador y memorable de bondad.
Segundo
Los padres pueden iniciar conversaciones con sus hijos y dejar la puerta abierta para hablar de todo. Cuando los padres les dicen a sus hijos que los errores son parte de la vida y que saben que en algún momento sucederán, los hijos no se sienten tan preocupados de hablarles acerca de sus equivocaciones.
Tercero
Quizás lo más importante que puedes decidir como padre es no impresionarte con lo que te cuenten tus hijos. No podemos tomar sus errores de manera tan personal. Es importante que nos demos cuenta de que sus acciones no son necesariamente un reflejo de la crianza que les hemos dado.
A veces, los errores suceden porque una persona está creciendo, aprendiendo, explorando y probando sus límites. Por lo general, estos errores no tienen la finalidad de lastimarnos.
Necesitamos decidir no sentirnos afectados emocionalmente por estas acciones desafortunadas y mostrar nuestro apoyo a nuestros hijos.
Cuarto
Siempre habla con amor cuando se revele el mal comportamiento. De hecho, elogia a tu hijo por abordar el tema, ya que te está demostrando que tiene confianza en ti para contarte aquello que preferiría discutir con sus amigos.
Hablar sobre el problema es la parte más importante para resolverlo y hacer un plan para evitar errores similares en el futuro. Nuestros hijos no son perfectos y nosotros tampoco lo somos.
Debemos brindarles nuestro amor y apoyo a lo largo de sus vidas, incluso en esos momentos en los que cometan grandes errores. Esa es una gran oportunidad para afianzar lazos con tus hijos.
Finalmente
Los padres deben crear un entorno de amor constante para que sus hijos puedan sentir confianza y se acerquen a ellos en busca de seguridad y apoyo.
Cuando hacemos un espacio en nuestro corazón para comprender y aceptar los errores, evitamos que nuestros hijos se aíslen para resolver sus problemas por sí solos.
Es evidente, que como padres debemos corregir muchos errores. Pero, debemos hacer que nuestros hijos comprendan que no somos perfectos, que cometemos errores y necesitamos hablar de ellos para corregirlos y aprender de ellos.
Fuente: Meridian Magazine