Nuestra familia se ha desplazado muchas veces y nos consideramos un poco nómadas. Hemos vivido en algunas casas preciosas, en los EE.UU. y en el extranjero. También hemos vivido en el sótano no terminado de un vecino, en departamentos demasiado pequeños para nosotros y en casas que necesitaban muchas reparaciones llenas de remordimiento del comprador. En realidad, la mayor parte de nuestras viviendas han sido alquiladas. Y eso esta bien. Todas las viviendas terrenales son temporales.
Nuestros líderes nos han aconsejado tratar nuestras viviendas temporales como si fueran permanentes y hemos hecho esto al sentirnos cómodos, haciéndolas casas de orden, mediante la creación de belleza y armonía y mediante la mejora de nuestros espacios de vida.
Una cosa que hemos hecho siempre que nos hemos mudado es dedicar nuestra casa. Nunca nos sentimos totalmente instalados hasta que la dedicamos.
Aquí hay algunas pautas que puedes seguir para dedicar tu propio espacio. Algunas han cambiado con los años, ya que nuestros líderes han recibido la orientación espiritual para nuestras circunstancias.
1. Ninguna morada es demasiada humilde o demasiada temporal para que no se pueda dedicar.
Yo personalmente haría una dedicación de una tienda de campaña en un campo de refugiados, una cabaña en un campamento de verano, una casa rodante o un dormitorio de la universidad. Quiero el espíritu del Señor conmigo dondequiera que yo viva.
Por ejemplo, misioneros en nuevos compañerismos a menudo dedican los espacios donde viven. Eso significa que un departamento se podría dedicar muchas veces. Sus dedicatorias invocan la protección de Dios y la inspiración del Espíritu para la armonía y la inspiración en su compañerismo y en su obra misional.
2. Tu morada no tiene que estar libre de deudas con el fin de ser dedicada.
Parece que en los “viejos tiempos”, este no era el caso. Muchas personas llegaban a pagar sus casas, y tendían a permanecer en una casa por mucho tiempo. Esa no es la situación de ahora. Tú puedes dedicar tu hogar, incluso antes de hacer el primer pago; puede dedicar un hogar o departamento alquilado, incluso si tienes la intención de vivir allí sólo por un corto tiempo. Dedica tu cabaña de verano también.
3. Dedicar tu hogar es una ordenanza del Sacerdocio de Melquisedec, pero que no es necesario un poseedor del sacerdocio.
Esta es una ordenanza del sacerdocio y un hogar se dedica por lo general por el poder de la autoridad del sacerdocio, por el poseedor del sacerdocio de Melquisedec que vive en la casa. Pero ¿ si no hay nadie en el hogar, o si un poseedor del sacerdocio no está disponible?
Si no hay un poseedor del sacerdocio de Melquisedec que viva en la casa, entonces la familia puede invitar a un maestro orientador, un pariente, un misionero mormón (élder), o cualquier otro élder para que puedan hacer la dedicación. Cuando ningún poseedor del sacerdocio de Melquisedec está disponible, la familia puede reunirse y ofrecer una oración que incluye los principios en #4. Otras ideas pueden añadirse si son inspiradas por el Espíritu.
4. Los hogares no son consagrados al Señor.
Los templos son dedicados y consagrados al servicio de Dios como lugares sagrados, pero los hogares en los que vivimos pueden también ser sagrados, aunque no consagrados. Un edificio sagrado (nuestra casa) puede ser un lugar donde el “Espíritu Santo puede morar, y donde los miembros de la familia puedan adorar, hallar refugio del mundo, crecer espiritualmente, y prepararse para tener relaciones familiares eternas” (Manual 2).
A nosotros nos gusta dedicar nuestro hogar a un comportamiento digno del templo. Una vez tuvimos un gran grupo de atletas de secundaria (de una escuela privada en Siria; nosotros estábamos viviendo en Chipre) que se quedaron con nosotros durante varios días. Ninguno era mormón y ninguno sabía nada acerca de nuestra fe, pero después de un poco de interacción con nuestros hijos, comenzaron a tener un lenguaje más limpio. Uno de nuestros niños escucharon decir a un atleta: “No se puede utilizar esas malas palabras aquí. Esta casa está dedicada”.
5. No se necesitas ningún permiso para dedicar tu hogar.
No es necesario ir a tu obispado o la presidencia para que te reunas para dedicar tu hogar. Sigue tus instintos y el Espíritu. Cuando te sientas instalado, entonces estarás listo para dedicar tu vivienda. (Para nosotros, es cuando todas las cajas se han desempaquetado!)
Éstos son los pasos para una dedicación de un hogar:
- Habla de la dedicación de tu casa con miembros de la familia, compañeros de misión, o compañeros de habitación. En las familias, esto se puede hacerse en una noche de hogar.
- Decide con tu familia lo que significa la dedicación de un hogar. ¿Cómo se comporta la gente en un hogar dedicado? ¿Cuáles serán tus propios estándares personales en tu casa dedicada? ¿Qué tipo de comportamiento vas a permitir a los huéspedes en tu casa? Desde la televisión, videos, u otros medios.
- Incluye al poseedor del sacerdocio en esta discusión, para que tus deseos espirituales se incluyan en su oración dedicatoria.
- Decide cuándo vas a dedicar tu casa. Por lo general, dedicamos nuestra casa durante una noche de hogar.
- Invita a parientes cercanos o amigos a participar, sin embargo, esto no debería ser una ocasión social; esto debería ser una ocasión íntima.
- Realiza la dedicación, ya sea por un poseedor del sacerdocio de Melquisedec o por las personas que comparten el hogar, como una oración de fe.
Artículo escrito por Gale para lds.net. Traducido por Mariela Viernes.