Mirando hacia atrás, el élder Carlos A. Godoy reconoce con gratitud la mano amorosa de un Padre Celestial que ha estado presente en cada etapa de su vida.
Él ecuerda con cariño cómo encontró la fe y descubrió el amor junto a su ahora esposa, la hermana Mônica Godoy, viendo en ello la guía amorosa de un Dios que siempre ha conocido sus necesidades y se ha preocupado por él.
“En aquellos días, quizás no podía percibirlo”, compartió el élder Godoy, quien forma parte de la Presidencia de los Setenta, durante un Devocional mundial para jóvenes adultos el pasado 5 de mayo. “Pero ahora, al mirar atrás, puedo reconocer claramente su presencia”.
La pareja estuvo acompañada por el élder Clark G. Gilbert, Setenta Autoridad General, y su esposa, la hermana Christine Gilbert.
Juntos, compartieron consejos valiosos con los jóvenes adultos sobre cómo enfrentar la soledad, cómo abordar el salir en citas, cómo aprovechar al máximo la experiencia universitaria, la importancia del servicio, las misiones y cómo prepararse para el matrimonio.
‘La misión nos preparó para el matrimonio’
Cuando el matrimonio Godoy tuvo que hablar sobre el impacto que tiene servir en una misión, ellos compartieron sus experiencias.
Seis meses después de que el élder Godoy partiera para servir en una misión de tiempo completo, la hermana Godoy también partió para una misión.
“Consideramos nuestras misiones como una buena manera de agradar al Salvador y al mismo tiempo prepararnos para nuestra vida matrimonial”, explicaron.
“Regresé de esos dos años más preparado para la vida”, dijo el élder Godoy, y agregó que sus misiones trajeron muchas habilidades y bendiciones nuevas.
“Gracias a nuestras misiones, nuestro testimonio del Salvador se fortaleció, nuestro conocimiento del Evangelio aumentó y las habilidades de comunicación y liderazgo aprendidas allí nos ayudaron en nuestras carreras”.
Sin embargo, “no debemos juzgar a aquellos con diferentes experiencias misionales o sin ninguna experiencia misional”, dijo el élder Godoy. Servir en una misión “no es una ordenanza del Evangelio, por lo que nadie será condenado en su progreso en esta vida ni perderá bendiciones en la eternidad a causa de ello”.
Construir un matrimonio sólido es un proceso continuo
El élder Godoy también destacó que muchos jóvenes adultos sienten la presión de terminar sus estudios y tener una carrera estable antes de considerar el matrimonio.
Sin embargo, subrayó que esto no siempre es necesario. “Lo esencial es tenerse el uno al otro y contar con el apoyo del Señor; juntos pueden superar cualquier obstáculo y fortalecer su matrimonio”, afirmó.
La hermana Godoy añadió que construir un matrimonio sólido es un proceso continuo de aprendizaje.
“El amor puede estar presente desde el principio, pero la verdadera convivencia se construye día a día, paso a paso”, explicó.
Ella reconoció que habrá desafíos como dolores de cabeza, enfermedades y preocupaciones financieras, pero señaló que esos obstáculos forman parte natural de la vida.
El élder Godoy aseguró que al integrar el evangelio de Jesucristo en la ecuación matrimonial, la vida se vuelve más llevadera y llena de alegría.
Para aquellos que quizás no lleguen a casarse en esta vida, compartió un mensaje reconfortante del presidente Gordon B. Hinckley:
“No permitan que el pesar los consuma; el mundo aún necesita sus talentos y su contribución. La Iglesia necesita su fe y sus manos dispuestas a ayudar. La vida nunca es un fracaso en tanto no la llamemos así”.
Para leer más sobre el mensaje del élder Godoy y su esposa, visita Church News y mira aquí el devocional completo: