En este Día de la Madre, el presidente Russell M. Nelson, profeta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, compartió un mensaje que abraza a cada mujer con ternura, comprensión y profunda gratitud.

Reconoció que este día puede despertar una gama de emociones: desde el gozo de honrar a una madre amada, hasta la tristeza silenciosa de quienes anhelan haber tenido ese privilegio en esta vida. A todas, sin excepción, les extendió una invitación conmovedora:

“Consideren la extraordinaria relación que el Señor Jesucristo tenía con Su madre, María”.

Cuando el Salvador dijo: “Yo lo haré”

El presidente Nelson recordó tres momentos sagrados que revelan el amor del Salvador por Su madre:

  1. El primer milagro, durante una boda en Caná, comenzó con una simple petición de María. Y la respuesta del Salvador lo dijo todo:
    “¿Qué quieres que yo haga por ti? Yo lo haré.”
    Era un acto de obediencia amorosa, un reflejo de respeto divino.
  2. En la cruz, en medio del dolor más profundo, Jesús miró a María con compasión y le confió su cuidado a Juan:
    “He ahí tu madre.”
    Aún en Su agonía, Él pensó primero en ella.
  3. Finalmente, el Salvador comparó Su amor por Sus hijos perdidos con el amor protector de una madre:
    “¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos…”
    Porque nadie comprende mejor el dolor de una madre que Jesucristo mismo.

Toda mujer lleva en sí el alma de una madre

hijos con discapacidad
Imagen: Masfe.org

En un tono profundamente personal, el presidente Nelson compartió su gratitud por las mujeres extraordinarias que han tocado su vida, aquellas que han brindado cuidados maternales no solo a su familia, sino también a innumerables personas con amor que cambia vidas.

“Toda mujer tiene dentro de sí la esencia de la maternidad”, declaró.
“Cada mujer está en condiciones de edificar y cambiar vidas.”

Este mensaje no está reservado solo para madres biológicas. Es para toda mujer que ama, que cuida, que enseña, que ora, que extiende sus alas para proteger a los demás. En ellas vive la fuerza divina de la maternidad.

mujeres jóvenes
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Dios las ve, las conoce y las ama

En su mensaje final, el presidente Nelson testificó de algo eterno:

“Nuestro Padre Celestial y Su Hijo Amado las conocen, las ven y las aman”.

Ese amor no depende de logros, circunstancias o títulos. Es un amor eterno, perfecto y personal. Es el amor de un Salvador que entiende a las madres porque Él tuvo una, y porque Su obra es, en muchos sentidos, maternidad eterna: nutrir, proteger, levantar.

Imagen: Canva

Feliz Día de la Madre a cada mujer que, con amor puro de Cristo, transforma el mundo desde lo más sagrado: su corazón.

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